Ya estoy de nuevo en Madrid, recuperando un poco la cordura pues llevo una semana algo de locos. Tengo muchas cosas que contaros (y enseñaros) pero antes de nada, hoy tenemos día de publicación en mi querido grupo de Ventanas Verdes.
¿Y cuál es el tema de este mes de abril? Vale, viendo el título no es ningún secreto :P: ¡Pan casero! Las más panarras del grupo (miro sobre todo a Ajonjolí) teníamos ganas de dedicar un mes a la panadería, porque aunque cada vez más gente se anima a hacer pan casero, siempre se puede dar un empujoncito más. Lo he dicho mil veces: hacer tu propio pan en casa da una satisfacción enorme en muchos sentidos.
![No knead spelt bread with seeds]()
Te permite crear los panes a tu gusto, experimentar con harinas e ingredientes, jugar con las formas, aprender técnicas y descubrir recetas, amasar tiene algo de terapéutico y respetar los levados nos reeduca a ser pacientes. Cuando por fin se hornea el pan, dejando ese olorcito maravilloso en la cocia, y tras esperar a que se enfríe cortas la primera rebanada... Aunque no salga perfecto, el pan casero sabe muchísimo mejor. Y al final se gana en calidad y precio.
![No knead spelt bread with seeds]()
Yo tengo mi humilde masa madre en la nevera y hago al menos 2-3 veces al mes mi pan favorito con ella (adaptado de Dan Lepard). A la pobre no la trato tan bien como debería, pero cuando la alimento y la refresco varios días me recibe con una actividad que da gusto verla burbujear. No soy muy técnica ni me complico la vida con porcentajes o tiempos súper medidos, pero me regala unos panes estupendos. Aún así, hoy quería compartir una receta facilísima de un pan fantástico que no requiere ni masa madre ni amasar.
De hecho, una noche después de cenar me encontré con la receta mientras vagaba por la red. Instantáneamente me levanté a prepararla con lo que tenía en la despensa, y es que apenas hay trabajarla. Sólo tenemos que mezclar todo la noche antes, dejar la masa en la nevera y darle la forma y hornear el pan al día siguiente. Creedme, el resultado es fabuloso.
![No knead spelt bread with seeds]()
Receta de pan sin amasado con espelta y semillas
Adaptada ligeramente de from-snuggs-kitchen
Ingredientes para 1 pan grande
- 330 g de harina de fuerza
- 165 g de harina de trigo integral
- 110 g de harina de espelta integral
- 2 g de levadura seca de panadería
- 12 g de sal
- 30 g de melaza (miel de caña) o miel
- 20 g de semillas de sésamo
- 15 g de semillas de amapola
- 35 g de pipas de calabaza
- 15 g de semillas de lino
- 480 g de agua tibia
La noche antes, colocar todas las semillas en una sartén antiadherente sin engrasar y tostar ligeramente al fuego, removiendo bien y cuidando que no se quemen. Dejar enfriar.
Mezclar en un recipiente grande las harinas con la levadura y la sal. Añadir las semillas, la melaza y empezar a echar el agua poco a poco, mezclando al mismo tiempo. Trabajar la masa lo justo hasta que quede todo bien incorporado. Tapar con film o un gorro de ducha y dejar en la nevera 12 horas.
A la mañana siguiente, sacar el recipiente y dejar templar un poco una media hora. Volcar sobre una superficie ligeramente engrasada, aplanar y realizar unos pliegues. Amasar en forma de bola y colocar en un baneton o en un paño bien enharinado. Tapar y dejar levar entre 90 y 120 minutos.
Precalentar el horno a la máxima temperatura. Volcar el pan con suavidad en la bandeja enharinada, introducir en el horno y pulverizar con agua la base y los laterales. Hornear durante 15 minutos. Bajar la temperatura a 200º y continuar horneando unos 30-35 minutos más. Si se dorara demasiado por arriba, tapar con papel de aluminio. El pan debe sonar hueco al golpearlo por abajo.
Dejar enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortar en rebanadas.
![No knead spelt bread with seeds]()
No os perdáis los fantásticos panes de mis compañeras de Ventanas de Verdes, hay para todos los gustos :). Y animaos a hacer pan casero si todavía no lo habéis hecho! Puede que al principio cueste, pero merece muchísimo la pena.
¿Y cuál es el tema de este mes de abril? Vale, viendo el título no es ningún secreto :P: ¡Pan casero! Las más panarras del grupo (miro sobre todo a Ajonjolí) teníamos ganas de dedicar un mes a la panadería, porque aunque cada vez más gente se anima a hacer pan casero, siempre se puede dar un empujoncito más. Lo he dicho mil veces: hacer tu propio pan en casa da una satisfacción enorme en muchos sentidos.

Te permite crear los panes a tu gusto, experimentar con harinas e ingredientes, jugar con las formas, aprender técnicas y descubrir recetas, amasar tiene algo de terapéutico y respetar los levados nos reeduca a ser pacientes. Cuando por fin se hornea el pan, dejando ese olorcito maravilloso en la cocia, y tras esperar a que se enfríe cortas la primera rebanada... Aunque no salga perfecto, el pan casero sabe muchísimo mejor. Y al final se gana en calidad y precio.

Yo tengo mi humilde masa madre en la nevera y hago al menos 2-3 veces al mes mi pan favorito con ella (adaptado de Dan Lepard). A la pobre no la trato tan bien como debería, pero cuando la alimento y la refresco varios días me recibe con una actividad que da gusto verla burbujear. No soy muy técnica ni me complico la vida con porcentajes o tiempos súper medidos, pero me regala unos panes estupendos. Aún así, hoy quería compartir una receta facilísima de un pan fantástico que no requiere ni masa madre ni amasar.
De hecho, una noche después de cenar me encontré con la receta mientras vagaba por la red. Instantáneamente me levanté a prepararla con lo que tenía en la despensa, y es que apenas hay trabajarla. Sólo tenemos que mezclar todo la noche antes, dejar la masa en la nevera y darle la forma y hornear el pan al día siguiente. Creedme, el resultado es fabuloso.

Receta de pan sin amasado con espelta y semillas
Adaptada ligeramente de from-snuggs-kitchen
Ingredientes para 1 pan grande
- 330 g de harina de fuerza
- 165 g de harina de trigo integral
- 110 g de harina de espelta integral
- 2 g de levadura seca de panadería
- 12 g de sal
- 30 g de melaza (miel de caña) o miel
- 20 g de semillas de sésamo
- 15 g de semillas de amapola
- 35 g de pipas de calabaza
- 15 g de semillas de lino
- 480 g de agua tibia
La noche antes, colocar todas las semillas en una sartén antiadherente sin engrasar y tostar ligeramente al fuego, removiendo bien y cuidando que no se quemen. Dejar enfriar.
Mezclar en un recipiente grande las harinas con la levadura y la sal. Añadir las semillas, la melaza y empezar a echar el agua poco a poco, mezclando al mismo tiempo. Trabajar la masa lo justo hasta que quede todo bien incorporado. Tapar con film o un gorro de ducha y dejar en la nevera 12 horas.
A la mañana siguiente, sacar el recipiente y dejar templar un poco una media hora. Volcar sobre una superficie ligeramente engrasada, aplanar y realizar unos pliegues. Amasar en forma de bola y colocar en un baneton o en un paño bien enharinado. Tapar y dejar levar entre 90 y 120 minutos.
Precalentar el horno a la máxima temperatura. Volcar el pan con suavidad en la bandeja enharinada, introducir en el horno y pulverizar con agua la base y los laterales. Hornear durante 15 minutos. Bajar la temperatura a 200º y continuar horneando unos 30-35 minutos más. Si se dorara demasiado por arriba, tapar con papel de aluminio. El pan debe sonar hueco al golpearlo por abajo.
Dejar enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortar en rebanadas.

No os perdáis los fantásticos panes de mis compañeras de Ventanas de Verdes, hay para todos los gustos :). Y animaos a hacer pan casero si todavía no lo habéis hecho! Puede que al principio cueste, pero merece muchísimo la pena.