Mi ilusa intención era publicar este bizcocho lebkuchen o de pan de especias el día de San Antón, como excusa para alargar los sabores navideños, pero claro, la vida tiene la manía de seguir su ritmo. Sin embargo, ni me autoflagelo ni me avergüenza haberme retrasado otra vez; mi único propósito de año nuevo real es agobiarme menos por tonterías y dejarme llevar un poco más. Además, tampoco es es que venga publicando un turrón o polvorones; es un bizcocho estupendo para cualquier día de otoño-invierno, por su miga húmeda y tostada, su aroma penetrante y todo el sabor de las especias.
Es una adaptación del Luzerner Lebkuchen que os mostré hace un tiempo, y os aseguro que es ideal para una tarde fría en casa, mejor aún si por la ventana vemos la lluvia o la nieve caer. En este caso es una versión más sanota a mi gusto de la receta original usando la misma base: nata para montar -sin lactosa-, melaza y la mezcla de especias. Como nos enseñó Carlos en Mercado Calabajío cuando se animó a probar la receta -¡gracias!-, queda estupendo también con melaza o miel de caña.
Hablando de nieve... ¡vi nevar hace una semana! Fue poquita cosa y no llegó a cuajar, pero mi gato Lito y yo nos pasamos un buen rato como tontos mirando por la ventana. Después de pasar una Navidad en Murcia alcanzando, y superando incluso, los 20 grados durante el día, agradecí mucho el frío con el que me recibió Madrid después de Reyes.
Por cierto, aviso ya que mañana a más tardar sacaré un pequeño repaso de las fiestas, mis fiestas. Ya se me ha pasado un poco el bajón melancólico de la primera semana y me apetece recordar con una sonrisa estas últimas navidades con la familia. Entonces sí cerraré definitivamente el capítulo navideño para pensar en carnavales o lo que se ponga por delante. Aunque vale, confieso que me traje unas tortas de Pascua que estoy reservando como oro en paño... ¡están taaaaan ricas! Además las muy malditasmejoran con el paso del tiempo, incluso semanas después de hornearlas. Pero se acabaron las sobras navideñas ya. Lo prometo.
Se puede servir con azúcar glasé tamizado para darle ese contraste de color, y está muy rico acompañado de frutas ligeramente ácidas. En Suiza lo toman a veces con más nata montada y seguro que con mermelada casera también está de muerte. Eso lo dejo a vuestra elección ;)
Confesad, ¿os quedan adornos navideños rondando por casa? ¿Alguna taza festiva? ¿Quizá una tableta de turrón sin abrir? ¡Y qué más dará!
Buen fin de semana :)
Es una adaptación del Luzerner Lebkuchen que os mostré hace un tiempo, y os aseguro que es ideal para una tarde fría en casa, mejor aún si por la ventana vemos la lluvia o la nieve caer. En este caso es una versión más sanota a mi gusto de la receta original usando la misma base: nata para montar -sin lactosa-, melaza y la mezcla de especias. Como nos enseñó Carlos en Mercado Calabajío cuando se animó a probar la receta -¡gracias!-, queda estupendo también con melaza o miel de caña.
Hablando de nieve... ¡vi nevar hace una semana! Fue poquita cosa y no llegó a cuajar, pero mi gato Lito y yo nos pasamos un buen rato como tontos mirando por la ventana. Después de pasar una Navidad en Murcia alcanzando, y superando incluso, los 20 grados durante el día, agradecí mucho el frío con el que me recibió Madrid después de Reyes.
Por cierto, aviso ya que mañana a más tardar sacaré un pequeño repaso de las fiestas, mis fiestas. Ya se me ha pasado un poco el bajón melancólico de la primera semana y me apetece recordar con una sonrisa estas últimas navidades con la familia. Entonces sí cerraré definitivamente el capítulo navideño para pensar en carnavales o lo que se ponga por delante. Aunque vale, confieso que me traje unas tortas de Pascua que estoy reservando como oro en paño... ¡están taaaaan ricas! Además las muy malditasmejoran con el paso del tiempo, incluso semanas después de hornearlas. Pero se acabaron las sobras navideñas ya. Lo prometo.
Receta de bizcocho Lebkuchen de nata con centeno, espelta y avellana
Inspiración: receta adaptada del Luzerner Lebkuchen
Ingredientes para un molde de unos 22 cm de diámetro
- 200 g de nata para montar
- 200 g de leche de soja o bebida vegetal (o leche)
- 150 ml de melaza (miel de caña o melaza de pera)
- 50 g de azúcar moreno (mejor si es oscuro)
- ralladura de naranja
- 1/4 cucharadita de esencia de vainilla
- 100 g de harina de centeno
- 100 g de harina de espelta integral
- 50 g de avellana molida
- 150 g de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 y 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 y 1/2 cucharadas de mezcla de especias de pan de especias (canela, anís estrellado, anís, jengibre, nuez moscada, clavo, cilantro en grano, pimienta de Jamaica, cardamomo...)
- 1 cucharada de cacao en polvo sin azúcar
Precalentar el horno a 180ºC y engrasar o forrar un molde redondo desmontable.
Batir en un recipiente grande la nata con la leche, la melaza, el azúcar moreno, la vainilla y la ralladura de naranja, usando unas batidoras de varillas, sin montarlo mucho.
Aparte mezclar con unas varillas manuales el resto de ingredientes, procurando que no se queden grumos gordos.
Combinar ambas preparaciones y batir a mano hasta que no queden grumos secos, removiendo bien pero con suavidad.
Llenar el molde de forma homogénea y hornear durante unos 40-45 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo salga prácticamente limpio. Es mejor que la miga quede jugosa a seca. Dejar enfriar un poco antes de desmoldar sobre una rejilla.
Inspiración: receta adaptada del Luzerner Lebkuchen
Ingredientes para un molde de unos 22 cm de diámetro
- 200 g de nata para montar
- 200 g de leche de soja o bebida vegetal (o leche)
- 150 ml de melaza (miel de caña o melaza de pera)
- 50 g de azúcar moreno (mejor si es oscuro)
- ralladura de naranja
- 1/4 cucharadita de esencia de vainilla
- 100 g de harina de centeno
- 100 g de harina de espelta integral
- 50 g de avellana molida
- 150 g de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 y 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 y 1/2 cucharadas de mezcla de especias de pan de especias (canela, anís estrellado, anís, jengibre, nuez moscada, clavo, cilantro en grano, pimienta de Jamaica, cardamomo...)
- 1 cucharada de cacao en polvo sin azúcar
Precalentar el horno a 180ºC y engrasar o forrar un molde redondo desmontable.
Batir en un recipiente grande la nata con la leche, la melaza, el azúcar moreno, la vainilla y la ralladura de naranja, usando unas batidoras de varillas, sin montarlo mucho.
Aparte mezclar con unas varillas manuales el resto de ingredientes, procurando que no se queden grumos gordos.
Combinar ambas preparaciones y batir a mano hasta que no queden grumos secos, removiendo bien pero con suavidad.
Llenar el molde de forma homogénea y hornear durante unos 40-45 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo salga prácticamente limpio. Es mejor que la miga quede jugosa a seca. Dejar enfriar un poco antes de desmoldar sobre una rejilla.
Se puede servir con azúcar glasé tamizado para darle ese contraste de color, y está muy rico acompañado de frutas ligeramente ácidas. En Suiza lo toman a veces con más nata montada y seguro que con mermelada casera también está de muerte. Eso lo dejo a vuestra elección ;)
Confesad, ¿os quedan adornos navideños rondando por casa? ¿Alguna taza festiva? ¿Quizá una tableta de turrón sin abrir? ¡Y qué más dará!
Buen fin de semana :)