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Galletas checas de miel y especias - Vuelta a casa

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Parece mentira que ya estemos a día 8 de enero. Me repito mucho, lo sé, pero no puedo evitar ponerme en modo pausa cada vez que empiezo a escribir una entrada en el blog, y eso me lleva a ver las cosas con perspectiva, desde fuera del ajetreo diario. En realidad la Navidad ha pasado como tenía que pasar, han sido fiestas muy largas, como siempre, pero bien aprovechadas. Ni pesadas ni breves, ni estresantes ni agobiantes; he disfrutado y eso es lo importante. En un par de horas cojo el tren pero antes tenía que dejar una receta dulce antes de despedirme, una vez más de mi Murcia. Así que vamos con unas galletas checas de miel y especias.

Honey christmas cookies

Hace tiempo leí en alguna parte que podíamos convertir la limpieza y el orden post navideño en otro momento de celebración más, o al menos que no fuera tan tristón como suele ser desmontar el árbol, el belén y guardar las decoraciones. Undeck the halls, decían. Al fin y al cabo, es bonito también a su manera despedir las fiestas, guardar los adornos con cariño y cuidado, recordar los buenos momentos y pensar que en unos cuantos meses nos esperan otra vez. Y no viene nada mal recuperar rutinas.

Honey christmas cookies

Lo único que me hubiera gustado mucho más es haber tenido frío. Con un poco me hubiera bastado. Que el espacio que han ocupado en la maleta los jerséis y guantes no hubiera sido inútil. Haber podido estrenar la bonita bufanda que me trajo Papá Noel. Pero no, he traído ropa de paseo, y eso que me contuve mucho, y ahora la maleta que vuelve a Madrid está a punto de explotar. También es ya parte de mis tradiciones, me temo.

Bueno, os dejo con estas galletas que tienen aires navideños pero que son estupendas para cualquier momento, especialmente durante el invierno que espero encontrar en Madrid. Miel, especias, un poco de frutos secos... huelen a hogar y hacen una pareja deliciosa con una taza de té calentito. Perfectas para preparar este fin de semana y compartirlas en familia con su aroma llenando la casa, mientras se guarda la Navidad en cajas y bolsas hasta el año siguiente. Yo espero que no me dé un bajón en el tren al despedirme, que en mi otro hogar me esperan muchas cosas, y mucha gente, maravillosa. Además pienso ir al cine a ver Star Wars - POR FIN - esta noche. En buena compañía :).

Honey christmas cookies

Receta de galletas de miel y especias checas
Autora: Liliana Fuchs (adaptando el libro Czech Cookery)
Ingredientes para unas 30-40 galletas

- 300 g de harina de repostería
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1 buena pizca de sal
- 2 cucharaditas de mezcla de especias (o 1 cucharadita de canela, 1/4 cucharadita de jengibre, 1/4 cucharadita de nuez moscada, 1/4 cucharadita de clavo, 1/4 cucharadita de pimienta de jamaica/anís)
- 80 g de mantequilla sin sal
- 85 g de miel
- 55 g de azúcar
- 1 huevo L + 1 huevo extra para pintar
- almendras, avellanas y pistachos picados para dedorar

Tamizar la harina con la levadura química, las especias y la sal en un cuenco amplio. Derretir la miel en un cazo, añadir el azúcar y la mantequilla. Remover a fuego medio hasta conseguir una mezcla homogénea y dejar enfriar ligeramente. Romper encima los huevos, batir un poco y echar sobre la harina.

Trabajar bien la masa hasta conseguir una textura suave, lisa y sin grumos. Dividir en dos discos, envolver cada uno en plástco film y llevar a la nevera. Dejar enfriar como mínimo una hora, o mejor esperar al día siguiente.

Precalentar el horno a 180ºC y preparar unas bandejas. Estirar cada porción de masa con ayuda de un rodillo, dejando un grosor de unos 6 mm. Cortar las galletas usando cortadores al gusto, procurando que tengan más o menos el mismo tamaño. Distribuir las pastas en las bandejas, dejando un ligero espacio de separación entre ellas.

Pintar con huevo batido y añadir frutos secos al gusto por encima. Hornear a media altura durante unos 8-12 minutos, o hasta que se hayan dorado. Esperar un poco fuera del horno antes de llevar a una rejilla y dejar enfriar completamente.

Honey christmas cookies

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¡Nos leemos desde Madrid!

El aroma a canela es maravilloso - Receta actualizada de Zimtsterne, estrellas de almendra

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Ya ha pasado una semana desde que me despedí de mi cálida Murcia querida - ¿es mucho o poco tiempo? - así que iba tocando traer una nueva receta. Me temo que vuelven a ser galletas, y además algo navideñas... Pero como las Zimsterne son un dulce típico suizo no es como si viniera a estas alturas con polvorones caseros, ¿verdad? Estas delicias las horneé ya finalizando las fiestas en mi tierra, cuando se gastaron los demás dulces, porque no puede haber Navidad en casa sin ellas. Y hornear con canela es maravilloso, tal y como volví a comprobar ayer con unos panecillos que publicaré pronto. Hornear con canela, sea dulce o salado, es llenar de hogar cualquier espacio.

Zimtsterne

Por fin, mi primera entrada del año desde Madrid, de nuevo en casa - mi otra casa -, de nuevo reincorporada a mis rutinas. O más menos, ya que tenía pensado cambiar unas cuantas cosas en mi día a día pero será paulatinamente. Esta primera toma de contacto con el mundo real ha sido de deshacer maletas, terminar la ronda de regalos de Reyes, visitar a la familia política, guardar la parafernalia navideña, limpiar y ordenar el mini apartamento, cocinar, hacer la compra, readaptarme al clima de Madrid, retomar el alemán... Lo típico, vaya. Pocas novedades que reseñar.

Quiero hacer un pequeño resumen de mis días navideños en Murcia, como suele ser habitual, pero no he tenido mucho tiempo de ponerme a ordenar y editar una selección de imágenes, así que espero hacerlo a lo largo del fin de semana. Además, es mejor dejar pasar unos días de espacio para que la nostalgia no me pegue tan fuerte y ver las cosas con un poco más de perspectiva. Es que además mi regreso coincidió con tener las hormonas revolucionadas y eso es una bomba de relojería emocional. Menos mal que me conozco y lo combatí yendo al cine con el elfo a ver Star Wars y cenar por ahí nada más llegar, mano de santo.

Zimtsterne

Volviendo a las galletas, creo que puedo afirmar que las estrellas de almendra y canela son uno de mis dulces favoritos, por su sabor y por los recuerdos que me traen. Se supone que son navideñas - y realmente lo son, la forma de estrella, el glaseado, la canela... - pero en Suiza son tan típicas que las venden todo el año junto con otras pastas también tradicionales. A mi padre le chiflan y por eso las compraba cuando estábamos de visita en verano, así las conocí desde pequeñita y así me enganché a ellas. Son muy peculiares y diferentes a la típica galleta de mantequilla crujiente, no tienen nada de harina ni más grasas que la almendra, y el sabor de la canela es potentísimo. Más tarde descubrí la versión casera y tardé poco en intentar hacerlas en casa, tal y como ya publiqué hace unos años por aquí.

Sin embargo, con la práctica he terminado de dominar la elaboración y ahora me gusta mucho más como me quedan, así que pensé que tenía que actualizar la receta. Es difícil que salgan mal porque es una galleta muy básica, aunque es cierto que conviene ajustar a ojo un poco los ingredientes para conseguir la textura perfecta y el puntito de canela deseado. El Kirsch es opcional pero para mí le aporta el toque suizo distintivo que las hace únicas. Ah, sé que es un rollo tener que dejarlas reposar de un día para otro, pero creedme que es un paso necesario.

Zimtsterne


Receta suiza de Zimtsterne - Galletas estrella de almendra y canela
Inspiración: Adaptando a Betty Bossi y mi gusto personal
Ingredientes para una bandeja

- 2 claras de huevo L (unos 70-75 g, mejor pasteurizadas)
-1  pizca de sal
- 180-200 g de azúcar
- 1/2 cucharada de Kirsch o zumo de limón
- 1 y 1/2 cucharadas de canela molida

- 350 g de almendra cruda molida (aproximadamente)
- 1 clara de huevo L extra para glasear (mejor pasteurizada)
- 175-200 g de azúcar glasé para glasear

Preparar la masa con antelación, por la mañana o la víspera.

Empezar a batir las claras de huevo en un recipiente mediano, con batidora de varillas. Añadir la sal y batir hasta que estén espumosas, sin montarlas. Agregar el azúcar poco a poco y seguir batiendo hasta que se disuelva y obtentamos una masa densa y blanca. Añadir el Kirsch.

Mezclar con unas varillas aparte la canela con la almendra molida y echarlas a las claras. Mezclar todo muy bien hasta tener una masa homogénea, maleable pero no pegajosa, compacta pero húmeda. Ajustar la cantidad de líquido o de almendra según hiciera falta.
Estirar la masa sobre papel sulfurizado o una superficie limpia con azúcar glasé, para evitar que se pegue demasiado. Dejar un grosor de 1 cm y recortar estrellas con un cortador adecuado, no muy grande. Es más fácil si se reboza el cortador en azúcar glasé antes de cortar la masa, ya que tiende a pegarse. Colocar las estrellas en una bandeja de horno con papel sulfurizado y dejar secar a temperatura ambiente unas 6 horas o toda la noche.

Precalentar el horno a 200ºC y preparar el glaseado. Batir la clara de huevo añadiendo poco a poco el azúcar glasé tamizado hasta tener una glasa blanca, brillante y densa. Hornear las galletas durante unos 4-7 minutos, lo justo para que empiecen a dorarse, pero no deberían cambiar demasiado de color. Estarán tiernas al tacto pero se endurecerán al enfriarse. Colocar con cuidado sobre una rejilla y cubrir con una buena capa de glasa mientras siguen calientes. Dejar secar por completo.

Zimtsterne


Una buena Zimtsterne tiene que ser gordita, con un glaseado blanco crujiente que esconde un interior tierno con su profundo aroma a canela. Aguantan muy bien varios días, incluso no se ponen rancias si se dejan en una bandeja al descubierto para tentar a las visitas.

Parece que viene mucho frío este fin de semana, ¡yo encantada! :)

Un vistazo a mi Navidad 2015-2016

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¿Vosotros también tenéis algo de tirria a los domingos? Recuerdo que de pequeña me encantaban por la mañana, pero una vez terminada la comida entraba en modo odio porque tocaba recoger y volver a la ciudad - solíamos estar en el campo - y prepararse para el lunes de cole. De mayor igual, aunque el odio se transformó en apatía y desgana, y ahora lo que me produce es algo de cansancio mental. El problema es que los domingos por aquí suelo estar condicionada por las agendas de la familia del elfo, y hay días como hoy que me viene todo mal. Encima él tiene partido a las 12.00 y luego Bernabeu a las 16.00, por lo que me parte la jornada por completo, pero bueno... Voy a aprovechar estas primeras horas para cerrar definitivamente la Navidad 2015-2016. Porque hasta San Antón, Pascuas son, y adivinad qué día es hoy ;).

Navidades 2015-2016

Navidades 2015-2016

Como siempre, han sido unas fiestas tranquilas con la familia más cercana, sin obligaciones, ni ataduras, ni compromisos. Tenía muchas ideas rondando la mente pero al final tuve que trabajar con el portátil bastante, así que dediqué las mañanas a teclear y correr y el resto de las jornadas a disfrutar de mi tierra y mi gente. No hizo prácticamente nada de frío, que por un lado estaba bien, pero por otro se hizo tedioso e incómodo. ¿Para qué me llevé cosas de abrigo ocupando sitio en la maleta? Repasando las últimas fiestas me he dado cuenta de que hace tiempo que no toca una Navidad murciana fría de verdad... espero que la cosa cambie próximamente. Es que no apetecía no comer castañas ni pedirse un chocolate caliente, costumbre que solía disfrutar mucho con mis padres.

Navidades 2015-2016

Navidades 2015-2016

Este año me llevé casi todas las galletas ya decoradas desde Madrid - con el consiguiente estrés en los últimos días en la capital - pero tuve tiempo de hornear Lebkuchen y las tradicionales tortas de Pascua con mi madre antes de Nochebuena. El día 24 llegó Papá Noel, como siempre, mientras preparábamos la cena, y dejó muchos regalitos para todos alrededor del árbol, que cada año me parece más bonito a pesar de que ya tuvimos que renunciar al pino natural. Para mis padres es mucho más cómodo y además no nos gustaba nada últimamente el panorama del vivero municipal, con el árbol sufriendo luego en casa con esas temperaturas. Lo que más me gusta de adornar el árbol es ir recordando dónde compramos los diferentes adornos y rememorar viajes e historias :).

Navidades 2015-2016

Navidades 2015-2016

Mi gato ha estado algo pesadete estas fiestas. Cuando regreso de visita hace como si no me hubiera ido nunca, aunque al principio me mira mal y me regaña un poco con su actitud victimista, que le encanta. Seguramente por la falta de frío no ha hibernado tanto este año, cuando normalmente se pasaba horas y horas buscando el sol y luego bajo el edredón de la cama. Parece mentira que tenga los años que tiene, esas noches con carreras y juegos de madrugada son más propios de un gatete jovenzuelo y no un señor maduro. Pero sigue siendo un amor y era adorable mirarle observando el árbol y dando zarpazos a algunos adornos colgantes.

 Navidades 2015-2016

Navidades 2015-2016

Para Navidad volvimos a casa de mi tío en la huerta a comer con mi abuelo, el tradicional guiso de pollo, patatas y pelotas con almendras, receta familiar de toda la vida. Corrí la San Silvestre - ya me la tomo como un divertimento para acabar el año y al final me lo pasé mucho mejor que otros años -, no nos complicamos la vida con los menús, paseamos mucho por el centro y recorrimos los tradicionales belenes. También subimos a la Cresta del Gallo una soleada tarde para inaugurar el año, mala fecha porque había mucha gente y la terraza del Quitapesares estaba a tope. Pero el belén de los montañeros sigue igual de encantador que siempre, cada año con detalles nuevos.

 Navidades 2015-2016

Navidades 2015-2016

El día de Reyes no tiene más relevancia especial en casa que el roscón que siempre hago, aunque este año las altas temperaturas casi me lo fastidian. Sobrefermentó en el primer levado, aquello crecía a una velocidad que no me esperaba y tuve que volver a amasar y dejarlo en la nevera toda la noche del 5 antes de formarlo, como había planeado inicialmente. Pero el madrugón del 6 me permitió tener listos dos roscones, uno que se fue al congelador y otro que devoramos con el café. El congelado tenía previsto traerlo a Madrid pero con el follón de la maleta y mi cabeza loca se quedó allí para ser disfrutado por mi familia, suertudos ¬¬. Me acordé nada más arrancar el tren y no sabéis qué rabia me dio.

Navidades 2015-2016


Mi madre pensó en salir a comer el mismo día de la Epifanía pero se nos ocurrió demasiado tarde, el restaurante al que queríamos ir estaba a tope. Bueno, pues vamos el día 7, que ya teóricamente habían terminado las fiestas, y así me despedía bien de estas vacaciones. Regresamos a Enso Sushi, donde ya comimos en Año Nuevo hace un par de Navidades, y de nuevo disfrutamos un montón con su comida. Me alegro de que sigan ofreciendo buen producto con platos de calidad sin precios desorbitados, y es ideal para en en grupitos y compartir de todo.

Navidades 2015-2016

Y nada más especialmente reseñable, la maleta fue una odisea pero llegué a Madrid sin incidentes. Parecían Navidades largas, y lo fueron, pero al mismo tiempo volaron en un suspiro. Doy gracias a que nadie se puso malo - es muy típico pillar virus estomacales o catarrazos en esas fechas - y que toda la familia estaba bien. Al final es lo más importante de estas fiestas :).

Avena con manzana, canela y leche de almendras. Adaptando la receta de mi padre

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Si sois de los que se fijan en los detalles, podréis comprobar que en la receta de hoy. y otras que -espero- próximamente verán la luz, aparece la firma del año pasado. Sí, se me quedaron cosas por publicar antes de terminar 2015, y es que las entradas navideñas se llevaron todo el protagonismo de las últimas semanas. Pero, ¿qué más da? Las recetas son casi atemporales y no se merecen caer en el olvido, así que hoy os dejo mi versión adaptada de una de las especialidades de mi padre: avena con manzana, canela y leche de almendras. Un platito reconfortante, sano, hogareño, nostálgico y además perfecto para días fríos de esta época.

Oat apple  porridge


Hoy en día la avena no es ningún ingrediente extraño en nuestro país. Los nutricionistas y médicos no dejan de recomendar este maravilloso cereal, los deportistas no pueden vivir sin ella e incluso es un básico en los blogs y páginas de tendencias. Pero, ay, cuando yo era niña vivíamos una situación bien diferente. Al menos en Murcia sólo existían los tarros metálicos de Quaker y tan sólo los podíamos encontrar en el supermercado de ECI. Recuedo acompañar a mi padre desde bien pequeña a ese reducto de comidas más especiales y precios algo excesivos, sólo en busca de avena.

Oat apple porridge


Mi padre cocina pocas veces y además cosas muy contadas. Platos de pasta sencillos, revoltijos de huevos y arroz, filetes de carne, algún plato de pollo al curry, receta que aprendió en Colombia y algunas especialidades suizas y austriacas. Pero hay algo que siempre, siempre asocio con él, y son sus cuencos de avena caliente con manzana.
 En realidad los copos de avena los toma también fríos, le encanta a la hora de la merienda cuando vuelve hambriento del trabajo, con yogur y plátano, pero en caliente tiene un algo especial más reconfortante. En verano triunfa el Birchermüesli (Weltweit bekannte Schweizer Spezialität) y, cuando las temperaturas lo permiten, cocina de vez en cuando para comer o cenar una buena ración de avena caliente cocida en leche, normalmente con manzana y canela.

Oat apple porridge


Es parecido al porridge británico, o a las gachas, un plato humilde muy de batalla al que se le puede añadir casi cualquier cosa. La avena es imprescindible en la dieta suiza, al menos así lo era en la familia de mi padre, y por eso es un ingrediente muy frecuente también en su repostería y panadería. Económica, de batalla, versátil, muy energética, nutricionalmente estupenda y ahora además es tendencia. Pero me gusta recordar su origen humilde y esos recuerdos de la infancia del olor a la avena de mi padre cociéndose lentamente en la olla.

Oat apple porridge


Receta de avena con manzana, canela y leche de almendras
Inspiración: mein Vater :)
Ingredientes para 1 ración medianita

- 35-40 g de copos de avena finos
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1 piquita de sal
- 250 ml de leche de almendras
- 2-4 cucharadas de agua
- 1 manzana reineta pequeña
- canela molida extra
- miel, azúcar moreno o endulzante al gusto
- ideas opcionales: un puñado de pasas o arándanos rojos, almendras, avellanas, un toque de cardamomo, etc.

Poner a calentar un cazo con los copos de avena y la canela. Dejar que se tuesten un poco, liberando los aromas a fuego suave. Añadir la leche de almendras y remover bien. Dejar cocer a fuego mínimo mientras pelamos y picamos o rallamos la manzana.

Incorporar la fruta y otros ingredientes opcionales, añadiendo un poco de agua o más leche a medida que vaya espesando. Cocinar unos 10-15 minutos, hasta tener la textura deseada. Servir caliente, con canela extra al gusto, endulzante opcional y un puñado de frutos secos si se quiere un contraste crujiente.

Notas:
Se puede hacer una ración más copiosa si va a ser un plato único a mediodía, y también se puede enriquecer añadiendo frutos secos, más fruta o un cucharón de yogur, queso fresco o incluso nata. La leche de almendras se puede sustituir por leche de vaca o por otra bebida vegetal, incluyendo mismamente de avena. Con calabaza asada está muy rica, también en versión más golosona con chocolate negro. Y se puede preparar más o menos espesa ajustando las cantidades de líquido al gusto. Tened en cuenta que espesará al enfriarse.

Oat apple porridge

¡Buen fin de semana!

Pan de molde de melaza y especias para días grises

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Me acabo de tomar el último turroncillo del alabardero, uno de mis dulces navideños favoritos clásicos que vienen en la caja de La Despensa de Palacio que nos regalan mis suegros cada año. Lo tenía guardado a propósito, pero ya llegó el momento de despedirse hasta el año que viene. La excusa ha sido para acompañar el capuccino sin lactosa que me he preparado para sobrevivir despierta hasta la clase de alemán, que hoy necesitaba una dosis de energía extra. Si hubiera sabido que hoy iba a amanecer gris y húmedo, posiblemente hubiera horneado otra vez el pan de molde de melaza y especias que os traigo hoy, porque esta atmósfera es perfecta para prepararlo.

Molasses sweet bread

Efectivamente, lo tengo clasificado como pan navideño porque lo probé la primera vez a principios de diciembre, y me pareció ideal para esa época. Pero realmente es válido para todo el año, mejor mientras duran los meses fríos. Es una masa sencilla, de pan tierno dulzón pero sin ser empalagoso, ya que todo su carácter lo obtiene de la melaza. La receta original utiliza melaza de pera, pero se puede usar cualquier equivalente: miel de caña, melaza de granada, miel corriente... Aunque recomiendo utilizar una variedad oscura y tostada para conseguir ese aroma especial que se potencia con las especias. Por eso decía que sería ideal tener unas rebanadas de este pan hoy, ya que invita a degustarlo en el sofá, con mantita, taza humeante y unas velas, a falta de chimenea.

Molasses sweet bread

Hemos tenido unos días de temperaturas más o menos agradables en las horas centrales del día, así que hoy me he confiado y he salido a correr sin guantes. Error. Se me han congelado las manos al rato de arrancar y he vuelto con unos dedos medio tontos, menos mal que tenemos un portero atento que me ha abierto la puerta del edificio antes de que me volviera loca intentando encajar la llave en la cerradura. Parecerá una tontería, pero ya me pasó algo así el año pasado una noche bajo la lluvia, lo que me costó luego recuperar la sensibilidad en las manos no lo quiero ni recordar.

Molasses sweet  bread

Estoy viendo la taza de chocolate caliente con la que acompañé las rebanadas del pan de las fotos y me está dando un gran antojo. Si este fin de semana hace fresquito creo que nos quedaremos en casa a hacer un poco de vida hogareña y prepararé una tarde un buen cazo de chocolate a la taza. Habrá que hacer algo para acompañarlo, claro, así que si el elfo se porta bien - excusa - igual me animo con alguna receta carnavalera. Sabéis que me da mucha pereza freír y casi todos los dulces de Carnaval implican calentar aceite, pero bueno, un par de veces al año no hacen daño, ¿verdad?

Molasses sweet bread

El problema es que hay demasiadas recetas que quiero probar, y no me importaría repetir las que ya he catado. Entramos en el mismo problema que se presenta ante los interminables recetarios navideños, menos mal que las fiestas de Carnaval son más cortitas. Claro que luego tenemos la Semana Santa encima... y ahora se me ocurre que con este pan quedarían unas torrijas deliciosas. Ay, voy a callarme ya que tengo deberes que hacer antes de ir a clase. Probad este pan, que es muy sencillo y está buenísimo.

Receta de pan de molde de melaza y especias
Inspiración: adaptada de Trüffelschwein
Ingredientes para un molde de 30-35 cm

- 200 ml de leche vegetal
- 20 g de levadura fresca de panadría
- 400 g de harina de fuerza
- 50 g de mantequilla o equivalente vegetal sin sal, a temperatura ambiente
- 1 huevo L
- 60 g de melaza
- 1 cucharadita de mezcla de especias para pan de especias
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 huevo y un poco de leche extra para pintar

Calentar la leche ligeramente para dejarla tibia y desmenuzar encima la levadura. Añadir 50 g de la harina pesada y mezclar bien. Dejar fermentar 30 minutos. Mientras tanto, mezclar en un recipiente amplio el resto de la harina con la sal y las especias. Añadir la mantequilla troceada y mezclar un poco.

Formar un hueco en el centro de la harina y echar el prefermento, la melaza y el huevo ligeramente batido. Trabajar todos los ingredientes hasta integrarlos y comenzar a amasar. Si estuviera muy pegajoso, tapar y esperar 20-30 minutos. Amasar con fuerza hasta tener una masa elástica, suave y homogénea. Formar una bola, colocar en un recipiente ligeramente engrasado, tapar y dejar levar hasta que doble su tamaño.

Deshinchar ligeramente la masa levada y dividir en 6 porciones iguales. Lo ideal es pesar la masa completa y dividir, usando una balanza, para conseguir que cada parte sea prácticamente igual a las otras, aunque no es imprescindible que sea perfecto. Formar pequeñas bolas bien tensas y colocarlas en fila en un molde de pan rectangular engrasado.

Batir el huevo restante con un chorrito de leche y pintar ligeramente el pan.Tapar y dejar levar durante unos 30-45 minutos. Mientras tanto, precalentar el horno a 200ºC. Cuando haya crecido un poco, volver a pintar con huevo y hornear durante unos 25 minutos. Vigilar que no se dore demasiado por arriba. Esperar un poco fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Molasses sweet bread

Molasses sweet bread

Mientras he estado editando las fotos y escribiendo esta entrada he estado escuchando la radio suiza online, con las noticias del día. Presto atención a medias, porque si estuviera escuchando en serio al mismo tiempo que intento redactar un texto coherente podría fundirme el cerebro, pero al menos me pone la cabeza en "modo alemán ON". El horario de las clases me sienta fatal porque a última hora mi sistema desconecta, y no es precisamente un idioma sencillito para darse un paseo. A lo largo del día leo y escucho muchas cosas en inglés, así que a veces llego a la escuela pensando en anglosajón y no hay manera de recordar el vocabulario germano más básico. A ver si con el parloteo en alemán de fondo llego más a tono.

¡Feliz tarde a todos! Ánimo que ya casi es fin de semana.

Molasses bread

Es tiempo de Carnaval: receta de Schenkeli, especialidad dulce de Suiza

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¡Se nos marchó enero! Un mes extraño donde los haya, agobiante si eres universitario, pero hoy en día me produce bastante indiferencia. Quería haber compartido alguna otra receta antes pero, para variar, se han acumulado imprevistos y el tiempo libre que me ha quedado lo he destinado a repanchingarme en el sofá, a correr o a leer en la cama. Este año encima parece que corre más rápido porque tenemos las fiestas adelantadísimas, con la Semana Santa a la vuelta de la esquina. Eso quiere decir que ya estamos en plena época de Carnaval, y en mi envidia por la fiesta me uno como mejor sé, a través de la cocina. Este año, nueva receta suiza, los deliciosos Schenkeli carnavaleros.

Schenkeli

Ya he comentado más de una vez que odio freír. Me gustan ciertos fritos pero no los suelo comer fuera porque no me fío un pelo de cómo estarán preparados, y es que si son malos me sientan como una patada en las tripas. Y en casa me da una pereza terrible, todavía me falta práctica y encima el olor llena el mini apartamento y no es fácil deshacerse de él. Menos mal que todavía no ha llegado el temporal invernal amenazante y he podido abrir todas las ventanas para ventilar después de cocinar estos dulces.

Sí, los dulces fritos no son lo mío pero me gustan mucho, si están bien hechos. Me van más las masas más sólidas que las blandurrias - véase churros y porras, matadme si queréis -, así que cuando llega el Carnaval me permito el capricho de liarla en la cocina para probar recetas nuevas. Ya he cocinado algunos buñuelos, castagnole italianos y alguna cosilla más para Directo al Paladar - los castagnole los recomiendo muchísimo, receta de mi querida María -, pero aquí tenía que volver a mi amada Suiza. Ya os conté el año pasado que allí se celebra por todo lo alto el Carnaval, de una manera diferente y particular siguiendo sus propias tradiciones. Algún año conseguiré ir a vivirlo en persona, espero que pronto. Y mi padre me cuenta con morriña lo bien que lo pasaba y las delicias típicas que se pueden encontrar por allí con motivo de las fiestas. Si la última vez tocaron Fasnachtschüechli, esta vez he optado por los Schenkeli.


Schenkeli

Son masas fritas que curiosamente no se suelen rebozar en azúcar, aunque he visto que luego mucha gente en casa sí que les da un toque con azúcar glasé o granulado normal. Para mojar en chocolate me gustan más a pelo, la verdad, me pringo menos, aunque luego chuperretearse los dedos tampoco está mal. La masa puede recordar a los huesillos extremeños o huesos de San Expedito - en repostería tradicional hay pocas cosas únicas en este mundo -, con la salvedad de que llevan mantequilla en lugar de aceite y Kirsch en lugar de anís. Bueno, y antiguamente se podían freír en manteca o mantequilla, aunque hoy se utiliza un aceite neutro. Se les da forma alargada, aplanando las puntas y se practica un corte longitudinal, y dependiendo del tamaño y grosor quedan más gorditos o más cilíndricos. Yo, como era mi primera vez, he hecho formas variadas y la verdad es que me parecen más monos los gordotes.

Schenkeli

Receta de Schenkeli, dulce tradicional de Carnaval de Suiza
Inspiración: adaptada ligeramente de Betty Bossi
Ingredientes para unas 40-50 unidades


- 100 g de mantequilla sin sal o equivalente, en pomada (he usado I can't believe it's not butter)
- 150 g de azúcar
- ralladura de 1 limón grande
- 1-2 cucharadas de Kirsch (o zumo de limón o naranja)
- 2 huevos L
- 1/4 cucharadita de sal
- 400 g de harina de repostería
- 1 cucharadita de levadura química (impulsor)
- 1/4 cucharadita de sal
- aceite de oliva o de girasol para freír

Colocar la mantequilla o equivalente en un recipiente, añadir el azúcar, la ralladura de limón, el Kirsch y los huevos. Batir muy bien hasta tener una consistencia integrada sin grumos. Echar la harina con la levadura y la sal. Mezclar bien hasta conseguir una masa homogénea, suave y lisa, ligeramente pegajosa.

Formar una bola, tapar con plástico film y dejar en la nevera como mínimo durante 1 hora. Cuando vayamos a cocinarlos, tomar porciones de masa del tamaño de una nuez y formar cilindros de un dedo de grosor, dejando los extremos más delgados. Practicar un pequeño corte longitudinal en un lado y disponer sobre una superficie limpia.

Calentar suficiente aceite en un cazo o freidora y controlar la temperatura. Cuando alcance entre 160ºC y 180ºC, empezar a freír las porciones en tandas, sin llenar mucho el espacio. Girarlos si fuera necesario para que se doren bien por todos lados.

Escurrir y dejar sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Continuar hasta terminar con toda la masa. Servir tal cual con chocolate caliente, vino o licor dulce, o rebozar en azúcar si se desea. Aguantan bien unos días si se guardan en un recipiente hermético con papel de cocina, para que no cojan humedad.

Schenkeli

Si tenéis fiestas en vuestra zona, ¡pasadlo muy bien!

Viajando: Portugal 2015, fin de viaje. Nuestro alojamiento, pueblecitos, Bragança y escala en Tordesillas

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Me parece que no lo conté por aquí, pero después del verano tuve la idea de dedicar los domingos a entradas algo especiales, sin receta, para despedir de forma amena la semana. Ja, por supuesto no lo he cumplido casi nunca. Pero bueno, le pongo buena intención, que es lo que cuenta -creo-. Tengo ganas de recuperar viajes pasados que se quedaron perdidos, pero creo que ya va siendo hora de cerrar al menos el capítulo de las últimas vacaciones, la estancia en el norte de Portugal de agosto 2015. La última vez dejamos la preciosa Braga y ahora quiero enseñaros dónde nos alojamos y lo que vimos por los alrededores.

Portugal

Portugal
Ay los dulces... Esto era una especie de fusión entre brioche y croissant, con un profundo sabor a mantequilla

Mi pobre padre casi se vuelve loco intentando encontrar una casa rural donde poder alojarnos los tres, que coincidiera con las fechas disponibles y nos ofreciera un mínimo de comocidades decentes. Está claro que hay que empezar a planificar las vacaciones cada vez con mayor antelación. Sin embargo, tuvimos la enorme de suerte de dar con una casa estupenda, que nos enamoró en cuanto llegamos. Se llama Cazal da Lamella y está en la región de Minho, en los límites de la localidad de Fafe, muy cerquita de Guimarães.


Portugal

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No os quiero engañar, nos costó bastante dar con ella porque la zona es un poco caótica para el visitante ajeno. La vivienda no está en Fafe mismo, sino que en sus alrededores se extienden muuuchos caminitos con barrios salpicados de casas por todos lados, subiendo y bajando la montaña. Es una curiosa mezcla de casas de pueblo con un aire muy "auténtico" y de construcciones más recientes con aspecto de ser segundas residencias o casas de veraneo. En cualquier caso, es una zona muy animada en verano, aunque conducen horrorosamente mal y no sé cómo no atropellan cada día a alguien al ir con esas velocidades.

Portugal

Portugal

La vivienda en realidad es una construcción rural antigua restaurada en 2011 que forma un complejo de dos viviendas en alquiler, la casa de los dueños y muchas zonas comunes. Las casas mantienen el exterior de piedra pero por dentro están totalmente modernizadas, con un diseño muy actual y aprovechando mucho el espacio. Creo que eran establos o graneros... y el dueño tiene un estudio de arquitectura en Oporto, así que han sabido muy bien y con gusto cómo restaurar. Hay una zona de juegos con libros, videoconsola, música y revistas, bicicletas, zona de lavadora, una gran pila de piedra antigua donde te puedes bañar, y muuucho espacio verde con grandes vistas. ¡Muy recomendable!

Portugal - Castro celta

Portugal - Castro celta

Portugal - Castro celta

Además de las salidas que ya os enseñé dedicamos algunos días a simplemente explorar los alrededores. Fafe es agradable de visitar una tarde, y muy cerca hay un gran pantano donde se puede ir a pasear y seguir algún recorrido - si no os perdéis como nosotros que acabamos andando muchísimo más de la cuenta bajo un sol abrasador, cómo me río ahora y qué poca gracia le hizo a mi madre entonces -. La región es muy bonita, está llena de puntos de interés vinícolas y mucho arte románico. Los pueblecillos guardan su propio encanto cada uno y también hay mucho verde, así que, en definitiva, es una buena zona para ir a explorar sin rumbos fijos.

Portugal
Portugal

Me gustó eso de ir improvisando un poco sobre la marcha, sin tener esos "destinos obligatorios" tan típicos que nos imponemos al salir de viaje. Es una buena forma de conocer un poco mejor un país y sus gentes, y se descubren cosas muy interesantes. Por ejemplo, un castro celta impresionante, lástima que nos calló el diluvio universal a media visita y tuvimos que refugiarnos corriendo en la cafetería. Pero luego tenía su encanto y todo, daba más ambiente.

Portugal - Bragança

Portugal - Bragança

Volvimos pasando por Bragança, a la que se puede dedicar al menos un par de horas para subir al castillo y contemplar las vistas. Lo que me gustan las fortalezas, las construcciones en altura, las almenas y las torres, no lo sabe nadie. Aunque luego me agobie si los espacios son pequeños. Aquí tienen un curioso museo bélico en orden cronológico ascendente, y es interesante comprobar cómo van evolucionando las armas poco a poco. Interesante y algo aterrador, la verdad.

Tordesillas

Tordesillas

Luego entramos a España dirección Tordesillas. Teníamos que hacer noche en algún sitio, y o era imposible encontrar un hotel decente o no nos cuadraba ningún punto en la agenda de viaje, así que nos alojamos en el Parador. Es uno de los Paradores más... viejunos, para qué engañarnos, pero me gustó! Parecía que fuera a encontrarme a Juana la Loca por los pasillos, con tanta madera y tanta piedra antigua, y esos muebles de estilo medieval. Tienen piscina exterior, climatizada, pequeño gimnasio y un restaurante decente, con un pan y un aceite de oliva estupendos. Descansamos bien y con tranquilidad, ¿qué más se necesita? Al día siguiente nos esperaba la abrasadora Murcia para los días finales del verano, con breve parada por Madrid para descargar mi maleta.

Fueron buenas vacaciones :).

¿San Valentín? Pues vamos con algo de chocolate: receta de pots de crème

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¿Hablaba hace poco de imprevistos que te chafan los planes? Pues había olvidado meter a los virus en la ecuación. Curiosamente, mirando lo que había publicado para Carnaval el año pasado, recordé que estuve malísima entre enero y febrero de 2015, y bien contenta que estaba de no haber caído este año. Pues debí gafarme, porque el lunes amanecí con un bonito dolor de garganta que ha ido evolucionando poco a poco todos estos días. Trancazo, dolor de cabeza constante, mocos por todos lados, tos, garganta transformada en una lija, voz irreconocible, debilidad general, fiebre, más mocos... El cuadro completo, vamos. Al menos el estómago lo tengo bien y me dio tiempo a disfrutar de la última ración de esta delicia que traigo hoy, pots de crème de chocolate. Porque San Valentín, cómo no, es una excusa estupenda para los golosos como yo.

Chocolate pots de crème

Últimamente me ha dado por los postres de cuchara, me apetecen un montón. Quizá es porque me recuerdan a la infancia y estoy en fase morriña-nostalgia, ya que era de niña cuando tomaba los postres estrella de mi madre: natillas, arroz con leche, pan de calatrava, flan... Los hacía muy de vez en cuando, pero cuando nos daba la sorpresa casi hacíamos fiesta en casa. Luego, con la intolerancia a la lactosa, he pasado una larga temporada sin probarlos porque fuera de casa es imposible, y no me había animado mucho a prepararlos por mí misma. Eso se se está acabando, que también tengo derecho a permitirme caprichos así de vez en cuando, digo yo.

Chocolate pots de crème

¿Pots de crème? El nombre siempre me ha resultado muy sugerente cuando lo he visto en recetas por la red. Es un postre francés similar a las natillas o a la créme brûlée, sin la costra de azúcar y con una textura algo más ligera. El caso es que yo quería tener un postre con chocolate de cuchara y, puesto que el supuesto día de los enamorados casi pide por obligación chocolate, ya tenía mi excusa. Además me encanta sorprender al elfo cuando llega de trabajar con un caprichito dulce para compartir juntos en el sofá mientras vemos alguna de nuestras series comunes :).

Chocolate pots de crème

Pots de crème de chocolate
Inspiración: adaptando a use real butter
Ingredientes para 6 unidades

- 500 ml de leche o alternativa vegetal (soja ligera en mi caso)
- 1 vaina de vainilla
- 1 pizca de sal
- 2 huevos L
- 45 g de azúcar
- 100 g de chocolate negro
- 1 cucharadita de cacao puro en polvo
- 1 pizca de café descafeinado molido
- cosillas para decorar

Abrir la vaina de vainilla, haciendo un corte y sacando un poco las semillas. Ponerla con la leche a calentar en un cazo, llevar a ebullición, retirar del fuego y dejar infusionar unos 30 minutos, con tapa si la tenemos. Derretir el chocolate al baño maría y reservar. Precalentar el horno a 140ºC.

Si se ha enfriado mucho la leche pasado ese tiempo, volver a calentar un poco, retirando antes la vaina. Batir con unas varillas los huevos con el azúcar y la sal. Añadir a chorrito ligero la leche, sin dejar de batir con las varillas, hasta integrarla por completo. Echar también el cacao y el chocolate, batiendo bien hasta tener una mezcla homogénea.

Repartir en 6 moldes individuales estilo ramekin y colocar en una bandeja alta. Llenar con agua, de tal modo que se cubra casi la mitad de los moldes, y llevar al horno. Hornear durante unos 30 minutos, hasta que haya cuajado bien pero siga un poquito húmeda la superficie. Esperar un poco fuera del horno - cuidado con el agua - antes de manipularlos.

Llevar a la nevera para que se enfríe al menos durante una hora. Podemos taparlos con plástico film si no queremos que se forme una película más dura por encima, aunque personalmente a mí me gusta. Añadir alguna decoración al gusto, fruta, hojas de menta, alguna tontuna de color rosa, chocolate blanco picado, crocanti de frutos secos, nata montada... como siempre, mil posibilidades.

Chocolate pots de crème

Dudo mucho que hagamos nada especial para San Valentín, con suerte ya me habré repuesto del todo y al menos podré recuperar el tiempo perdido de estos días. Todavía funciono a medio gas y reservo las energías para temas urgentes, pero las tareas del hogar se están quedando relegadas a un segundísimo plano. Bueno, ya que el 14 cae justo en domingo y el elfo tendrá partido de fútbol, a lo mejor preparo algo especial para comer o cenar en casa tranquilamente, que al final lo mejor es poner cariño en la cocina y poder compartirlo ^_^.

Pochas navarras al curry. Receta reconfortante de cuchara para el HEMC#71

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Poco a poco vuelvo a ser persona, una persona que vive pegada a un paquete de pañuelos, pero persona al fin y al cabo. Porque menuda semanita he pasado, y qué frustrante es saber que tienes mil cosas que hacer pero que el cuerpo no te de para más. Lo peor de estar enfermo es que encima apenas tienes apetito y se duerme fatal, por lo que el estado de debilidad general se acentúa y la cosa empeora. Menos mal que ahora tengo hambre a todas horas y estoy compensando con platos reconfortantes de cuchara como estas pochas navarras al curry. Ayer hice otra cazuela y pienso repetir comida hoy, que con este frío -¡¡por fin!!- entran de maravilla. Además participo en el HEMC#71 de este mes, dedicado, cómo no, a las legumbres.

Pochas al curry

He estado durmiendo mal no sólo por el propio malestar y los constantes ataques de tos. Primero lo pasaba mal por el elfo, y es que me da mucho apuro molestar a los demás por la noche, a pesar de que luego él ni se entera de la mitad de mis desventuras nocturnas -es un poco como mi padre en ese sentido, que ya se podía tambalear la casa que él sigue roncando-. Intentar toser bajito no funciona mucho, al final terminaba ahogándome yo sola. Encima cuando estoy enferma mi mente decide unirse a la fiesta y tengo pesadillas, que luego no recuerdo pero me hacen despertarme empapada en sudor y con un mal cuerpo terrible. La fiebre tampoco ayuda, no. Ah, y hay que sumar las visitas al baño porque claro, me he pasado los días bebiendo agua y tomando infusiones, así que la vejiba llega a ciertos límites insalvables que hay que solucionar de madrugada.

Pochas al curry

Ahora con estas olas de frío que yo tan feliz he recibido, parece que en Madrid hay alerta de gripe. Espero que este año pase de largo al menos por mi familia, madrileña y murciana, que el año pasado pegó fuerte y esta sí que te deja hecho una pena durante muchos días. Yo, como decía al principio, estoy aprovechando más que nunca para disfrutar de mis platos de cuchara favoritos, y estas pochas navarras al curry se han convertido en receta estrella del invierno desde que las cociné la primera vez. Cuando cocino legumbres suelo seguir el método de mi madre usando las verduras que tenga en la despensa, salvo que use lentejas rojas que entonces me decanto por inspiración india. Me apetecía sin embargo usar el curry con otras legumbres, y al final me decidí a probar con un tarro de pochas cocidas que me encontré de casualidad en una tienda.

Pochas al curry

Las pochas navarras han sido todo un descubrimiento, ¡qué legumbre más rica! Hacía tiempo que las quería probar porque había leído mucho sobre sus virtudes, y no me engañaban. Son delicadísimas, tiernas, mantecosas y muy digestivas. Me falta probarlas frescas y en el típico estofado navarro de verano, pero espero que nadie se ofenda por mi "plato fusión". Se puede preparar un curry vegetariano como este con alubias blancas corrientes, pero a mí las pochas me han conquistado. En este caso las disfrutamos tal cual, pero para que cundan más están estupendas también con arroz blanco, mijo o con quinoa, y así hacemos un plato más completo.

HEMC #71 - Legumbres


Receta de pochas navarras al curry
Inspiración: Mauritian Curry de Vegan Lovlie
Ingredientes para 2-4 raciones

- 420 g de pochas navarras cocidas
- 1 cebolla dulce no muy grande
- 1 diente de ajo
- 1 trocito de jengibre fresco
- 1 cucharada de cúrcuma
- 1 cucharadita de mezcla de especias para curry
- 1 cucharadita de comino molido
- 1/2 cucharadita de hinojo molio
- 1/2 cucharadita de cilantro molido
- 1 chorrito de vino blanco
- 2 tomates de rama maduritos
- 1 o 2 chiles o guindillas (opcional)
- 1/2 cucharadita de vinagre de manzana o de Jerez
- caldo de verduras o agua
- perejil o cilantro fresco
- aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta al gusto

Picar la cebolla, el diente de ajo, el trocito de jengibre y los chiles o guindillas, desechando las semillas. Cortar en cubos pequeños los tomates y picar un buen manojo de perejil o cilantro lavados previamente. Sacar las pochas del tarro con suavidad, escurrir y enjuagar con cuidado.

Calentar un poco de aceite en una cazuela y echar la cebolla con el ajo y el jengibre, removiendo bien durante menos de un minuto. Añadir todas las especias, dejar que suelten su aroma unos segundos y añadir un poco de agua para formar una pasta. Cocinar a fuego medio unos 5 minutos, vigilando que no se seque para evitar que se queme.

Regar con el vino, echar los tomates y cocinar hasta que se empiecen a deshacer. Añadir una pizca de sal y chafar con la espátula. Incorporar también el chilo o guindilla, si se usan. Agregar las pochas, remover con suavidad y añadir el vinagre. Cubrir con caldo o agua al gusto, salpimentar ligeramente, tapar y dejar cocer unos 15 minutos.

Comprobar el punto de cocción y el nivel de líquido, ajustándolo según se prefiera más o menos caldoso. Corregir de sal y servir con perejil o cilantro fresco picado.

Pochas al curry

El viernes es posible que me codee con famosos. Bueno, "codearme" es quizá una palabra algo ambiciosa, y no sé cuál será el nivel de famoseo, pero al menos pulularé entre gente conocidilla. En realidad lo único que voy a hacer es acompañar a mi suegra a un desfile de la Fashion Week, que siempre la invitan por contactos con sus pacientes. Al menos será interesante :).
¡Abrigáos bien!

Pan de especias vegano con sirope de ágave

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Acabo de venir de hacer una compra rápida -aunque tengo que ir con el carrito cuestas para arriba, cuestas para abajo, y tardo unos 25 minutos en llegar al supermercado en cuestión, a mi ritmo de maratón- porque mi madre viene de visita la semana que viene y necesitaba comprar algunas cosicas más especiales. Me he dado cuenta de que ya se va notando cómo se hacen más largos los días, y la verdad es que ahora es cuando más me gustan las horas de luz diurnas. Este horario de anochecer está bien, no es tristón como diciembre ni una desesperación como junio -odio que sean las 22.00 y haya luz todavía-. Además, así puedo ir a clase de alemán con los últimos rayos de sol, que siempre anima que salir de noche de casa. Pero como todavía tenemos invierno por delante, traigo hoy una receta de esas que tanto me gustan, un pan de especias vegano con sirope de ágave.

Pain d'épices vegan


Sí, tengo unos mil trillones de panes de especias en el blog, con sus diferentes variantes. El Lebkuchen alemán/suizo es más tipo pastelito o galleta, pero esta es la versión más conocida en Francia, el Pain d'épices. Parece más un bizcocho aunque la textura, en mi opinión, no tiene nada que ver con lo que yo considero un bizcocho de verdad, por eso es más bien un pan. Un pan "rápido", claro, que no hay levados ni amasados. Lo que los anglosajones llaman quick bread, vamos. Qué lío de terminología, todo para resumirlo en: es fácil, rápido y delicioso.

Un buen pan de especias es denso pero jugosito, de textura firme y muy aromático, gracias a que suelen llevar mucha miel o un ingrediente similar. En este caso empleamos sólo sirope de ágave, en cuyas propiedades nutricionales no me meto pero me gusta usarlo de vez en cuando en repostería, creo que endulza sin empalagar y aporta buena jugosidad y aroma a las masas. Yo no he añadido nada de azúcar moreno pero echad un ojo a la receta original porque sí que agrega un poco, lo comento por si preferís los dulces más... dulces. A mí me gusta tomar este pan para acompañar un té o una infusión, mojándolo en la taza, pero también es delicioso acompañando compotas de frutas o un queso suave.

Pain d'épices vegan


Pan de especias vegano con sirope de ágave
Inspiración: receta modificada de 100% Vegetal
Ingredientes para 1 pan mediano

- 150 g de harina de trigo de repostería
- 100 g de harina integral de centeno
- 2 cucharaditas de mezcla de especias para pan de especias (canela, jengibre, coriandro, anís, anís estrellado, cardamomo, nuez moscada, clavo...)
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 200 ml de leche de soja
- 150 ml de sirope de ágave

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar o forrar con papel sulfurizado un molde rectangular de tamaño mediano.

Mezclar con unas varillas en un recipiente las harinas con las especias, la sal, la levadura y el bicarbonato. Formar un hueco en el centro y añadir la leche de soja con el sirope de ágave. Batir un poco y empezar a mezclar con los ingredientes secos.

Trabajar la masa con suavidad, lo justo hasta tener una textura homogénea sin grumos secos. Llenar el molde, igualando la parte superior con una espátula, y hornear durante unos 35-40 minutos. Esperar un par de minutos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.

Pain d'épices vegan


¡Que disfrutéis del resto del fin de semana! Vamos que casi se nos termina febrero ya, y eso que este año tiene un día extra. Hay que aprovecharlo ;).

Nudos de panecillos de canela y arándanos rojos antiagobios

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¡Sigo viva! Aunque casi no sobrevivo cuerda a las dos últimas semanas, en las que -para variar- se me han juntado mil millones de cosas. De repente viene mucho trabajo junto, se acumulan compromisos, imprevistos varios, algún tema médico, quedadas y cena con gente estupenda, el alemán apretando, visita de mi madre, los Oscar, cambio de mes, la Semana Santa que ya está a la vuelta de la esquina... En fin, que no me ha dado la vida para más. No he tenido tiempo de cocinar para el blog pero tengo recetas pendientes de publicar, así que hoy traigo estos facilones y ricos nudos de panecillo de canela y arándanos rojos.

Cinnamon knots with cranberries

Si hay dos cosas que me gusta hacer en épocas de estrés y agobios, además de comer chocolate negrísimo y almendras tostadas -a veces combinados, ñam-, es hornear pan y salir a correr. Porque eso sí, mis carreras no me las quita nadie. Ya puede soplar un huracán, como ha pasado últimamente en Madrid, o puedo estar muy cansada, que salir un rato a mover las piernas me ayuda muchísimo a desconectar y a no volverme loca. Creo que también consigo conciliar mejor el sueño por las noches y además se me han reducido muchísimo las migrañas, así que os recomiendo que practiquéis algún ejercicio de cardio si sufrís alguno de los dos problemas. Sé que correr aburre y desespera a mucha gente -a mí me pasaba, pero al coger ritmo y costumbre me he enganchado-, pero hay más opciones ;).

Cinnamon knots with cranberries

Si me seguís por las redes sociales, especialmente twitter e instagram, habréis visto mis andanzas de estos días. Con mi madre volvimos a patear Madrid, comimos en sitios muy ricos y nos lo tomamos con calma disfrutando sin cansarnos demasiado. Pudimos ver la exposición de Kandinsky ya terminada, la nueva de los realistas en el Thyssen, fuimos al cine, quedamos a tomar té con mi suegra -en el Hotel Palace, ella se empeñó para darnos un lujito-, nos enamoramos de Le Cocó y también tuvimos ratos tranquilos hogareños en casa. Pronto me tendrán a mí por allí, que ya estamos en plena Cuaresma y la Semana Santa está al caer! Agobios otra vez xD.

Cinnamon knots with cranberries

En fin, como decía, no puedo prescindir del pan. Hidratos, venid a mí. En épocas de estrés creo que necesito muchas más calorías y las masas caseras me ayudan a sobrellevarlo, además me dan energía para machacar las zapatillas después. Estos panecillos en forma de nudo son ideales si también pasáis una racha de poco tiempo libre, ya que son sencillísimos y no requieren mucho amasado, ni levados largos, ni son difíciles de formar. Yo añado más canela de la indicada, es que me encaaaanta. Como si fuera una novedad ;).

Cinnamon knots with  cranberries

Receta de nudos de panecillos de canela y arándanos rojos
Inspiración: What should I eat for breakfast
Ingredientes para unos 6-8 panecillos

- 200 g de harina de fuerza
- 50 g de harina integral
- 1 pizca de sal
- 10 g de levadura fresca de panadería
- 1 cucharadita de azúcar moreno
- 125 ml de agua tibia
- 15 ml de aceite de oliva virgen extra
- 2-3 cucharadas de leche
- 1 cucharadita de canela
- 2-3 cucharadas de azúcar moreno
- un poco de mantequilla derretida o equivalente vegetal
- arándanos rojos frescos o secos (en ese caso, mejor remojarlos previamente)
- azúcar moreno extra
- leche
- mantequilla o equivalente vegetal para pintar (opcional)

Mezclar en un recipiente la harina de fuerza con la harina integral y la sal, formar un hueco y echar la levadura desmenuzada con el azúcar y el agua. Mezclar y empezar a añadir harina al centro, incorporar el aceite y la leche, y amasar hasta tener una masa homogénea y suave, elástica. Formar una bola, tapar y dejar levar hasta que casi doble su tamaño.

Estirar la masa sobre una superficie bien limpia. Pintar con la mantequilla derretida, mezclar la canela con el azúcar y espolvorear. Agregar los arándanos rojos troceados, enrollar y volver a aplanar. Cortar en unas 6 porciones, estirar cada una para formar un rollito y crear un nudo. Distribuir en una bandeja de horno con papel sulfurizado.

Precalentar el horno a 200ºC; pintar con leche los panecillos y dejar que leven un poco mientras el horno está listo. Hornear durante unos 20 minutos, o hasta que estén dorados. Pintar con mantequilla mientras siguen calientes si se quiere dar un toque extra de sabrosidad a la masa.

Cinnamon knots with cranberries

Espero volver pronto a publicar con menos prisas y más regularidad; mientras tanto, ¡feliz inicio de semana! Ah, y feliz marzo, que no he podido dar la bienvenida al nuevo mes todavía :).

Asa tus verduras para ser más feliz [de la remolacha no se tira nada]

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Confieso que hubo un tiempo en el que me gustaba la remolacha esa que venden en botes para ensaladas. Me parece que fue la época en la que me dio por ponerme a dieta cuando entré en la adolescencia -sí, entonces me sobraban algunos kilos porque comía fatal-. Empecé a cenar ensaladas, nada sofisticado ni gourmet, con ingredientes bastante básicos, y para darles vidilla me aficioné a la sección de conservas para ensaladas del supermercado. De hecho, recuerdo que a palo seco no me hacía mucha gracia la remolacha, pero mezclada con las demás cosas de mis tristes ensaladas le pillé el punto a ese sabor agridulce que ahora me da repelús.

Era joven e inocente.

Root Vegetables

Pasaron los años, me hice blogger -llevo casi una década y aún me siento idiota al autodenominarme así- y me saturé de contenidos gastronómicos por las redes. Bueno, sigo haciéndolo, para qué engañarnos. El caso es que descubrí todo el mundo de posibilidades que se abre cuando uno indaga más en el universo de las verduras, y me enamoré de las que llaman root o de raíz. Que además combinan de maravilla con mi amada calabaza: nabos, chirivías, colinabos, zanahorias varias, apionabo, remolacha... ¿remolacha? ¿Fuera de un bote y sin ese liquidillo ácido? Ah, la primera vez que la probé en todo su esplendor me maldije por no haberla degustado así antes.

Beets

La verdad es que hasta hace unos años me costaba encontrar remolachas crudas, al natural, enteras y sin procesar. Por suerte ahora las veo en todo tipo de comercios, incluso con sus maravillosas hojas enteras, y de verdad que os recomiendo probarlas si aún no lo habéis hecho. Pero nada de cocerlas, asadas en el horno ganan muchísimo, especialmente combinadas con otras verduras.

Root Vegetables


Cuando llegue el calor será difícil encender el horno para preparar vegetales, así que merece la pena aprovechar todavía el final del invierno y la primavera. La plancha y la parrilla también me gusta, pero más para hortalizas como el calabacín y la berenjena. El horno es otra historia, sobre todo si dejamos que se churrusquen un poco; concentra los sabores y deja una textura deliciosa en prácticamente cualquier producto vegetal. Asad un brócoli o una coliflor, o coles de bruselas, o espárragos... Y añadir muchas hierbas aromáticas. Y buen aceite de oliva antes de servir. Con pan al lado.

Root Vegetables


Por cierto, que de la remolacha no se tira nada y esas maravillosas hojas se pueden comer. Pensad que son como acelgas, además me parecen una preciosidad. Me haría un ramo con ellas si no fuera porque prefiero devorarlas, claro. La última vez simplemente las salteé con unos tomatitos, un poco de ajito y Zataar. No sale en la foto, pero en el último momento poché un huevo para romperlo encim y dejar que la yema se fundiera con las hojas salteadas... ñam.

Beets


Receta de verduras asadas con tomillo y romero
Inspiración: mi obsesión por asar vegetales
Ingredientes a ojo y totalmente modificables

- 3 remolachas crudas
- 2 nabos
- 1 chirivía
- 1 zanahoria
- 1 buen pedazo de calabaza tipo butternut
- tomillo
- romero
- ajo granulado
- pimienta negra
- sal gruesa
- aceite de oliva virgen extra de calidad

Precalentar el horno a 200ºC y preparar una o dos bandejas o fuentes, engrasándolas un poco o cubriéndolas con papel sulfurizado o de aluminio.

Lavar muy bien las remolachas, nabos, chirivía y zanahoria. Cuidado que la remolacha mancha que da gusto. Guardar las hojas de las remolachas (y de la zanahoria, en su caso) y pelar ligeramente si hubiera alguna parte maltrecha. Pelar la calabaza con un pelaverduras.

Trocear todo en piezas de, aproximadamente, el mismo tamaño, y colocar en un recipiente grande. Añadir tomillo, romero, ajo granulado, pimienta negra, un poco de sal y un chorro de aceite. Remover bien y distribuir en las bandejas en una sola capa.

Asar entre 20-30 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que estén un poco churruscadas por fuera, pero tiernas por dentro. O ajustar los tiempos al gusto, eso ya depende de cada uno. Dar otro golpe de sal y pimienta al salir del horno y servir con un poco más de aceite en crudo.

Root Vegetables


Después de unos días de vendavales helados con los que casi salgo volando un par de veces, parece que el fin de semana va a ser tranquilito y soleado. La primavera ya se intuye aunque no me extrañaría nada que tuviéramos una última ola de frío cuando ya hayamos sacado la manga corta. Bueno, no hablo del sureste, que en Murcia ya sé que me espera un tiempo calentito cuando llegue en unos días. ¡Qué poco me gusta que se adelante tantísimo la Semana Santa!

Pan de soda integral aromático con melaza sin lactosa, que llega San Patricio

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El calendario a veces es un poco estresante, sobre todo si una le hace demasiado caso. Cuando era niña o estudiante era el calendario escolar el que marcaba mi vida. Primero sólo pensando en Navidad, Semana Santa y verano, luego entraron las temporadas de exámenes en la ecuación. Pero ahora, sobre todo viviendo casi de y por la cocina, encontramos fechas marcadas con ocasiones especiales cada dos por tres. Reconozco que los "día de" me cansan y me aburren un poco, por sobresaturación más que nada, pero no puedo evitar caer en las festividades más universales. ¿San Patricio es universal? Por algún motivo hace años que un poco sí, y aunque este año me pilla fatal no podía dejar de hornear un nuevo pan de soda para la colección, esta vez integral con melaza y aromas varios, sin lactosa.

Molasses soda bread

Y es que este año la Semana Santa se ha adelantado muchísimo. Me da rabia porque desde que caí enferma a principios de febrero se me han encadenado unos acontecimientos tras otros, y siento que el tiempo se me escapa de las manos sin poder pararme a disfrutar del momento. Me hubiera gustado preparar más cosas de la cocina irlandesa, que cuanto más la conozco más me interesa, y también de Semana Santa o Pascua. Pero no va a poder ser como yo había planeado al terminar la Navidad, ya que encima casi me quedo sin billete para Murcia por ir a comprarlo demasiado in extremis. Pero bueno, el viernes estaré ya por allí, supongo que en manga corta y sacando las sandalias.

Molasses soda bread

El pan de soda ya sabréis que se llama así porque usa como agente leudante el bicarbonato sódico, que hace reacción con los líquidos, normalmente buttermilk, leche, yogur y sus variantes. Por tanto no es estrictamente un pan-pan, pero está buenísimo. Si investigáis un poco encontraréis muchas historias y referencias históricas muy interesantes, además de diferentes variantes regionales y familiares de esa buena gente que son los irlandeses. Me hubiera gustado echarle pasas de corinto maceradas en licor, pero al elfo no le hacen nada de gracia, y mucho menos con queso, que es como le gusta a él tomar este pan. Las tostas de provolone con pan de soda le vuelven loco.

Molasses soda bread


Receta de pan de soda integral aromático con melaza sin lactosa
Inspiración: idea propia tras varias lecturas como esta
Ingredientes para un par de medio kilo, aproximadamente

- 275-300 ml de leche sin lactosa
- 1/2 cucharadita de vinagre de manzana
- 2 cucharadas de melaza
- 1 y 1/2 cucharadas de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- jengibre molido
- canela molida
- nuez moscada molida
- cardamomo molido
- ralladura de naranja
- 200 g de harina blanca (trigo o espelta)
- 250 g de harina integral
- 1 cucharadita de cremor tártaro
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico

Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja, cazuela o skillet que aguante altas temperaturas.  Calentar la leche un poco y mezclar con la miel y el vinagre. Esperar 15 minutos.

Añadir el resto de ingredientes, sin echar toda la leche de golpe, agregando más en el caso de que la masa estuviera muy seca. Debe ser pegajosa pero que podamos darle forma, más o menos. Dependiendo de la harina usada puede absorber más o menos líquido.

Volcar en la bandeja, dar forma redondeada y marcar un poco una cruz en la parte superior. Introducir en el horno y cocer unos 35-40 minutos, hasta que la corteza esté bien doradita y suene hueco al golpear por abajo. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Molasses soda bread


Más recetas de pan de soda para San Patricio, y si tenéis más tiempo, un rico pan-pan con frutas:

- Pan de soda blanco grande
- Pan de soda con trigo sarraceno y avena
- Pan de soda sencillo con semillas de amapola
- Irish Tea Brack

Con lo que me gustan estos panes, lo fáciles y rápidos que son, y lo poco a menudo que los preparo. Creo que aprovecharé la Semana Santa para enseñar a mi madre a prepararlo, que siempre ha querido hacer algún pan pero se ve incapaz de elaborar uno "en condiciones", y así tendremos buen desayuno para el fin de semana en Murcia.
¡Nos leemos desde allí en unos días!

Mis recetas de Pascua y Semana Santa

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¡Saludos desde Murcia!

Llegué el viernes a la hora que se ha vuelto habitual en mí -cogiendo el primer tren de la mañana, a las 7.13 desde Madrid, muy tarde en mi opinión-, me pasé la tarde trabajando y me fui a la cama tempranísimo, agotada. Como siempre que tengo que viajar, dormí fatal la noche antes y me desperté antes de las 5 am, sin poder volver a conciliar el sueño. Tampoco dormí en el tren, y llevaba una semana algo agotadora, así que caí prontísimo en la cama. Menos mal que me he traído tapones para los oídos y pude aislarme del ruido de la gente fiestera que monta jaleo en el barrio -por un maldito bar/club/discoteca que hay en la Plaza de Toros tooooooda la noche-. Me desperté a las 7, y os aseguro que eso para mí me supo a gloria. Ahora estoy lista para preparar recetas de Pascua y Semana Santa. Ya tengo el horno encendido.

Imagen de Kirstie Edmunds - Pencil Pocket

Apenas tuve tiempo de nada en Madrid por haberse adelantado tanto este año las fiestas, pero una vez en Murcia y descansada me apetece mucho retomar algunas recetas tradicionales y probar otras. Sabéis que las torrijas no son especialmente lo mío, y que jamás hemos tenido en mi familia tradición de arroz con leche, leche frita o buñuelos, pero me gusta ir más por el lado interncional y probar recetas típicas de la Pascua de otros rincones del mundo. Además me puede la vena suiza, no lo puedo evitar. Allí las fiestas de Ostern son muy celebradas, igual que en Alemania, y se llena todo de conejitos, liebres, pollitos, huevos, chocolates y caramelos de mil clases. Jamás me olvidaré de las "cazas" de Pascua que nos montaban mis abuelos en el jardín del campo cuando venían de visita con cargamentos golosos, cuando toda es parafernalia dulce no se conocía en España.

Tengo intención de compartir alguna receta nueva por aquí para estas fiestas, pero mientras tanto os dejo con el inevitable recopilatorio de recetas de Pascua y Semana Santa que ya han visto la luz en el blog en todos estos años. ¡Disfrutad mucho de estos días!

Simnel Cake - Pastel británico con mazapán y pasas

Simnel cake

Colomba Pasquale fáciles (a la suiza)

Colomba pasquale

Garibaldi biscuits

Easter biscuits

Paska - Pan dulce eslovaco

Slovak Paska - Easter bread

Fotzelschnitten - Receta de torrijas suizas

Fotzelschnitten - Torrijas suizas

Galletas italianas de Pascua

Italian easter cookies

Aargauer Rüeblitorte - Pastel de zanahoria suizo (sin gluten y sin lácteos)

Aargauer Rüblitorte

Hot Cross Buns - Panecillos de Viernes Santo

Hot cross bun

Trenza dulce griega de Pascua

Easter braid

Galletas primaverales

Easter cookies

Muffins de zanahoria y piña

Easter carrot muffins

Bollos checos de Pascua

bollitos pascua2

Galletas decoradas de Pascua

Easter egg cookies

Mi receta de Monas de Pascua de Murcia

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Me despierta mi gato como en los viejos en tiempos, que además ha pasado la noche entre mis piernas. Son las 6.30 y ya quiere desayunar -para volver a dormirse luego, claro-. Puede que mis horarios madrugadores los haya cogido tras años conviviendo con este ser peludo que tanto se hace querer. Aprovecho también para desayunar tranquilamente con una de mis monas de Pascua, revisando la prensa online; el pifostio político que ya es rutinario, corrupción, procesiones, preparación de las Fiestas de Primavera... Luego a trabajar un par de horas mientras cae la lluvia. Y cuando tomo un descanso reconecto con el mundo para descubrir una vez más el horror desatado a las puertas de nuestra casa. Mientras Europa sigue repitiendo los mismos errores que ya nos condenaron años atrás, tratando a personas inocentes como mercancía de segunda, como basura. Pero la vida sigue...

Monas de Pascua murcianas

Intento que la dura realidad que nos rodea no me afecte demasiado, pero tampoco la puedo ignorar. Quiero informarme, prestar atención a muchas voces, tener todas las perspectivas posibles, intentar comprender cómo llegamos a estas cosas. En clase de alemán solemos charlar sobre las noticias pero a menudo nos quedamos sin saber qué decir. Y el problema no es el idioma, es literamente falta de palabras, en alemán, español o esperanto. Simplemente, no sé qué decir. Todo esto me afecta mucho porque le doy mil vueltas a la cabeza, pero trato de que no se refleje en mi día a día porque ya bastantes preocupaciones personales que me causan más de un problema. Afortunadamente, estar en mi tierra, con mi familia, mi gato y mi gente ya es una terapia. Correr bajo la lluvia y hornear también.

Monas de Pascua murcianas

Tenía que volver a recetas tradicionales de mi hogar este año. Lo he dicho varias veces, me complico la vida con platos típicos de otros lugares y descuido un poco mis raíces. Pero me apetecía mucho volver a preparar monas de Pascua, y que mi familia las probara, así que he retomado mi propia receta de Directo al Paladar para terminar de moldearla a mi gusto. La original sale perfecta, tal y como yo recuerdo las monas de mi infancia, pero no me puedo estar quieta y al final he desarrollado mi receta de monas de Pascua murcianas, a mi gusto.

Monas de Pascua murcianas

Monas de Pascua hay muchas, compartiendo nombre o aspecto. La primera vez que descubrí que en muchas zonas son creaciones de chocolate o pasteles muy decorados, me sorprendí mucho. También cuando me enteré de que se supone que son típicas de Semana Santa. Y diréis: pues claro, se llaman monas de Pascua. Pero es que yo me he criado tomando monas desde pequeñita todo el año, para merendar o desayunar. De hecho, en la fiesta de mi colegio antes de Navidad las madres organizaban un almuerzo con chocolate caliente y ¡monas! Nada de churros. Siempre me han gustado mucho más estos panecillos dulces, tiernos, aromáticos, con su huevo. Algo rústicos pero con ese sabor tradicional cuyo simple aroma me transporta a tiempos más inocentes.

Monas de Pascua murcianas

Monas de Pascua de Murcia - mi versión
Inspiración: mi propia receta modificada al gusto personal
Ingredientes para unas 10-12 monas

- 600 g de harina de fuerza
- 120 g de azúcar
- 20 g de levadura fresca de panadería
- 1 cucharadita de sal
- ralladura de limón
- ralladura de naranja
- 200 ml de aceite de oliva virgen extra
- 225 ml de leche sin lactosa
- 2 huevos L

- 1 huevo más para pincelar
- 1 chorrito de leche para pincelar
- azúcar extra
- huevos cocidos para decorar

Lo mejor es empezar pesando y midiendo todos los ingredientes, hay que tener orden en la cocina. Calentar la leche un poquito (que no queme) y desmenuzar encima la levadura. Añadir una cucharada del azúcar y cuatro de la harina. Batir con unas varillas, tapar con un paño y dejar que fermente unos 30 minutos.

Mientras tanto, aprovechar para cocer los huevos y dejarlos enfriar. No hace falta poner huevo a todas las monas, sobre todo si no somos muchos en casa o si vamos a congelar algunas de ellas. Estrujar con los dedos o un tenedor la ralladura de limón y naranja en el azúcar, para que suelten sus aromas. Mezclar con el aceite en un recipiente grande, añadir los huevos y batir con unas varillas.

Mezclar la harina con la sal y echar unas cuantas cucharadas a los líquidos, batiendo bien con las varillas. Agregar la masa de arranque, mezclar y continuar con el resto de la harina. Trabajar muy bien hasta tener una masa homogénea, húmeda pero que sea maleable, que se pueda despegar del cuenco sin quedarse pegada. Tapar y dejar reposar 30 minutos para que se trabaje mejor.

Pasado ese tiempo, amasar un poco para que quede más homogénea y suave. Colocarla en un cuenco limpio y tapar con plástico film. Dejar crecer hasta que doble su tamaño, entre 1 y 2 horas. Deshinchar y pesar para calcular el tamaño de las porciones que queramos sacar, o cortar la masa a ojo si nos da un poco igual que salgan más o menos grandes.

Bolear cada porción individualmente y dar forma alargada, ovalada, con el centro más gordito. Distribuir en dos bandejas forradas con papel sulfurizado y colocar los huevos en las que queramos, apretando con suavidad en el centro. Batir el huevo con un poco de leche y pintarlas. Dejar que crezcan hasta la mitad de su tamaño, unos 30-60 minutos.

Precalentar el horno a 200ºC. Volver a pintarlas con huevo y añadir azúcar por encima al gusto. Hornear bajando la temperatura a 180º pasados los primeros 5 minutos, y girando cada bandeja a mitad de la cocción para que se doren por igual. Cocer durante unos 15-17 minutos, tienen que quedar doraditas, y dejar enfriar sobre una rejilla.

Monas de Pascua murcianas

Ha estado lloviendo, de forma constante y suave, desde ayer. Ahora la cosa se calma y apenas chispea, pero han sido dos días de lo más reconfortantes. Fresquito, humedad, aire limpio. Y por supuesto, he salido a correr por la mota del río, agradeciendo mi osadía al traerme el chubasquero en la maleta. Me encanta correr con lluvia suave, especialmente en entornos naturales, con la primavera recién estrenada. Pronto llegará el calor de golpe, pero estos dos días me han sabido a gloria. Igual que las monas.

Galletas huevos de Pascua con mermelada

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¡Feliz Viernes Santo! ¿Estáis de viaje, disfrutando de las tradiciones de vuestra ciudad o pueblo, visitando a la familia, relajándoos en casa? Sea como sea, espero que estos breves días de fiesta los paséis lo mejor posible. La Semana Santa o Pascua tiene algo muy particular, me da la sensación de que es una de las fiestras más heterogéneas que vivimos hoy en día. Son breves, nunca caen en las mismas fechas y se mezclan las tradiciones locales con costumbres que nos llegan de fuera y las propias elecciones propias de cada casa. Sea como sea, es un buen momento para preparar algo especial acorde con las fechas, y si estáis ya hartos de torrijas las galletas temáticas siempre son una buena opción, como estas galletas huevos de Pascua con mermelada. Sencillas pero bonitas.

Marmalade easter cookies

En Murcia tenemos dos semanas de fiestas porque justo al terminar la Semana Santa empiezan las Fiestas de Primavera, que por desgracia me pierdo desde hace unos años al vivir en Madrid. Mis padres siempre han huído de las aglomeraciones festivas, por eso de pequeños mi hermano y yo solíamos pasar los días "santos" en el campo, normalmente con mis abuelos de Suiza que venían cargados de dulces de Pascua y cosas para decorar los huevos. Todo eso era algo desconocido aquí por entonces, hoy en día ya tenemos las dos -o más- tradiciones de Pascua mezcladas en España. Si había suerte, incluso hacíamos algún viajecito nacional, enlazando con las fiestas siguientes.

Marmalade easter cookies

Por eso mi Semana Santa no sabe a torrijas, no sabe a arroz con leche, ni leche frita ni monas. Y las procesiones las descubrí ya de mayor, cuando me interesaron más por curiosidad de historiadora del arte que por tradición propia. Ahora me gusta ir a ver algunos pasos, por un lado las imágenes que realmente tienen valor histórico-artístico, y por otro por observar toda la carga social, cultural y popular que tienen estos ritos. Me fascina por ejemplo que muchas de las procesiones se vivan casi como una fiesta, con los nazarenos regalando caramelos, habas y monas al público, especialmente a los niños que se lo pasan en grande.

Unos amigos alemanes se sorprendieron muchísimo al ver ese carácter festivo cuando supuestamente se conmemora el sacrificio y muerte de Cristo. Las tradiciones evolucionan... al menos la Procesión del Silencio -Cofradía del Santo Refugio-, anoche, sí se sigue respetando. Mi madre me cuenta que cuando era niña en Jueves Santo no había nada de nada abierto y a los críos no les dejaban ni jugar armando ruido en sus propias casas. Era un día de recogimiento y respeto.


Imagen de La Verdad

Ayer salí a correr por la tarde y a la vuelta calculé para justo presenciar el cruce del río de la Procesión de la Soledad, la única que cruza el río partiendo desde el barrio del Carmen. Me gusta verla porque tiene algo especial, esos pasos pasando por el puente, ligeramente elevado cuando llega a la Gran Vía, con el atardecer al fondo iluminando en esa preciosa luz el agua del Segura, los puentes y el Malecón al fondo. Además es un espacio amplio, abierto, sin los agobios de las callejuelas del centro por donde discurren la mayoría de procesiones.

Claro que tenía a dos niñas al lado que no dejaban de preguntar, señalar, reírse y jugar, mientras su madre trataba de hacerlas callar, explicando lo que podía sin mucho éxito. Las pobres no entendían nada, la madre tampoco conseguía transmitir la solemnidad y la importancia de lo que se estaba viendo a sus pequeñas, y era un curioso contraste respecto a la pareja de ancianos del otro lado que asistían con emoción y estoicismo al lento y dramático paso de los estantes. Lo dicho, las tradiciones cambian.

Marmalade easter cookies

Volviendo a las galletas, no tienen mucho misterio, pero me gustó el efecto cuando las vi en un blog alemán. El molde huevo es de lo más simple pero me encanta, y siempre me gusta usarlo de un modo u otro cuando llega la Pascua. La idea es aplicar la técnica de las Spitzbuben, es decir, formar un sándwich con dos mitades de galletas, una de ellas con un recorte en el medio, rellenándolas con mermelada. Para estas fechas lo mejor es usar una mermelada de tonos naranjas o amarillos, pero va al gusto de cada uno. Se puede usar cualquier masa que os guste, aunque yo he adaptado directamente la receta de Maras Wunderland porque llevan almendra molida y así quedan más tiernas, sin expandirse en el horno.

Marmalade easter cookies

Galletas huevos de Pascua con mermelada
Inspiración: receta adaptada de Maras Wunderland
Ingredientes para unas 30-35 unidades

- 100 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 90 g de azúcar
- 10 g de azúcar vainillado
- ralladura de limón
- 1 huevo L a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de sal
- 125 g de almendra molida
- 60 g de leche de almendras
- 180 g de harina de repostería
- azúcar glasé para decorar 
- mermelada para el relleno

Trocear la mantequilla en cubos y batir un poco con una batidora de varillas. Añadir los azúcares y la ralladura de limón, y batir hasta tener una crema homogénea. Agregar el huevo y batir un poco más, hasta incorporarlo.

Incorporar la sal y la almendra molida, batir un poco y echar la leche, batiendo un pelín más. Agregar por último la harina y trabajar la masa con una espátula o cuchara grande para conseguir una masa homogénea, lisa y suave. Dividir en dos discos, envolver en plástico film y dejar en la nevera por lo menos 1 hora.

Marmalade easter cookies

Precalentar el horno a 175ºC y preparar un par de bandejas. Sobre una superficie enharinada, estirar con un rodillo cada porción dejando un grosor de unos 2-5 mm. Recortar las galletas, procurando dejar un número par de huevos, y distribuir en las bandejas. Sacar el centro con un cortador más pequeño a la mitad de ellas. Hornear durante unos 10-12 minutos, hasta que se empiecen a dorar. Esperar un momento fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Para decorarlas, una vez totalmente frías, cubrir las tapas con azúcar glasé tamizado. Colocar una porción de mermelada sobre las bases (los huevos enteros), sin llegar a los bordes, y poner las tapas encima, presionando con suavidad. Guardar en un recipiente hermético.

Marmalade easter cookies

¡Feliz fin de semana santo!

Hornacicos de Pascua para el Domingo de Resurrección - Madrugón a mi pesar

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Hoy es Domingo de Pascua, teóricamente el día grande de la Semana Santa, cuando toca de verdad desear Happy Easter! y Frohe Ostern! Para unos es el día para reunirse en familia a una buena comida/almuerzo/merienda/cena, mejor si es en el jardín o terraza aprovechando la recién estrenada primavera, con muchos huevos y conejitos de chocolate. Para otros es el día en que se celebra -ahora sí se celebra de verdad- la resurrección de Cristo, y hay muchas tradiciones asociadas a ellos, algunas más o menos profanas. A mí me gusta aprovechar para hornear algo típico de diferentes regiones, y aunque este año casi me decanto por otro pan dulce de los que hay tantas versiones por Europa, esta vez he querido probar los apetecibles hornacicos o monas de Domingo de Resurrección de mi querida María, de Cosicas dulces. Tienen forma de mini monas pero la masa es más bien como de galleta, crujiente, sin reposos ni levados. ¡Y son una delicia!

Hornacicos de Pascua

Ahora mismo tengo bajo mi ventana a un montón de músicos venidos en autobuses ruidosos practicando con sus trompetas, tambores y demás. No son las 8 de la mañana aún, pero en el Domingo de Gloria en mi barrio no se puede dormir hasta tarde. Encima nos ha tocado el cambio de hora esta noche, algo que sabéis que odio con toda mi alma, así que prefiero no calcular las escasas horas que he podido descansar esta noche. Porque además se ha sumado que he tenido que dejar la ventana abierta, ya hace calorcico, y el maldito pub/bar/discoteca de la Plaza de Toros reúne hasta el amanecer a fiesteros con nula educación que se dedican a pegar gritos y armar follón por la calle. No creáis que son jovencitos, no. No sé si con la edad me he vuelto cada vez más quejica o es que la gente cada vez tiene menos consideración hacia los demás. Claro que cuando era pequeña no había bares en la Plaza de Toros, en fin.

Hornacicos de Pascua

Madre mía, el ruido que están haciendo los músicos calentando sus instrumentos es bastante infernal, mi hermano que se levanta a mediodía debe estar maldiciendo desde la cama. Pero bueno, no es algo que nos pille por sorpresa. Aquí termina la Semana Santa murciana, con el desfile de la Cofradía del Resucitado, el colofón a toda la semana de fiestas. Y encadenando con ello comienza la semana de festejos de verdad, las Fiestas de Primavera que han llenado de barracas la ciudad. Por desgracia el martes, el mismo día del Bando de la Huerta, cojo el tren de regreso, pero intentaré aprovechar un poco este par de jornadas que me quedan. Ains, ¡hecho de menos vivir las fiestas completas!

Hornacicos de Pascua

Bueno, vamos con la receta. Podéis acudir al blog de María donde está perfectamente detallado el paso a paso, y es que sus recetas tradicionales jamás me han fallado. Yo he hecho unas pequeñas modificaciones para ajustarla a mi gusto personal, y también creo que mis huevos eran más grandes porque he necesitado un poco más de harina. Es lo que suele ocurrir con este tipo de recetas típicas, así que tampoco es un gran problema. Con un poco de experiencia es fácil ajustar a ojo la textura que se debe conseguir. Estos hornacicos se decoran con huevos de codorniz, aunque yo sólo he usado una docena y dejado los demás desnudos. He preferido cocerlos la víspera para evitar sustos en el horno -María los deja a remojo-, y me he dado cuenta de que jamás había cocinado con huevos de este ave antes. Son muy monos :D.

Hornacicos de Pascua

Hornacicos o mini monas de Pascua
Inspiración: receta ligeramente modificada de Cosicas dulces
Ingredientes para unas 20-25 unidades

- 2 huevos L
- 175 g de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- 155 ml de zumo de naranja
- ralladura de 1 naranja
- 100 ml de aceite de oliva
- 1 sobre doble de gaseosa
- 500 g de harina + extra para amasar
- huevos de codorniz cocidos
- 1 huevo batido para pintar
- azúcar para decorar

Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado.

Disponer los huevos en un cuenco grande y batir con unas varillas hasta que espumen. Añadir el azúcar y batir más hasta que quede bien integrado. Incorporar la sal, el zumo de naranja, la ralladura y el aceite, y batir. Agregar la gasesosa y mezclar bien.

Empezara echar la harina, mezclando poco a poco, ajustando la cantidad hasta tener una masa homogénea, blanda y húmeda, algo pegajosa pero que se pueda manejar. Lo mejor es trabajar ahora con aceite de sabor neutro, engrasando la superficie de trabajo y las manos.

Tomar pequeñas porciones, formar bolas y luego estirar las puntas. Distribuir por las bandejas, dejando un poco de espacio entre ellas, y decorar con los huevos en la parte central. Colocar una pequeña tira de masa encima del huevo. Pintar con huevo batido, decorar con azúcar y hornear hasta que los hornacicos estén dorados al gusto.

Dejar enfriar completamente sobre una rejilla antes de comer o de guardar en un recipiente hermético. María recomienda tomarlos para merendar acompañados de chocolate, así que no seré yo quien diga lo contrario.

Hornacicos de Pascua

Después de un febrero algo seco en posts, esta semana me ha cundido bastante; nada más y nada menos que tres recetas en siete días! No me reconozco :P. Se nota que las festividades me inspiran, y más aún venir a mi tierra con la familia. En realidad tenía más dulces y algún que otro plato de Pascua fichado para probar, pero no puede ser todo al mismo tiempo. Me las reservo para el año que viene, aunque las monas y probablemente estos hornacicos volverán a caer.

¡Que disfrutéis del domingo!

Mi Semana Santa 2016 y un pedacico de Fiestas de Primavera en Murcia

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Sé que todo el mundo tendrá ya superada la Semana Santa y la vorágine de torrijas que nos ha inundado este año -¿soy yo o últimamente vuelven con más fuerza?-, pero no quería pasar página sin dejar por aquí algunas pinceladas de mis "vacaciones" de este año. Hace justo una semana que regresé a Madrid, o mejor dicho, que estaba a punto de coger el tren, y los días siguientes han pasado volando. Lo gracioso es que la semana que viene tengo otra visita exprés a mi tierra porque se casa mi prima y no podía perderme la boda, así que ya veremos cómo me organizo para publicar las recetas que tengo pendientes este mes. Sin más preámbulos, aquí os dejo un poco de mi Semana Santa 2016, que ha sido muy tranquila y familiar :).

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

Mi padre no tenía más vacaciones este año que los días festivos de rigor, y como los presupuestos familiares tampoco están para muchos sustos no teníamos organizados viajes ni grandes eventos para estos días. Simplemente, a disfrutar relajadamente de unas fiestas en familia y poco más, con un Jueves Santo muy tradicional en Ikea -ejem- y el Viernes Santo, eso sí, con escapadita a Cartagena. Hacía mucho tiempo que no visitaba la ciudad portuaria y tenía ganas de ver el mar, porque en verano no me llevo muy bien con la playa.

Cartagena

Cartagena

Cartagena es una ciudad preciosa que ha recuperado en los últimos años gran parte de su patrimonio histórico-artístico, y es una visita muy recomendable para el turista que llega por la costa o por tierra. Tras los primeros días de la semana, lluviosos, el resto de jornadas tuvimos solazo y calorcico en la Región, pero en Cartagena la brisa marina soplaba con fuerza y era muy agradable pasear junto al puerto con el solecico y el fresco al mismo tiempo. Era festivo y había mucha gente, claro, pero no fue especialmente agobiante. El centro también es muy bonito, con edificos antiguos restaurados y luciendo para la ocasión, ya que la Semana Santa en Cartagena tiene gran importancia con procesiones y pasos notables, aunque no nos quedamos a ver ninguno. Para eso sí que había demasiada gente, y no somos muy de multitudes -ni de procesiones, para qué engañarnos-.

Cartagena

A la hora del aperitivo-comida estaba todo hasta arriba, pero encontramos una mesa en un restaurante-taberna del centro histórico con personal desbordado pero muy servicial y trabajador, ni una queja por esa parte. Da gusto encontrarse a camareros y demás hosteleros profesionales de verdad, que saben cómo manejarse en situaciones de estrés y cómo tratar al cliente. Compartimos unas cuantas tapas y raciones típicas -ese estupendo tomate partío tan bien acompañado, ese maravilloso pulpo a la cartagenera, esas alcachofas de temporada...- y luego pude satisfacer mi antojo de helado en una heladería de esas de toda la vida con sabores como el mítico tutti-frutti.

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

En Murcia seguí trabajando un poco, pude ponerme al día de series, ayudé a mi madre en la cocina y horneé los dulces que ya os he enseñado -y algunos más que me falta compartir-. Fuimos al campo, salí a correr por la mota del río, con lluvia, sol, viento, jinetes, patos, ciclistas y muchos paseantes con perros de todas las razas imaginables. Paseé por el centro, reencontrándome con mis rincones favoritos y descubriendo locales nuevos, presenciando algunos tramos de algunas procesiones y tomando buen café en buena compañía.

Las Fiestas de Primavera dieron comienzo el domingo de Gloria, cuando ya se retiraba el último paso con Cristo Resucitado, y aunque no pude vivir el desfile del Bando ni ir a comer a una barraca, sí que me recorrí la ciudad para ver todo lo que las Peñas Huertanas habían montado. Pasearse por las calles en fiestas es un reto para el estómago, pues durante todo el día salen aromas a guisos, asados y platos típicos que abren el apetito a la hora que sea.

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

Me gustó el mini poblado huertano que montaron este año junto al río, en la Plaza de la Cruz Roja, recreando una casa típica de la huerta, con su huertecico, su horno de piedra, sus animales de granja, sus herramientas de trabajo y sus huertanos vestidos para la ocasión, preparando tortas de naranja y otras recetas tradicionales. En la casa del campo de mis padres tenemos muchas cosas prácticamente iguales, heredadas de mis abuelos :). Me gusta que se conserven estas tradiciones, y sobre todo, que los niños puedan conocerlas de primera mano.

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

Murcia en Semana Santa y Fiestas de Primavera 2016

Tengo muchas ganas de volver a pasar las Fiestas de Primavera completas, y de que el elfo pueda venirse también a vivirlo conmigo. Necesito vestirle de huertano y aprovechar que mide 1,92 m para que se pelee con las multitudes para coger los regalos que tiran los sardineros en el Entierro de la Sardina -una locura que sólo me he atrevido a experimentar una vez-. Sé que cada ciudad y cada pueblo tiene sus fiestas y ese algo que las hacen especiales, pero estas son las de mi tierra, y me encantan, aunque no sean perfectas. Y ay, cómo se valoran más estas cosas cuando te has marchado a vivir fuera.

Mi gato

Bueno, ahora tengo que pensar si me torturo buscando un vestido nuevo para la boda o me apaño con último que usé, ya que la familia no lo ha visto :P.
¡Feliz semana!

Receta de revuelto vegano de tofu con tomate y visita a la planta de Tomate Orlando

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Tomato tofu scramble

Los que me aguantáis seguís por las redes sociales ya sabréis que vuelvo a estar en Murcia, donde ya casi es verano, porque como comenté en el último post mañana se casa mi prima. Tengo bastante lío estos días y es que últimamente no paran de surgir cosas, entre ellas la visita a la planta deTomate Orlando que vivimos un grupo de blogueros hace justo una semana. Mi padre es ingeniero agrónomo y mi abuelo se dedicó a la agricultura toda su vida, por lo que el tema agrario, de cultivos, producción y envasado de productos vegetales me toca de cerca. Acepté encantada la invitación para conocer los secretos de#ElSofritodeOrlando y la verdad es que fue una buena experiencia, nos trataron genial y compartimos un día intenso pero muy interesante, y en la mejor compañía.

Visita a Orlando

Tocó madrugón porque tanto los cultivos como la propia planta de Orlando están en La Rioja, así que nos tocó ir en AVE hasta Zaragoza y allí nos reunimos con los demás bloggers que venían de otros puntos del país. Un microbús -con su propio microclima, ¡qué calor!- nos dirigió primero a Calahorra, a conocer los invernaderos y los campos de plantación.

Visita a Orlando

El tomate es una solanácea, necesita mucho sol, por eso la mejor época para disfrutar de su sabor es el verano. En Murcia los tomates se cosechan pronto, pero en La Rioja normalmente se recogen algo más tarde, incluso a principios de septiembre. Los tomates de Orlando se recolectan en dos fechas de campaña, agosto y octubre, y ahora es cuando han empezado a plantar los brotes en los campos preparados. En Orlando trabajan muy de cerca con los agricultores para escoger los mejores híbridos a utilizar en sus productos, asesorando y controlando todo el proceso desde las semillas.

Visita a Orlando

Para mí no era ninguna novedad visitar un invernadero ni los campos, pero siempre me gusta recorrerlos, es como una atmósfera muy familiar. Casi me he criado entre plásticos y cultivos, por lo que me conozco bien el proceso de germinación en espacios oscuros, la preparación de la tierra, la plantación, los riegos, la cosecha... A pesar de todo, muy instructivo. Siempre recomiendo a todo el mundo conocer estas cosas de primera mano si pueden, llegas a apreciar lo que comes muchísimo más.

Visita a Orlando

Visita a Orlando

Con el estómago ya rugiendo llegamos a la planta de Alfaro, inaugurada hace pocos años y que destaca por sus dimensiones, orden, organizaicón y modernidad. Me fascina el funcionamiento de las fábricas, plantas de producción y similares, mi lado curioso no se puede resistir. Después de un almuerzo que devoramos con ganas, y de catar todos los productos de Orlando, pasamos con nuestro "uniforme" a visitar la planta, siempre bien guiados por Ana Osuna, muy maja ella.

Visita a Orlando

Visita a Orlando

Todo está perfectamente organizado al milímetro, cumpliendo todos los parámetros de seguridad - que no son pocos -, y control de calidad del producto. Es lógico, claro, y fundamental para llevar a cabo la producción en masa de un producto como este. El punto de partida es también de los más importantes: #elSofritodeOrlando. Felipe estaba en plena tarea de cortar y freír kilos y kilos de cebolla y ajo, la base de todas variedades de Orlando. ¡Olía de maravilla allí dentro! Es fascinante ver semejantes cantidades de aceite, cebolla y ajo, sofriéndose sin prisas. En este caso con aceite de girasol, aunque se usa también aceite de oliva para las variedades concretas del tomate que así lo indican.

Visita a Orlando

Visita a Orlando

Visita a Orlando 

Una vez se obtiene la base del sofrito, como hacemos en casa, se añaden los tomates, se mezcla y se procesa todo en unas especie de tinajas enormes. El tomate obtenido pasa muchos controles en el laboratorio, para medir parámetros como el PH, el nivel de azúcar o la densidad. Y cuando todo está correcto, toca envasar, otra de mis partes favoritas. Es que me hipnotizan esas enormes plantas con maquinarias que trabajan sin cesar, dando forma a los tetrabriks y latas, pegando etiquetas, vertiendo el producto, añadiendo los cierres, colocando cajas... las cintas transportadoras corren y corren sin cesar en un proceso medido al milímetro. Soy una friki de estas cosas.

Visita a Orlando

Visita a Orlando

Visita a Orlando

Finalmente pasamos a una cata a ciegas para intentar distinguir las tres variedades más populares de Tomate Orlando: el tomate frito clásico, el ecológico y el elaborado con aceite de oliva. Acerté las tres, realmente se notan los matices diferentes :). Hacer catas a ciegas de productos habituales en la cocina siempre es una experiencia curiosa e instructiva. Por cierto, descubrí otros productos que no conocía, como el tomate con orégano - muy rico -, con parmesano o el estilo casero, mi favorito. Yo admito que nunca he sido compradora de este tipo de salsas, porque en mi casa siempre se ha hecho el sofrito y el tomate de forma casera, así que tenía curiosidad por probar los resultados en mi cocina. Sin duda, me quedo con el tomate estilo casero, con sus trocitos de tomate bien visibles, como el que hace mi madre. Y con él preparé esta receta, que hasta el elfo carnívoro ha devorado sin quejarse.

Tomato tofu scramble

Tomato tofu scramble

Revuelto vegano de tofu con tomate
Inspiración: el clásico menemen turco, veganizado
Ingredientes para 2-4 raciones

- 1 cebolleta pequeña
- 1-2 chiles rojos
- 1/2 pimiento verde
- 1/2 pimiento rojo
- 1 bote de tomate frito estilo casero
- azúcar o miel (opcional)
- 400 g de tofu de firmeza media
- orégano
- perejil
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal

Picar la cebolleta, desechar las semillas de los chiles y de los pimientos y picar también. Calentar un poco de aceite en una sartén amplia o cazuela y añadir la cebolleta. Dar un par de vueltas e incorporar los chiles, con un toque de sal y orégano. Cuando suelten sus aromas, agregar los pimientos y dejar sofreír unos 8-10 minutos a fuego lento.

Incorporar el tomate, agregar una buena dosis de pimienta recién molida y mezclar bien. Cocinar sin dejar de remover durante unos 5 minutos  comprobar el punto de acidez, añadiendo un poco de azúcar o miel si fuera necesario.

Añadir el tofu escurrido y troceado groseramente. Aplastar con la espátula de cocina para que se vaya incorporando al sofrito, mezclando todo muy bien. Cocinar el conjunto unos minutos más, dejando el nivel de líquido que se prefiera, y terminar con pimienta negra, orégano y perejil.

Servir en cazuelitas con un buen pan para mojar o utlizar como relleno de tostas, sándwiches, pan de pita o fajitas. También está muy bueno sobre hojas de cogollos de lechuga, o mezclado con arroz. Ajustar el nivel de picante con más o menos chiles, incluso añadiendo harissa si nos gusta más potente.

Tomato tofu scramble

Creo que la próxima vez que nos leamos estaré de resaca post-boda, a ver si puedo compartir alguna fotillo por las redes. El menú me despierta mucho la curiosidad, ¡veremos qué tal! Pasad un buen fin de semana ;).

Tarta de zanahoria, coco y fresas con crema de queso y nata - Cumpleaños agridulce

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Ay, vaya mesecito de abril. Parece que este tiempo tan inestable que se resiste a abandonarnos va acorde con las circunstancias. No sé si es vuestro caso, pero en mi entorno casi todo el mundo anda estresado, entre trabajo, compromisos, temas de salud, incidentes, imprevistos, problemas familiares, planes de última hora, exámenes varios... Abril, antes me encantabas! Entre otras cosas, porque es el mes de mi cumpleaños. Y ya son 9 los que celebro con algún dulce que comparto por aquí, madre mía cómo vuela el tiempo. Me suelo poner melancólica en estas ocasiones, pero este año es agridulce con razón: mi abuelo falleció el lunes.

Birthday cake

Ya sabréis que he estado unos días en Murcia otra vez para acudir a la boda de mi prima, que fue fantástica. Pero casi al llegar a mi abuelo lo ingresaron de urgencia; en las últimas semanas había empeorado mucho y ya no podía estar más en su casa, sufriendo sin poder hacer nada más que aguantar. Si es que la edad no perdona, es una frase hecha pero muy cierta, igual que eso de que ley de vida. Mi abuelo iba camino de los 95 años, que se dice pronto. ¡Casi una década! Ha tenido pues una vida larga y creo que plena, con dos hijos, cinco nietos y un bisnieto al que me alegro mucho que haya llegado a conocer, pues además se le parece un montón ya con sus 14 mesecitos. Sufrió viendo cómo mi abuela se apagaba demasiado pronto por el maldito Alzheimer, pero siguió con nosotros muchos años más. Era un poco cascarrabias cuando quería, pero sobre todo muy cabezota con sus cosas, y siempre con las ideas muy claras. A mí me encantaba escuchar sus historias, rememorar anécdotas, con su palabrerío murciano tan de huerta, tan auténtico, y esa voz tan dulce que se le ponía al traer tantos recuerdos. Le vamos a echar mucho de menos.

 Birthday cake

Por suerte me pude despedir en el hospital, brevemente, gracias precisamente a la boda de mi prima, queme llevó a casa este fin de semana y que también fue un poco agridulce. Pero toda la familia nos alegramos de que haya sido rápido al final, pues ya había vivido lo suficiente y lo que no queríamos era alargar innecesariamente los últimos días. No tenía sentido que sufriera más y, por suerte, murió en paz justo mientras yo llegaba de nuevo a Madrid. Nos habíamos hecho a la idea desde hace un tiempo de que este momento llegaría y en el fondo es un alivio que haya sido así, pero es inevitable la tristeza. Y se lleva peor con varios cientos de kilómetros de distancia en medio.

Birthday cake

Por eso este cumpleaños, mi entrada en la treintena, es especialmente agridulce. La nota dulce me la pongo yo, claro, que casi me obligué ayer a prepararme algún capricho, pues no tenía mucha inspiración. Al final decidí que quería algo con fresas - muy típico en mi cumple, para qué negarlo, solo hay que repasar los archivos para comprobarlo -, sin chocolate y sin pijadillas complicadas. Una tarta no muy dulce, fresca, rústica. Así que me metí en la cocina mientras caía la lluvia e improvisé sobre la marca la base de este pastel, que he terminado de coronar hoy. Ya sabéis, no es muy dulzona, me gusta más así, pero para otros paladares mejor subir la cantidad de azúcar o endulzar la crema de la cobertura. Yo me he tomado ya mi primera porción recordando a mi abuelo, que era muy goloso, y aunque a veces le costaba comer no perdonaba una tortica de pascua, unas galletas o el Roscón de Reyes que solía llevarle yo cada Navidad.

Birthday cake


Receta de tarta de zanahoria, coco y fresas con crema de queso y nata
Inspiración: mi cumpleaños
Ingredientes para un molde de 20 cm

- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 140 g de azúcar
- 2 huevos L
- 60 g de yogur griego natural
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 50 g de coco rallado
- 300 g de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de levadura química
- 2 zanahorias medianas

- mermelada casera de fresas
- 200 g de queso crema sin lactosa
- 250 ml de nata para montar sin lactosa
- 1/2 cucharadita de azúcar vainillado
- 1 sobre de estabilizante para nata (opcional)
- fresas o fresones

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar dos moldes redondos de base extraíble y unos 20 cm de diámetro. Batir la mantequilla con una batidora de vaillas, añadir el azúcar y batir bien hasta tener una textura homogénea cremosa. Incorporar los huevos, batir y echar también el yogur y la vainilla. Añadir el coco y mezclar.

Agregar la harina con la sal y la levadura y trabajar un poco con una espátula. Rallar encima las zanahorias lavadas y mezclar suavemente con la espátula o lengüeta, hasta tener una masa homogénea y sin grumos. Es bastante espesita.

Llenar los moldes repartiendo la masa de forma más o menos equitativa, igualar bien la parte superior y hornear sobre una rejilla durante unos 35 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. Esperar un poco fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Birthday Cake

Batir la nata con el azúcar hasta empezar a montarla. Añadir el estabilizante, si se usa, y batir bien hasta montarla y dejarla fuerte. Agregar el queso crema y batir hasta tener una crema homogénea y suave. Lavar las fresas y cortar en láminas finas, desechando el rabito. Batir la mermelada para dejar una textura cremosa.

Cortar con un cuchillo de sierra las posibles irregularidades de las masas, solo si son exageradas, para igualar los discos. Pero si quedan rústicos no pasa nada, da más encanto. Cubrir el interior del disco que quedará de base con una buena capa de nata y queso, extender encima mermelada y cubrir con la otra mitad. Terminar repartiendo la crema por encima, igualando con una espátula, y decorar con fresas al gusto. Reservar en frío.

Birthday cake

Hoy me quedo en casa, solo de pensar en terminar mi cumpleaños en clase de alemán me puede terminar de dar una depresión de caballo. Pensamos en salir a celebrarlo un poco, pero, sinceramente, no tengo ganas. Así que día casero, que con esta lluvia primaveral además apetece más. Sofá, manta, taza humeante, series y tarta. Mañana ya será otro día.

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