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Celebrando en familia la felicidad de mi prima - Boda en El Estudio de Ana

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Muchas, muchísimas gracias a todos los que me habéis hecho llegar vuestro cariño de una forma u otra estos días. Gracias tanto por las felicitaciones como por los ánimos por llegar a la treintena y, sobre todo, por el apoyo ante la pérdida de mi abuelo. Me hubiera gustado tener tiempo estos días para daros las gracias como os merecéis uno a uno, pero ya sabéis, la vida es eso que sucede mientras tú haces otros planes.

Había empezado a escribir el texto de este post en el tren de regreso desde Murcia, pero ironías del destino, al mismo tiempo mi abuelo nos dejaba. Así que tuve que descartarlo y retrasar la publicación, porque además coincidió con mi cumple. Me di unos días de margen para tomar distancia, celebré con el elfo lo que no tuve ánimos de hacer el día 20 ese sábado, y pensé dedicarme a bloguear el domingo. Pero, ¡ja! Mi cuerpo dijo basta. Empecé a sentirme peor a medida que avanzaba la jornada y al final, de madrugada, un dolor horrible me arrancó de la cama. En fin, para resumir y no aburriros con mis dramas: un cuadro general digestivo - os podéis imaginar todos los síntomas y consecuencias - derivados de un más que probable cólico agudo de origen nervioso/mental. Mi suegra lo tiene bastante claro.

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

Solo lo sabe la gente que me conoce muy, muy de cerca, y es que soy una persona extremadamente nerviosa. Intento no exteriorizarlo, pero por dentro me agobio mucho yo sola, le doy mil vueltas a las cosas, me monto mis películas, me autoexijo muchísimo y casi nunca estoy a la altura que me marco. Me he forzado demasiado en las últimas semanas, lo que unido a preocupaciones, problemas varios y golpes emocionales han terminado por estallar físicamente. Pero bueno, ha sido una llamada de atención - muy dolorosa, eso sí - y más me vale tomármelo en serio. Ahora estoy casi recuperada y algo nerviosa, pero por un buen motivo: nos escapamos unos días a Viena y tengo unas ganas que no me aguanto :).

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

No podía irme sin dejar por fin una pequeña crónica de la boda de mi prima, lo que me llevó a Murcia hace dos semanas dejándome, casualmente, despedirme de mi abuelo. Y a pesar de que fue un follón organizarme essos días, meencantó reencontrarme con muchos familiares y vivir con mi prima un día tan especial, porque le tengo muchísimo cariño y ha sido fantástico verla así de deslumbrante, y por encima de todo, tan feliz. Aunque un poco agridulce, fue una boda preciosa.

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

Reconozco que me desespera un poco toda la parafernalia de los bodorrios que hacen que se alarguen y se alarguen, aunque es algo totalmente normal, claro. Es un día especial y hay que celebrarlo bien. Pero los menús eternos en los que estás comiendo durante horas... menos mal que esta vez la boda era mañanera y al menos no tuve que aguantar hasta la madrugada, porque a lo tonto casi volvimos a casa al anochecer. Y eso que me largué en cuanto empezaron los bailes :P.

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

El banquete y celebración tras la ceremonia ha sido fue en El Estudio de Ana, un lugar de eventos de lo más agradable situado a pocos minutos del centro de Murcia. También tienen restaurante para ir a comer o cenar más allá de ocasiones especiales, aunque no tengo referencias al respecto. Tienen un jardín muy bonito, una zona cubierta y luego salones interiores. Mi madre estuvo hace poco en otra boda que sí fue vespertina, y cenaron dentro, pero nosotros disfrutamos de un espléndido sábado ya caluroso con comida al aire libre.

Me gustó que el menú en sí constara solo de dos platos más los postres, así uno podía entregarse bien al cocktail de aperitivos y tapeo que no dejó desfilar durante un par de horas antes de sentarnos. Para los curiosos, os dejo una breve reseña del menú completo, y mi pequeña crítica desde la perspectiva de una intolerante a la lactosa que no come casi carne. Una toca narices, vaya ;P.

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

Mi padre, mi hermano y yo llegamos los primeros al lugar, algo que agradecí porque así pude dar vueltas a trastear mi nueva cámara de fotos y sacar recuerdos de pequeños detalles. Porque el lugar estaba deorado de forma sencilla pero preciosa, con un ambiente muy primaveral, muy romántico pero ese aire vintage-campestre que no sé si estoy definiendo bien, pero me da igual. Muebles antiguos de granja y muchos tulipanes de colores llenaban todos los rincones.

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

Barra libre de bebidas, cóctel de mojito estilo granizado de autor cubos de cervezas varias y barra de vermut refrescaban las gargantas, mientras una estación de quesos artesanos y un cortador de jamón muy atareado empezaban a abrir los apetitos. Además, picos y regañás, bandejitas de almendricas fritas - típicas en Murcia e imprescindibles - y chips de verduras, a las que mi hermano y yo hicimos la ola. Pronto empezaron a circular las bandejas con los aperitivos del cocktail, que se alargó casi dos horas.

- salmón gravlax con cítrico y caviar
- cubalibre de foie y ron
- crema de calabaza y crujiente de parmesano
- pollo con miel y salsa curry
- cereza de foie
- delicia de pato thai
- croquetas de manzana con cabrales

Estupendo el salmón, muy rica la crema de calabaza aunque mejor sin el parmesano, que mataba todo el sabor, estupendas las croquetas pero la pobre manzana se perdía bajo el queso. ¿Pegas? Poca opción vegana, ninguna totalmente libre de lactosa, DOS platos con foie - me sobra totalmente - y, por molestar un poco, este no es el orden en el que salieron los platos. Soy tiquismiquis, pero ese detalle me pone nerviosa.

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

El  menú una vez sentados:

- merluza, caldo de espinas y cremoso de patata lima
- arroz con pluma ibérica
- sorbete de frutos rojos
- chocolate blanco y frutos rojos
- mignardises

La merluza, bien, sin ser espectacular, mi porción con espinas inesperadas. El puré de patata más que de lima era naranja, pero estaba rico y suave. El arroz era meloso pero no lo probé. Tenían opción vegana con setas - champiñones - pero lo siento mucho, a esas horas, más de las cinco de la tarde, tras tanta comida, no me entra un señor arroz. El sorbete estaba buenísisisimo y el postre también, nada empalagoso, ni pesado, y el emplatado a lo Jackson Pollock me encantó. El café era muy bueno, los mignardises apenas los caté porque iba a explotar, y poco más que contar. Ah, el pan, como por desgracia suele pasar en estas cosas, muy, muy malo, los típicos panecillos preconelados de cátering. Si algún día me caso, exigiré tener #pandeverdad. 

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

Pero, en definitiva, lo importante fue compartir ese día de felicidad agridulce con toda la familia, poder reencontrarme con gente que hacía mucho que no veía y crear nuevos recuerdos que serán siempre agradables en el futuro cuando vuelva a releer estas líneas. Mi prima y su recién estrenado marido ya llevaban mucho tiempo juntos así que no les hace falta que les desee suerte, pero lo haré igualmente, porque en esta vida no viene mal tener un poco de buenos augurios de tu parte. Ojalá sigan tan felices y tan guapos durante muchísimos años, y con nosotros para vivirlos con ellos, aunque solo nos veamos en ocasiones señaladas. Ah, y tienen un gusto musical bueno de verdad ;).

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

Wedding in Murcia - Boda en El Estudio de Ana (Murcia)

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Creo que ya pondré una nueva receta cuando vuelva del viaje así que... ¿alguien ha estado en Viena recientemente? ¿Algún consejito o recomendación de última hora? Vamos un poco a la aventura la verdad, sin agobios ni líos de ningún tipo. A disfrutar, y a comer muchos dulces :P. Al Hotel Sacher no creo que entremos, hay otros muchos sitios que catar, y ya tuve una Sacher auténtica a domicilio hace unos meses... Pero me va a faltar tiempo para un Apfelstrudel.

Crema de chocolate y aguacate - Receta de postre vegano sanote y facilísimo

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Se hace muy raro pensar que hace una semana estaba todavía en Viena exprimiendo al máximo las últimas horas. De hecho, a las horas a las que estoy escribiendo esta entrada, cuando todavía no han dado las 7 de la mañana, ya llevaba un buen rato despierta, entre otras cosas porque allí amanece antes. Pero no voy a adelantarme con detalles del viaje porque pienso explayarme a gusto en uno o dos posts que quiero dedicar a la capital austriaca. Solo diré que he vuelto a enamorarme de la ciudad, que ha sido agotador pero fantástico, y que he comido muchas tartas. Si echáis un ojo a mi cuenta de instagram podréis comprobarlo.

Avocado chocolate pudding

Hablando de tartas, tengo una chocolatosa brutal pendiente de compartir con vosotros, pero antes prefiero traer otro postre con cacao algo más sanote para compensar -excusas-. No quiero llamarlo light o decir que es de dieta ni nada parecido, porque no me gustan esas etiquetas y porque creo que es perfectamente válido como capricho dulce por sí mismo. Eso sí, es vegano, sin cocción y facilísimo. Además se puede tunear al gusto de muchas maneras, yo solo os propongo la base con la que jugar: crema de chocolate y aguacate.

No descubro el Nuevo Mundo a nadie con este postre porque ya hay muchas versiones por la red, sobre todo con la aguacatemanía desatada en los últimos tiempos. Creo que en España nos hemos terminado de rendir a esta fruta un poco más tarde, yo incluída, pero desde ya quiero declarar mi amor-pasión-obsesión por el aguacate. Es maravilloso. No solo es sanísimo, fuente de grasas saludables que tan bien me vienen, sino que está buenísimo y es de lo más versátil. Si os preocupa la sostenibilidad u os cuesta encontrar buenos aguacates, sabed que hace poco he podido probar los cultivados por unos emprendedores españoles que los producen en Málaga, y son buenísimos.

Avocado chocolate pudding

A veces se llama a este postre "mousse" o "pudding". La primera definición no me gusta mucho, porque creo que una mousse tiene que tener sus burbujitas. Esta crema es más bien eso, cremosa; en las fotos se percibe más suave y melosa de lo que se convierte al dejarla reposar unas horas en la nevera, cuando adquiere una consistencia mucho más firme. Podéis degustarla como más os guste, de las dos maneras es una delicia. Idea: si tenéis plátano muy maduro podéis jugar y añadirlo al aguacate, probando el sabor y la consistencia. Como digo, es una receta que se presta a muchas modificaciones.

Receta de crema de chocolate y aguacate
Inspiración: ganas de chocolate y un aguacate delicioso muy maduro
Ingredientes aproximados para unas 4 raciones

- 1 aguacate bien madurito (unos 150-180 g pelado sin hueso)
- 30 g de yogur de soja natural o equivalente
- 30-40 g de chocolate negro
- 1/2 - 1 cucharadita de cacao puro sin azúcar en polvo
- 1 pizca de café soluble descafeinado
- 1 pizquitita de sal fina
- esencia de vainilla al gusto
- leche vegetal necesaria
- opcional: azúcar, miel, sirope, edulcorante...
- coco rallado, frutos rojos, crocanti de frutos secos

Picar el chocolate negro y fundir en el microondas, a temperatura media y vigilando a intervalos cortos para que no se queme. Cortar el aguacate por la mitad, sacar el hueso y extraer toda la pulpa con una cuchara, procurando no despediciar nada. Debe estar muy cremoso.

Colocar el aguacate troceado en una picadora o procesador de alimentos. Añadir el yogur y el chocolate fundido, el cacao en polvo, la pizca de café, la pizquita de sal y un poco de esencia de vainilla (o azúcar vainillado). Empezar a triturar. Agregar leche vegetal poco a poco, triturando y mezclando hasta conseguir la textura deseada. Debe ser como de natillas, un pudding espeso, sin grumos. Probar y endulzar al gusto, añadiendo algo más de cacao en polvo si fuera necesario.

Dividir en cuencos o tarros pequeños, removiendo bien para no dejar huecos de aire. Coronar con lo que más guste; recomiendo coco rallado y algo crujiente que haga contraste, como frutos secos tostados o muesli. Además me gustan los frutos rojos como las grosellas porque añaden un toque ácido que crea un juego de sabores muy rico con la crema.

Servir a temperatura ambiente o guardar en la nevera para que se enfríe y coja consistencia; ganará también en sabor, pero hay que procurar no servirlo demasiado frío para no matar los aromas.

Avocado chocolate pudding

¿No os parece maravillosa esta primavera lluviosa? Pensad que recibiremos al verano con mejores ánimos y estará lleno de colores y plantitas cuando empiece :).

Viajando: Escapada a Viena I

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Ah, Viena. Una de las capitales europeas con sabor añejo, con su glorioso pasado histórico-cultural que tanta influencia ha tenido a lo largo de los siglos. Legado del pasado de la dinastía Habsburgo, es símbolo de otra época, de los años dorados de Centroeuropa, de palacios, de nobles edificios, de artistas, de barroco desmesurado, de art decó y también de secesionismo, en muchos sentidos. También es la ciudad que hace la competencia a París con sus numerosísimas cafeterías, sus innombrables variedades de cafés y otras bebidas, y sobre todo sus maravillosos dulces y pasteles. Hoy en día Viena une tradición y vanguardia, lo antiguo y lo nuevo, el pasado de épocas más duras y el lujo más exclusivo, pero siempre con su personalidad especial.

 Wien - Viena

Wien - Viena

Visitar Viena es, sobre todo, empaparse la ciudad. Es una capital para recorrerla, para conocer sus calles, sus avenidas, sus callejones, sus palacios y palacetes, sus numerosísimos parques, museos, edificos históricos, plazas y cafés. Aunque mi lado paterno es suizo, en realidad la rama familiar pasa también por Viena por parte de mi abuelo; mi padre tiene muchos recuerdos de su juventud en la capital austríaca y por eso siempre le he tenido un cariño especial, a pesar de conocerla poco. Debía tener yo unos 12-13 años cuando pasamos una semana allí, pero por desgracia los recuerdos se diluyen un poco. Había muchas ganas de volver y reencontrarme con parte de mi pasado y con una ciudad que recibe hoy con gusto al viajero. Y se nota, es uno de los principales destinos turísticos europeos, aunque a nosotros no nos pareció muy masificado, seguramente por las fechas.

Wien - Viena

Wien - Viena

El elfo y yo hemos tenido la suerte de poder alojarnos en un apartamento de situación inmejorable, hogar prestado por enchufe familiar - de mi suegra - que nos permitía estar en 5 minutos a pie delante mismo de la catedral. Un lujo del que me aproveché bien, ya que los tres días me desperté muy temprano y aproveché para darme paseos al amanecer en pleno centro, recorriendo las principales calles que horas más tarde rebosan de turistas y locales en sus quehaceres diarios.

Wien - Viena

Antes de detallar un poco lo que vimos y lo que hicimos, quería resaltar algunos detalles:

- Me agradó mucho el estado de las calles y de los edificios, al menos de las zonas principales. Tengo la impresión de que se han restaurado y reformado hace poco, y en general el trazado urbano es amable con el peatón y da gusto patearse el centro de arriba a abajo. Pensamos en comprar la Viena Card, que te permite usar el transporte público durante 24-48-72 horas, pero al final fuimos a casi todas partes andando.

- La gente, en general, es muy amable, y en cuanto ven que eres extranjero te hablan en inglés. Eso reconozco que me fastidiaba, ¡yo quería practicar alemán!
- Hay wifi gratuito en muchísimos sitios, en puntos señalizados por la ciudad que facilita el ayuntamiento, y en prácticamente todos los locales de restauración, cafeterías, restaurantes, oficinas de turismo, grandes tiendas y museos.

- Viena, como no podía ser menos, está plagada de museos. Recomiendo elegir bien cuáles visitar, porque además muchos son muy grandes y puedes acabar saturado y agotado. Hay que sumar los palacios, otras inmensidades; si bien por fuera todos merecen la pena, entrar a recorrerlos solo lo recomiendo si realmente te interesa el tema.

- La tarta Sacher está un pelín sobrevalorada, a pesar de que la que yo probé cuando me la trajo mi suegra me gustó mucho. A veces te toca una remesa muy seca, así que no es mala idea probar otras tartas de chocolate de otras pastelerías. Hay MUCHAS, con pasteles para todos los gustos. Y por favor, el Apfelstrudel que no se le pase a nadie.

- En Viena no llueve tan a menudo como en otras ciudades europeas, pero puede soplar mucho viento.

- En casi todas partes tienen la carta de comidas y bebidas con alérgenos perfectamente indicados, y muchos ofrecen alternativas sin gluten, sin lactosa y para veganos.

Wien - Viena

Ahora sí, un pequeño resumen de nuestra breve escapada.

Llegamos muy hambrientos sobre las 13.30, dejamos las maletas y nos fuimos a conocer el barrio y a buscar comida. Comprobamos que teníamos todo el cogollo del centro al lado de casa, así que para no complicarnos entre todo el follón de turistas a esas horas de sábado, pillamos algo rápido, un helado y a pasear sin rumbo fijo. Ya daré más detalles de la comida en otro post aparte ;).

Wien - Viena

Ese día hacía hasta calorcito, lucía un sol espléndido y lo aprovechamos en recorrer todo el perímetro del centro histórico, pasando por delante de muchos edificios, monumentos, plazas y parques clave.

























Mermelada de fresas 2016 - Imprescindible en mi despensa

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La idea de hoy es que esta entrada sea cortica, que tengo que salir a unos asuntos antes de dedicarme a vaguear el resto del viernes. El fin de semana ya se presenta veraniego, aunque tengo esperanzas de que aún pase alguna borrasquilla o uno de esos frentes tan majos de final de primavera. Aunque reconozco que ya tengo ganas de terminar de hacer el cambio de armario y sacar toda la ropa de verano, a pesar de que no me apetece nada empezar a enseñar mucha piel a todas horas. Y sobre el final de la primavera va la receta de hoy, que en realidad no descubre el mundo a nadie: la mermelada de fresas de cada año, imprescindible para mi despensa.

Strawberry jam

A lo tonto, sin darnos cuenta, la temporada de fresas y fresones está llegando a su fin, al menos en nuestro país. Ha empezado tan pronto que se nos olvida que todo llega a su fin, así que si os gusta de verdad esta fruta aprovechad para conseguir los últimos ejemplares sabrosos de verdad en vuestra frutería de confianza, congelad y haced conservas. Yo me di cuenta de que empezaban a desaparecer de los comercios la semana pasada y entré en modo pánico, así que me llevé una caja bien hermosa del mercadillo de los domingos y el lunes estuve bien entretenida elaborando la cosecha de mermelada de este año.

Me encanta volver a casa de mis padres y comprobar que siempre hay varios tipos de mermeladas y compotas en la nevera, más las reservas de la despensa. El lado suizo es potente en esto, pues la familia helvética siempre nos ha recibido con su despliegue de conservas de frutas lista para desayunos y almuerzos, en muchos casos caseras. Hacer mermelada y confitura en casa es algo entretenido pero tremendamente satisfactorio, nos hace apreciar mucho más las bondades de la naturaleza con sus productos y además podemos controlar el origen de la materia prima y la cantidad de azúcar. Al igual que el pan casero, todo el proceso tiene algo mágico. Si encima hemos podido cultivar o recolectar por nosotros mismos el producto ya es otro nivel.

Strawberry jam

Este año la mermelada ha salido bien espesita y cuajada gracias a que tenía azúcar gelificante 2:1, que me trajeron de Alemania. Hoy en día se puede encontrar azúcar para mermeladas más fácilmente en nuestro país, pero si no tenéis a mano no pasa nada. Yo he hecho mermelada con textura más de compota y sale deliciosa también. Podéis añadir gelatina o agar-agar si preferís una textura más... gelatinosa. No tenía ganas de complicarme y no he probado combinaciones raras, pero como sugerencias para variar la receta base os recomiendo añadir otros frutos rojos, vainilla, naranja, pimienta o cardamomo, ruibarbo, anís... Casi todo está permitido :).

Receta de mermelada de fresas o fresones
Inspiración: mi propia pasión por esta delicia
Ingredientes para una buena cantidad de tarros

- 2 kg de fresas/fresones en su punto, o ligeramente maduros de más (pesados ya preparados)
- 1 kg de azúcar gelificante o azúcar normal
- 1 limón
- pectina, gelatina o agar-agar (opcional)
- aromas añadidos al gusto (vaina de vainilla, pimienta recién molida, anís estrellado, etc)

Lavar muy bien las fresas, secarlas y cortar el rabito, además de posibles partes dañadas. Trocear en piezas no muy pequeñas y colocar en un recipiente grande. Pesarlas ya preparadas para asegurarnos de que tenemos al menos 2 kg (yo me pasé un poquito, mejor).

Rallar la piel del limón previamente lavado y mezclar. Añadir el azúcar y mezclar muy bien. Tapar con un paño limpio y dejar reposar unas horas, incluso toda la noche. Soltarán los jugos y el azúcar desaparecerá por arte de magia.

Llevar a ebullición en una olla con fondo grueso. Añadir los posibles aromas y el zumo del limón colado. Bajar el fuego y dejar cocer lentamente hasta que la fruta se deshaga y espese al gusto. Retirar la espuma y remover de vez en cuando.

Para saber la textura que tiene lo mejor es tener un platito en el congelador y añadir directamente un poquito de la mezcla. Podemos triturar las fresas un poco con una batidora si las hemos cortado demasiado gruesas y cuaja antes de que se deshagan. Pero mejor dejar trocitos enteros.

Envasar en caliente en tarros previamente lavados y esterilizados, siguiendo vuestro método preferido. Yo los tengo en el horno unos 20 minutos y los conservo en caliente, y aparte hiervo las tapas en agua. Cerrar muy bien y dejar boca abajo para que haga efecto vacío. Etiquetar y regalar, o guardar en la despensa en un lugar oscuro y seco.

Strawberry jam

Toca decir adiós a las fresas y recibir con grandes alegrías las cerezas, picotas, albaricoques, melocotones y demás maravillas veraniegas. ¡Buen fin de semana!

El mejor pastel de chocolate de Suiza y del mundo (de mi mundo al menos) - adictivo y sin harina

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Ayer, por fin, hice el cambio definitivo de armario. Esto de hacerlo por etapas me agobia un poco, pero al no tener el calor de golpe y porrazo no era buena idea desterrar toda la manga larga y los calcetines más largos antes de tiempo. El entretiempo, esa quimera inexistente en Murcia! En Madrid por fin he conocido su significado real y al menos hace la vida cotidiana algo más entretenida. No saber si te vas a congelar o achicharrar aporta un toque de misterio a la hora de escoger vestuario por las mañanas. Por cierto, ¡que se nos acaba mayo! Y yo todavía sin traeros las tartas de Viena, no tengo perdón :P. A ver si este fin de semana me pongo con ello, aunque tengo mucho trabajo y sobre todo necesito estudiar, que tengo los exámenes de alemán encima y no lo llevo naaada bien. Pero antes, para ir abriendo boca, una receta de pastel de chocolate, el mejor del mundo mundial. O casi.

The best swiss chocolate cake

Vale, afirmar que una receta es la mejor del mundo es arriesgado y un clickbait básico, pero se ha convertido en mi mejor pastel de chocolate. Porque ya lo advierto: es ideal para chocoadictos, pero chocoadictos de verdad. Los que nos gusta el sabor profundo y potente a chocolate, a cacao, con una textura entre húmeda y jugosa, sin más adornos ni añadidos ni nada más. Es peligrosamente adictivo, pero mucho, y está buenísimo ya sea recién hecho y algo templado, como reposado en la nevera y fresquito. Es importantísimo usar buen chocolate de calidad, negro y con poco azúcar, ya que es el ingrediente principal y que marcará la diferencia.

Lo he horneado ya varias veces cambiando el molde, para probar las diferentes texturas según el grosor que adquiere. Esta primera versión es de unos 25 cm de diámetro, más bajito, y queda más fino y elegante. Es más fácil de cortar y comer, aunque hay que vigilar que no se pase de cocción. La segunda vez usé un molde desmontable de unos 20-21, y salió gordote, con una miga tremenda. Pero es más complicado cortarlo sin que se desmorone mucho, y, por algún motivo, en formato gordo se hace difícil parar de comerlo. En serio, es adicción pura, al menos para mí y para el elfo, lo que nos costó controlar las raciones!

The best swiss chocolate cake

En cuanto al nombre: la receta la encontré en la página de la SRF, televisión y radio suizas. En el programa plantearon a los oyentes cuál era la mejor receta de pastel de chocolate, y los sufridos periodistas probaron 5 finalistas escogidos. Al final se seleccionó una ganadora, calificándola como "la mejor de Suiza", y claro, tuve que probarla. He adaptado un poquito los ingredientes y al final me quedo con la que, para mí, es la mejor del mundo. Además de deliciosa es sencillísima, y tiene muy poquitos ingredientes: esencialmente se compone de chocolate, mantequilla (o una versión vegetal/sin lactosa), huevos y azúcar. Así que es lowcarb, y apta para celíacos al no llevar nada de gluten, pefecta para el #DíadelCelíaco que se celebra hoy :).

The best swiss chocolate cake

Receta de mi mejor pastel de chocolate del mundo mundial
Inspiración: adaptada de SRF
Ingredientes para un molde de unos 20-25 cm de diámetro*

- 280 g de chocolate negro de buena calidad
- 5 huevos L
- 100 g de azúcar, dividido en 50 g y 50 g**
- 1 buena pizca de sal
- 85 g de mantequilla sin sal
- 1/4 de esencia de vainilla

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar bien el molde, que puede ser desmontable o no, mejor cubriendo la base con papel sulfurizado para que sea más fácil de servir después.

Derretir el chocolate troceado con la mantequilla cortada en cubos al baño maría, y dejar enfriar ligeramente. Mezclar con la vainilla y reservar.

Separar las claras de las yemas de los huevos. Batir las yemas en un recipiente grande con 50 g de azúcar, usando una batidora de varillas, hasta que dupliquen su volumen. Batir aparte las claras con la pizca de sal y el resto del azúcar, hasta montarlas.

Añadir el chocolate derretido con la mantequilla a las yemas y mezclar bien con unas varillas. Incorporar por último las claras montadas en varias tandas, mezclando con una espátula, con movimientos suaves envolventes, hasta tener una masa homogénea.

Llenar el molde, igualando la superficie, y hornear durante unos 25 minutos. Crecerá mucho por arriba pero luego se desinflará, es normal. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar.

Como decía antes, se puede servir templado pero está mucho más rico reposado en frío, sobre todo ahora que ya hace más calor. Podemos decorarlo con azúcar glasé tamizado o sin nada más, añadiendo un poco de nata montada o helado con fruta fresca a la hora de servir.

* Como comento en la introducción, el diámetro del molde nos dará un pastel más finito o más gordote. En el primer caso las porciones se sirven mejor, no se desmorona tanto la miga y queda más elegante, además hay menos riesgo de no poder parar de comer. Pero conviene vigilar la cocción en cualquier caso, el interior debe quedar jugosito y no quemarse por fuera.

** También lo he hehco reduciendo el azúcar a 80 g, porque me gustan los postres menos dulces pero con mucho sabor a cacao. De todas maneras, empleando un chocolate negro de calidad con 100 g no queda empalagoso, ni mucho menos.

The best swiss chocolate cake

¡Buen fin de semana! Yo me quedo en casa que tengo muchas tareas pendientes. El elfo ya está nervioso por el partido de mañana, no le tocaron entradas para la final pero como socio sí que tiene acceso al Bernabeu para vivirla con todos los aficionados madridistas gracias al pantallón que van a instalar en el césped. Yo creo que estaré viendo alguna serie a esas horas ;).

Viajando: Viena II - Devorando la ciudad

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Viena - Tarta de chocolate

Espero que sepáis disculpar el retraso en publicar esta entrada, y la falta de actualizaciones en general. Estoy pasando una racha algo complicada en la que, de nuevo, se me han juntado mil cosas, y el calor que al final ha venido de golpe me está sentando fatal. Pero bueno, en una semana espero estar más calmada y a ver si las pobres recetas que llevan esperando una eternidad pueden ver finalmente la luz. Y como necesio evadirme un poco, qué mejor que volver a Viena un mes después para recordar la parte gastronómica de la escapada.

Viena - Nordsee fast food

Tengo que señalar algunas cosas. Primero, nuestro viaje tenía un presupuesto muy ajustado y ya sabéis que la parte alimenticia cuando uno ejerce de turista se nos puede ir de las manos. Así que fuimos por lo práctico y barato. Segundo, la cocina austriaca más tradicional no la olimos, salvo en cuestión de tartas. Esos platos que tanto le gustan a mi padre, con sus carnazas, sus salsas, sus patatas, sus guisotes, sus Semmelknödel y demás, me los guardo para recrearlos en invierno en casa porque al elfo sí le gustarán. Tampoco cayó al final ningún Wienerschnitzel, porque o los sirven en sitios excesivamente turísticos o son restaurantes más tradicionales que se suben de precio. Tercero: sí, ha habido muchas Kuchen, Torten y Strudels. Aquí hay una pequeña muestra.

Viena - Demel

A nadie le extraña ya encontrarse las mismas franquicias multinacionales cuando viaja por ciudades turísticas, y más en capitales de la talla de Viena. Así que por el centro podéis esperar las típicas cadenas de fastfood que solucionan tanto la vida a los viajes de estudiantes. Pero si tenéis que pillar algo rápido, a precio aceptable, y más si vamos con niños, la franquicia Nordsee no es mala opción del todo. Tiene cosas rápidas para tomar en el momento y luego una opción de platos calientes para pedir y tomar en el local, con la característica de que todo son productos del mar. Y hay platos veganos, como la hamburguesa Portobello con pesto de nueces que calmó mi hambriento estómago a nuestra llegada. Nos moríamos de hambre, era tarde y había mucha gente en todas partes: fue nuestra salvación en aquel momento.

Viena - Gelato

Otra cosa que me llamó la atención, ¡hay muchas heladerías! Y además de buena calidad y muchas a buen precio. Las hay incluso ecológicas y veganas, y la mayoría incluyen muchos sabores aptos para intolerantes y alérgicos. Nosotros tomamos más de un helado; por ejemplo los de la foto son de Paolo Bortolotti, que tiene un buen local en una de las calles imprescindibles para hacer compras, Mariahilferstraße. Empezó de repente a llover mucho, nos refugiamos dentro y calmé mi antojazo de helado con esa copa de tres sabores sin lactosa que no llegó a costarme ni 4€.

 Viena -

El día que fuismos al Prater y dimos un largo paseo hasta el estadio de fútbol el tiempo estuvo revuelto. Al terminar nuestro particular tour - tenían puertas abiertas y nos colamos como quien no quiere la cosa para sacar fotos del campo - empezó a llover, teníamos hambre y estábamos cansados. Menos mal que siempre hay un centro comercial junto a las instalaciones deportivas y pudimos pillar algo rápido para almorzar, en una de esas típicas cafeterías que tienen mil sándwiches, bocadillos y ensaladas listas para tomar. Me apetecía algo calentito y me dejé seducir por una crema de verduras llena de ingredientes y nada de lácteos, que os juro que me supo a gloria. Me encantó el detalle de qu te la den con una buena rebanada de pan de centeno, y es que... ay los panes centroeuropeos. El día que volvimos metí varios en la maleta de camino al aeropuerto, obviamente :P.

Viena - Ristorante Danieli

Viena - Ristorante Danieli

 Viena - Ristorante Danieli

Nos dimos un pequeño capricho aquella noche cuando empezó a llover en serio, ya que teníamos una invitación de parte de mi madre a un restaurante un poco más de verdad. Para no complicarnos la cabeza buscando algo que tuviera opciones para el elfo y para mí - sobre todo para mí, que soy la especialita -, entramos a un italiano que hay en la calle donde nos alojábamos: Danieli. El elfo llevaba tiempo arrastrando antojo de pizza, así que entramos. Y fue toda una sorpresa, porque si bien en la teraza solía haber turistas, dentro el local es más grande, estilo Osteria, muy agradable, y estaba lleno de vieneses de todo tipo.

 Viena - Ristorante Danieli

Viena - Ristorante Danieli

Viena - Ristorante Danieli

La carta además era mucho mejor de lo que esperaba, con mucho más que solo pizza y pasta, y yo disfruté muchísimo de mis sardinas con alcachofas frescas y vinagreta de tomate y alcaparras al limón. Los postres de este ristorante también son dignos de dejarse un hueco, deliciosos, y además acabo de comprobar que cambian con frecuencia la carta según la temporada de productos.


Viena -

Viena - Ensalada

Por el centro, muy cerca de Danieli, hay otro sitio perfecto para almorzar, desayunar o merendar en plan informal y rápido. De esos sitios que tienen platos para todos los gustos, equilibrados y con precios que no asustan, sin grandes pretensiones: Café Coffee Day. Es estilo cafetería joven y con carta de platos sencillos estilo bocadillos, hamburguesas, sopas, pasta o ensaladas. Mi elección fue una ensalada con pollo, aguacate y trozos crujientes de pan rústico muy apañada. Ah, y buen café. Nos vimo perfecto al salir del Museo Albetina, que está a dos pasos de allí, y cuya cafetería no solo se disparaba de precio sino que estaba a tope de gente.

Viena - Naschmarkt

Viena - Naschmarkt

Viena - Naschmarkt

Viena - Naschmarkt

Un sitio imprescindible que nadie se puede perder en Viena, sobre todo si nos gusta la gastronomía, es el Naschmarkt. Una calle larga en la que se reparten unos 120 puestos de comida y productos de muchas partes del mundo, con una gran oferta de verduras, frutas, frutos secos, especias, quesos, dulces, productos asiáticos y exóticos, ecológicos, etc., y una buena selección de puestos y restaurantes para comer. En el Naschmarkt hay una interesante oferta culinaria para los amantes de sabores del mundo, algunos en puestos muy de calle para pedir y llevar en el momento, otros con locales más completos que incluyen mesas a cubierto.

Viena - Neni

Viena - Neni

Viena - Neni

Viena - Neni

Es cierto que es muy turístico y también muy popular entre los vieneses, así que mejor evitar los fines de semana, y casi mejor ir por la mañana. Nosotros entramos a comer a uno que parecía popular y muy mono, y resultó ser genial: Neni, con especialidades israelíes y orientales. Pedimos un variado de platos de-li-ci-o-sos: pan pita, hummus, kebab con verduras asadas, babaganoush y ensalada marroquí de alcachofas con harissa. Muy, muy recomendable.

Viena -

Viena - Demel

Viena - Apfelstrudel

Y dejo para el final las tartas. Es imposible no dejarse seducir por los escaparates de las muchísimas cafeterías y pastelerías que hay por toda Viena. La Sacher-Torte del Hotel Sacher es la original y más famosa, pero hay una oferta enorme por toda la ciudad que merece la pena descubrir. Desde los cafés más tradicionales que conservan su punto añejo hasta propuestas más jóvenes, alternativas o chic. De las más conocidas, Demel me gustó, aunque suele tener mucha gente dentro pero el servicio es eficiente y la oferta de tartas y dulces amplísima. Además se puede ver el obrador una vez dentro y tienen sucursal en el aeropuerto para caprichos de última hora.

Viena -


Viena -

Yo me dejé seducir por otra especialidad que adoro, el Apfelstrudel, que en el Café Museum es espectacular y sirven con su decadente salsa de vainilla bien calentito. También es bueno el de Demel, más delicado, y en todas partes hay muchas opciones con frutas. El elfo siempre se deja llevar por el chocolate, y os aseguro que no solo de la Sacher vive el hombre. De hecho, mucha gente critica que la Sacher verdadera es algo seca o mazacote, aunque creo que depende del día que te toque, porque la que yo he probado sí estaba deliciosa. En las Oberlaa hay una buena variedad de tartas y dulces, con muchas opciones incluso libres de alérgenos. Y es que se agradece muchísimo que en casi todos los sitios de comida y bebida se incluya información detallada de todos los ingredientes, señalando qué es apto para celíacos, veganos, alérgicos al huevo o intolerantes a la lactosa, entre otros. Nos queda mucho por aprender en España en este sentido.

Viena -

Ah, me quedaba hacer una referencia a los cafés, que en Viena son un asunto muy serio. En la capital austriaca lo de tomar café puede ser tan complejo, o más, que en Italia, pues tienen muchísimas variedades y formas de tomar el café, con sus propios nombres que nada tienen que ver con los suizos o alemanes. Lo malo es que aquí sí se suelen disparar los precios, pero los más cafeteros no deben perderse algunas de las especialidades.

Viena -

Será mejor que concluya aquí esta última visita a Viena, creo que he dejado una buena muestra de lo que nuestros estómagos pudieron probar en estos intensos días. Lo mejor es dejarse sorprender un poco y dejarse llevar, vigilando que no nos acribillen con los lugares atrapa-turistas y buscando donde van los locales a por sus almuerzos, meriendas y desayunos. Luego se puede quemar todo sin problemas si uno se anima a ir a todas partes andando, en eso no hay problema ;).

¡Buen fin de semana!

Ensalada de cebada al hinojo con espárragos y aguacate [#Ponunaensalada2016]

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Barley asparagus salad with avocado

Estamos a puntito de entrar de verdad en el verano, a pesar de que la semana pasada ya nos adelantó la temporada con una primera ola de calor. Sabréis que no me hace ninguna ilusión, pero cada año intento tomármelo con optimismo y centrarme en las cosas que sí me gustan de la estación calurosa, que además no son pocas. Mientras pueda dormir por las noches y encender el horno no sea una tarea de alto riesgo de muerte, podré sobrellevarlo. Afortunadamente, esta vez hemos tenido un respiro justo antes de despedir la primavera, aunque sé que por Europa no están nada contentos con este tiempo... Mi abuelastra en Suiza ha tenido que encender la calefacción y hay inundaciones! Pobres, si es que para tener un país tan verde estas cosas son inevitables. Pero yo venía a hablar de ensaladas, así que vamos a volver a pensar en calorcico y platos frescos veraniegos; ¡tenemos una vez más aquí el súper evento 'Pon una ensalada en tu verano'!

A pesar de ser murciana, mi madre nunca deja de cocinar durante los abrasadores meses estivales platos calientes. De hecho, no le hacen nada de gracia las legumbres en frío, y cada semana de julio y agosto cae su plato de cuchara de lentejas -deliciosas, eso sí-. De primer plato sí que hay ensalada de tomaticos y de postre melón o melocotones fresquitos, pero en mi familia no nos rendimos ante el calor a la hora de cocinar. Sin embargo, cuando estaba ya saliendo de la adolescencia incorporamos las ensaladas de pasta a nuestras vidas, y ahora es uno de los platos fijos que caen cuando más suben las temperaturas en nuestros veranos murcianos, y también la ensalada de patata. Eso sí, que mi padre no esté para comer porque tiene un trauma con las ensaladas desde que es niño.

Barley asparagus salad with avocado

Yo sí que comparto la pasión ensaladera de nuestra querida Rosilet y por eso me uno a su llamamiento de cada año para sumar ensaladas a su recetario. Me gusta sobre todo poder aprovechar productos de temporada, hacer platos completos con lo que haya en la despensa y que se puedan preparar con antelación. Son perfectas para hacer de sobra y poder repetir al día siguiente o en la cena, y van genial para el tupper del elfo. No me gustan las ensaladas muy frías, eso es verdad, porque además matan los sabores y eso es pecado cuando tenemos, por ejemplo, tomates deliciosos. Voy a intentar participar este año de nuevo con al menos dos recetas de ensaladas, nada complicadas, y empiezo con una propuesta vegana pero bien nutritiva y sabrosa que, como casi todas las ensaladas, se puede tunear al gusto sobre la marcha.

Con esta ensalada participo en #Ponunaensalada2016 que organiza Sugg-r and some Salt con la colaboración de Makro, Koldo Royo & Afuegolento.com, Coc-korikóLafiore, Quely, Aubocassa, Santiveri, Larousse EditorialyUn huerto en mi balcón.

Ensalada de cebada al hinojo con espárragos y aguacate
Inspiración: mi despensa y los productos del mercadillo
Receta con cantidades a ojo según comensales

- 40-60 g de cebada perlada por ración
- 1 manojo de espárragos verdes finitos
- 1/4 bulbo de hinojo con su tallo
- 1/2 aguacate pequeño por persona
- 1 manojo de rúcula o canónigos
- 1 puñadico de tomates coloridos
- tomillo fresco o seco, en su defecto
- zumo de lima o limón
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal

Preparar la cebada siguiendo instrucciones del paquete, dejándola al dente. Escurrir y dejar enfriar bien, procurando que el grano esté suelto. Recomiendo aprovechar para cocer una buena cantidad, se puede usar en miles de platos como si fuera arroz.

Lavar los espárragos, cortar la punta de los tallos si estuviera algo pocha y cocer al vapor para dejarlos también al dente, o a la plancha. Picar muy finito el trozo lavado de hinojo y separar las hojitas del tallo. Lavar los tomates, la rúcula si fuera necesario y trocear el aguacate.

Mezclar bien la cebada con el hinojo picado y añadir una parte de las hojas, tomillo y un poco de sal. Montar una ración individual o una gran fuente de ensalada mezclando todos los ingredientes. Salpimentar y aliñar al gusto con zumo de lima o limón y buen aceite de oliva virgen extra.

Barley asparagus salad with avocado

A mí me gusta preparar platos individuales con cada ingredientes separadito, aunque la segunda ración de la ensalada fue para una tartera todo bien mezclado, un día que tocó excursión fuera de casa. También recomiendo echar una buena cantidad de zumo de lima sobre el aguacate, al menos a mí me chifla ese toque ácido.

¡Feliz domingo!

Ensalada de albaricoques, tomates y queso de cabra [#Ponunaensalada2016]

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Ay, que se nos acaba junio y casi no llego con mi segunda receta para el evento de #Ponunaensalada2016! Menos mal que por fin me he rendido a la locura que ha desatado el musical Hamilton y llevo toda la tarde escuchándolo en bucle; me está dando la energía que me hace falta estos días para enfrentarme a la apatía y los bajones que potencia el calor vespertino. Hace ya unas semanas que devoré esta ensalada de albaricoques, tomates y queso de cabra, pero la pobre casi no entra en el fabuloso recopilatorio que está reuniendo Rosilet este año. ¡Que no falten ideas de recetas!

Tomatoes apricot salad

Por cierto, ¡he aprobado alemán! Estoy contentísima, porque el examen - exámenes, que son varias partes en varios días - era muy difícil y muy complicado de preparar. Ahora ya puedo lucir el certificado de B2 con orgullo de verdad, hacía tiempo que no me sentía tan bien consiguiendo algo. Bueno, lo luciré cuando vaya a solicitarlo, lo pague y dentro de un año me llegue, que las cosas de administración en este país ya sabéis cómo funcionan, ejem.

Tomatoes apricot saladAl mismo tiempo que subían las temperaturas, reales y metafóricas - el panorama político nacional e internacional no está precisamente tranquilo últimamente -, mi madre vino la semana pasada en su ya habitual visita de bienvenida de verano, y volvieron a ser días intensos muy bien aprovechados. En realidad no pasamos tanto calor, por suerte este bochorno que tenemos en Madrid desde ayer no estuvo presente y la verdad es que disfrutamos mucho, sin planificar nada. Es lo bueno que tiene la capital, siempre hay algo que hacer y que improvisar; simplemente salir a pasear y ver tiendas con tu madre, cuando se vive lejos de ella, es un buen plan.

Tomatoes apricot salad

Ahora estoy nostálgica, claro, porque además el verano me vuelve a traer recuerdos de la infancia muy potentes. Ya os he contado más de una vez por aquí que mis vacaciones de verano siempre han tenido como escenario la casa de campo de mis padres en Murcia, dentro de un pequeño caserío en el que todos los vecinos somos familia. Además, los recuerdos de las vacaciones de verano dejan una huella especial en la memoria, y hay un montón de olores estos días que están despertando muchas imágenes en mi cabeza. La crema solar que me estoy poniendo para salir a correr, la sección de flotadores, chanclas y colchonetas del hipermercado, el gazpacho, el cloro de la piscina, esa humedad del alba tempranera, los tomates y la fruta... Ay, los tomates y la fruta. Qué maravillosos son los productos de temporada estival, casi perdono el calor al verano por eso.
Tomatoes apricot salad
Pues de fruta y tomates va la ensalada de hoy. Me vuelven loca los albaricoques - solo hay que echar un ojo a mi recetario para comprobarlo - y me recuerdan al albaricoquero que tenía mi padre antes de que el pobre muriera. Estoy aprovechando la corta temporada para comer un montón, pero también intento acordarme de reservar algunos para cocinar con ellos. Tenía ganas de usarlos en una ensalada y el evento de Rosi fue la excusa perfecta. Es una receta sencillísima cuya clave reside en la calidad necesaria de la materia prima: tomates que saben a tomate, albaricoques sabrosos y aromáticos, un buen queso de cabra meloso y aceite de oliva de calidad. La albahaca fresca añade un toque muy sabroso y fresco, si no téneis una macetita como nosotros en casa se puede cambiar por otra hierba, o algún equivalente seco de la despensa. Ah, un último consejo: no olvidéis el pan.

Con esta ensalada participo en #Ponunaensalada2016 que organiza Sugg-r and some Salt con la colaboración de Makro, Koldo Royo & Afuegolento.com, Coc-korikóLafiore, Quely, Aubocassa, Santiveri, Larousse EditorialyUn huerto en mi balcón.

Receta de ensalada de albaricoques, tomates y queso de cabra
Inspiración: mi pasión albaricoquera y Serious Eats
Ingredientes con cantidades a ojo según comensales

- tomate variados de varios tamaños y colores
- albaricoques bien sabrosos
- queso de rulo de cabra sin corteza
- albahaca fresca
- tomillo
- cebollino fresco
- sésamo negro
- limón o lima
- pimienta negra
- aceite de oliva virgen extra
- sal gruesa

Lavar y secar bien los tomates y los albaricoques. Trocear los tomates a gusto según el tamaño, preferiblemente en cuartos, y mezclar en una fuente. Cortar en cuartos los albaricoques si son grandes, por la mitad si son pequeñitos, desechando los huesos.

Añadir el queso de cabra desmenuzado, un manojo de albahaca fresca picada, cebollino picado, tomillo, sésamo negro al gusto, ralladura de limón y un poco de zumo. Mezclar todo bien, dejando que el queso se deshaga un poco. Salpimentar y aliñar con un buen chorrico de aceite de oliva virgen extra. Acompañar de buen pan, preferiblemente con corteza crujiente y buena miga.

Tomatoes apricot salad

La próxima receta también tendrá albaricoques, pero será dulce ;).


Clafoutis de albaricoques y lavanda sin lactosa

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Hoy, en cosas que sí me gustan del verano: las tormentas estivales. Problema: no siempre termina de arrancar a llover como debería y solo traen una humedad infernal. Afortunadamente, ese ambiente húmedo y pegajoso que no refrescaba nada de ayer se ha transformado en el amanecer de hoy en un día fresco y con lluvia, no muy intensa, pero al menos se ve mojado el suelo. Por supuesto saldré a correr en cuando haya bajado el desayuno, que en estos días suele ser demasiado abundante porque no puedo evitar llenar el plato de muuuuucha fruta. Sobre todo albaricoques. ¿Os he dicho ya que me encantan? Pues os traigo otra receta de clafoutis con ellos para aprovechar que siguen con nosotros.

Apricot clafoutis

Cuántos años han pasado ya desde que descubrí lo que era un clafoutis, ese postre de origen francés que tradicionalmente se elabora con cerezas, y en teoría sin despepitar. Hoy en día encontramos versiones con cualquier fruta, aunque creo que la de verano se presta mucho más. Las frutas de hueso son perfectas para hornear pasteles y postres como este, además apetecen dulces fresquitos en esta época. Y, por supuesto, hay otras recetas de postres muy similares en todo el mundo, con especialidades según el país. El Pfannkuchen se parece mucho, o las versiones de tortitas al horno, o también tenemos el flaugnarde, etc.

El calor me tiene otra vez algo baja de energías y de ánimo, a pesar de que mi pequeño apartamento en Madrid nunca llega a ser el horno en el que se convierte la casa de mis padres en Murcia. Pero duermo poco y me desespera que haya tantísimas horas de luz, he tenido que cambiar los horarios de salir a correr y me fastidia no poder salir tanto como quisiera por el barrio porque me achicharro con el sol. También está la desventaja de que al cocinar o encender el horno se calienta toda la "casa", ya que cocina-comedor-salón-oficina comparten el mismo espacio. Al menos puedo ver el Tour mientras limpio, saco fotos y trasteo en la cocina, porque ya sabréis que el ciclismo es otra de las cosas que sí me gustan del verano.

Apricot clafoutis

En cualquier caso, sigo horneando, y este clafoutis de albaricoques lo preparé un poco improvisadamente para tener un postre fresquito cuando vino mi madre de visita hace un par de semanas. Al elfo no le hace mucha gracia encontrarse fruta entera en los dulces, así que aproveché para no tener que comérmelo yo sola. Vale, tampoco hubiera sido un grave problema :P. Esta receta la he adaptado un poco de Donna Hay usando albaricoques deliciosos del mercadillo, maduritos y muy aromáticos, y le he dado un toque de lavanda porque está en plena floración y me apetece añadir su aroma a casi todo. Si tenéis helado de vanilla en el congelador no dudéis en servir las raciones con una o dos bolas. Disculpad las fotos pero las tuve que hacer a prisa y corriendo antes de que llegara mi madre, y cuando lo devoramos por la noche no era plan de ponerse con la cámara ;).

Apricot clafoutis


Receta de clafoutis de albaricoques sin lactosa
Inspiración: la sobredosis de albaricoques y Donna Hay
Ingredientes para unas 6 raciones

- 400-500 g de albaricoques aromáticos, sin los huesos
- 75 g de azúcar caster o normal
- 1/2 cucharadita de flores de lavanda
- 3 huevos L
- 200 ml de nata ligera para cocinar sin lactosa
- 50 ml de leche sin lactosa
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 45 g de harina de repostería
- 1/4 cucharadita de sal

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un molde hondo de unos 2 litros de capacidad. Espolvorear el fondo con azúcar y distribuir por encima los albaricoques partidos por la mitad, boca arriba. Reservar.

En un recipiente mediano frotar el azúcar con la ralladura de limón y las flores de lavanda. Añadir los huevos y la vainilla y batir un poco con unas varillas. Incorporar la harina tamizada con la sal y batir con suavidad hasta que quede una mezcla homogénea y sin grumos.

Echar con cuidado en el molde, rompiendo las burbujitas que puedan surgir. Añadir un poco de azúcar por encima de los albaricoques, si se desea. Hornear durante unos 35-40 minutos, hasta que se empiecen a dorar los bordes y al pinchar con un palillo en el centro salga limpio.

Dejar enfriar por completo fuera del horno, guardar en la nevera y servir frío, con helado, nata o una salsa de frutos rojos. También está muy rico calentito, pero en esta época creo que no procede.

Ay, ¡llueve de verdad! Voy a ver si me mojo un poco ;).

Tostas de aguacate, rabanitos y anchoas con albahaca. Receta para cuando me ruge el estómago

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Increíble, estoy publicando una receta que he preparado y comido hoy mismo. Cuando tengo otras esperando días, semanas e incluso algunos meses. Pero bueno, sé que todos tenemos nuestros esqueletos en el armario, a ver quién no ha dejado en barbecho una receta que, por algún motivo inexplicable, no termina de salir. Al menos quiero creer que nos pasa a todos :P. Pero estas tostas de aguacate, rabanitos y anchoas con albahaca tenía ganas de compartirlas porque en realidad es una no-receta, y porque me soluciona muchas veces esos momentos de hambre felina que me dan a veces.

Avocado toast

En mis desventuras veraniegas de hoy: lo poco que duermo cuando hace calor. O al menos lo mal que duermo. Siempre me preocupa más la temperatura mínima prevista que las máximas, porque lo que y quiero - y necesito - es descansar lo suficiente. Desgraciadamente llevo muchos días despertándome de madrugada con muchísimo calor, y ya no vuelvo a coger bien el sueño hasta que al alba desisto y me levanto a hacer algo útil. Porque claro, encima me da hambre enseguida.

Lo "bueno" es que así puedo salir a correr sin ir en ayunas, que a mí me sienta fatal, ni echando el desayuno por la boca, que es otro de mis riesgos. El problema es que a media mañana me encuentro muchas veces con mi estómago devorándose a sí mismo, por lo que toca segundo desayuno si no quiero desfallecer. Pero los días en los que estoy sola en casa para comer no tengo ningún problema en hacerme el almuerzo al mediodía, pero mediodía literal, entregándome a mi lado suizo totalmente. Cuando no tengo lazos sociales de por medio yo prefiero comer cuando tengo hambre, y pasar totalmente del reloj. Hambre de verdad, que conste no esa gula-aburrimiento-ansiedad disfrazada de hambre falsa que a tanta gente le destroza la dieta. Picoteo entre horas porque sí no; comer con hambre real sí.

Avocado toast

Así que estos días en los que me da pereza cocinar nada y no tengo ninguna cosilla preparada, tiro de despensa. Y de pan, mi pan, que nunca falta en casa. Mi comida de hoy ha empezado con estas tostas que no tienen ningún misterio, pero que son muy sanas, sencillas, versátiles, tuneables y sobre todo, deliciosas. Sirven para desayunar, almorzar, comer, merendar o cenar. O para un brunch. Se les puede añadir unos huevos, algo de queso, alguna verdura... Yo suelo improvisar con lo que hay en casa en ese momento, y es que casi todo combina bien con el aguacate. Y recordad: buen pan de base.

Tostas de aguacate, rabanitos y anchoas con albahaca
Inspiración: supongo que la moda de la avocado toast terminó por calarme, pero es improvisada
Receta no-receta para 1 persona

- 2 rebanadas de buen pan de miga aromática y corteza crujiente, mejor de masa madre y centeno
- 1/2 aguacate en su punto
- zumo de lima o de limón
- anchoas de calidad decente
- rabanitos
- hierbas provenzales
- ajo granulado o 1 diente
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra recién molida
- sal gruesa
- albahaca fresca

Cortar las rebanadas de pan en un grosor medio, como de un dedo. Frotar con el diente de ajo si se tiene la suerte de que no repita. Tostar el pan ligeramente si se desea.

Cubrir con una dosis generosa de aguacate machacado con el tenedor y añadir zumo de lima o limón. Dar un golpe de pimienta, un poco de sal (poca, que las anchoas van saladas) y, ajo granulado si se usa y un poco de hierbas provenzales.

Cortar finitos los rabanitos lavados y distribuir junto con las anchoas escurridas. Añadir  más pimienta, hojitas de albahaca fresca y aceite de oliva virgen extra al gusto. Devorar.

Avocado toast

Mañana es lunes, pero no lo pensemos demasiado. ¡Disfrutad de lo que queda de domingo!

Pastel de avellana y ruibarbo [sin gluten] - No hay calor que me impida encender el horno

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¿Me quejo del calor? ¿Vuelvo a repetirme como un mal gazpacho? Es mi blog y mi rincón personal para mis desvaríos particulares, pero ya me canso a mí misma. La semana pasada tuvimos días fresquitos y la primera ola ardiente ya llegado mucho más tarde que el año anterior, así que por el momento no protestaré mucho. Bueno, sí me quejo de que justo el domingo, cuando tocó pasar el día en el Parque Warner con mis suegros y los niños alemanes de la prima del elfo, fue el día más caluroso de la semana, y por la tarde era ya insoportable. Pero por eso sentó tan bien pillar el sofá en casa después de una buena ducha. Llevo días durmiendo poco mal, eso sí, aunque ninguna ola de calor me impedirá seguir encendiendo el horno. Un pastel de avellana y ruibarbo como este bien merece la pena sudar un poco.

Rhubarb hazelnut cake

Hacía tiempo que no veía a los peques, hay que ver cómo crecen, maldita sea. Son casi como mis sobrinos - no veo en mi futuro próximo o lejano sobrinos de verdad, ejem -, nacieron poco antes de que me mudara a Madrid y los primeros años compartíamos muchos ratos familiares juntos. Ahora llevan un tiempo viviendo en Frankfurt por cuestiones de trabajo de los padres, y la verdad es que da penica no verlos crecer de cerca. Me alegro por ellos, porque así han podido recuperar de verdad el alemán y ahora sin biligües, aunque al principio se les pierden algunas palabras en español; si es que son muy niños todavía :). Este año ya han empezado a subirse a atracciones más de mayores y me lo he pasado genial acompañando a uno de ellos en su primera montaña rusa de mayores, con sus loopings y tirabuzones. Chillar a lo loco a cientos de kilómetros por hora sientan bien de vez en cuando.

Rhubarb

Rhubarb

Ayer horneé pan y aproveché para preparar también un par de hornadas de galletas, pero por suerte este pastel vio la luz cuando todavía no era arriesgado encender el horno. El ruibarbo me encanta desde que lo empecé a probar de pequeñita en Suiza  - uno de mis primeros recuerdos allí es mi padre enseñándome todas las plantas del jardín que tenía mi abuelo, con frondoso ruibarbo en su esplendor -, en compota, mermelada y pasteles. En Madrid sigue siendo difícil de encontrar y además es caro, pero por suerte me trajeron un poco desde Holanda hace unas semanas y pude aprovechar para darme el capricho de un pastel a mi gusto.

Rhubarb hazelnut cake

Lo llamo pastel porque no es exactamente un bizcocho, ni una tarta. En alemán lo bautizaría como Kuchen, creo. Es sin gluten simplemente por casualidad, no porque yo tenga nada en contra de las harinas que lo llevan. Por suerte no soy celíaca y me parece absurdo demonizarlo por supuestas cuestiones de salud si no hay motivo. Pero es que la combinación de trigo sarraceno o alforfón, maíz y frutos secos molidos nos da una masa abizcochada rústica con un sabor una textura que me encanta. Me basé en varias recetas para inspirarme y casi todas usaban miel en la masa; yo tenía que gastar un tarro de sirope de ágave que me regalaron así que di el cambiazo, y suprimí cualquier azúcar extra en la masa. Es poco dulce, dejando todo el protagonismo a la avellana y el ruibarbo.

Rhubarb hazelnut cake

Receta de pastel de avellana y ruibarbo (sin gluten)
Inspiración: mis recuerdos de Suiza
Ingredientes para un molde redondo de unos 22 cm

- 400 g de ruibarbo
- un poco de azúcar (opcional)- 75 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 100 ml de sirope de ágave
- 2 huevos L a temperatura ambiente
- 125 gr de yogur a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla 
- 160 g de harina de maíz fina (no maizena)
- 35 g de harina de trigo sarraceno
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1/4 cucharadita de sal
- 1 pizca de canela molida
- 1 pizca de jengibre molido
- 70 g de avellanas molidas
- crocanti de avellana o avellana cruda picada

 Precalentar el horno a 180ºC y engrasar o forrar un molde redondo de fondo desmontable. Lavar bien el ruibarbo, cortar las posibles partes dañadas y las leñosidades, y trocear. Añadir un poco de azúcar y mezclar bien. Reservar.

Trocear la mantequilla en un cuenco mediano y batir con una batidora de varillas. Agregar el sirope de ágave, batir un poco más e incorporar los huevos, batiendo bien. Añadir el yogur y la vainilla y batir hasta integrarlo todo.

Rhubarb hazelnut cake

Tamizar aparte o directamente encima la harina de maíz, la de trigo sarraceno, la levadura, la sal, las especias y la avellana molida. Mezclar con suavidad usando una espátula con movimientos envolventes, hasta que no haya grumos secos.

Verter en el molde, repartir el ruibarbo por encima presionando un poco y agregar crocanti de avellana al gusto. Hornear durante unos 45-50 minutos, hasta que se dore bien por encima y al pinchar con un palillo en el centro salga limpio. Esperar un poco antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Rhubarb hazelnut cake

A finales de mes iré por fin a Murcia, a ver qué tal se presenta el mes de agosto. Julio por el momento aguanta dentro de los parámetros razonables, a pesar de que se me está haciendo laaaaaaargo. Lo genial es que mi padre se va a pasar por aquí por cuestiones de trabajo así que a la vuelta me va a recoger, y me ahorro el rollazo del tren para la ida :). ¡Y me va a traer calabazas! Ya pienso en recetas otoñales...

Tarta salada de tomate, queso de cabra, aceitunas y albahaca, receta muy de verano. ¡Y sorteo!

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Llevo una semana en el campo de Murcia aunque mucho no he podido descansar, sobre todo porque hemos pasado algunas jornadas de calorazo de esos que duran hasta bien entrada la madrugada, pero lo que sí estoy disfrutando mucho es el reencuentro con la familia, mi gato -y los gatos okupas- y, en resumen, mi casa y mis recuerdos de la infancia.

Mi madre se reiría de mí si supiera el trajín que tengo con unos bichitos en Madrid. Son como pequeños mosquitos que viven en algunas de las macetas de nuestras plantas, que de vez en cuando se dedican a revolotear y me ponen de los nervios. Soy una maniática y hay muchas tonterías que me sacan de quicio, y esta es una de ellas. Ignoro qué motivo lleva a estos insectos a elegir unas macetas y no otras, porque la tierra que comparten es la misma, pero descubrí hace unas semanas que les encanta la albahaca fresca. Así que de vez en cuando le pego meneos a la pobre planta para hacer salir a esos bichillos y mandarlos a tomar vientos a otro lado.

Tomato goat cheese tart

No tenemos muchas pero ni el elfo ni yo podríamos vivir sin plantas, aunque las pobres sobreviven como pueden. Ahora él está inmerso en el aprendizaje del cuidado de bonsáis, mientras las demás siguen aguantando ahora el verano. El caso es que desde hace un tiempo tenemos una alhabaca entre ellas, que yo no pensaba que iba a durarnos mucho porque el interior no les va mucho y además no recibe todo el sol que necesitaría. Además, la compré de pura casualidad. Necesitaba unas hojas de albahaca fresca para una receta, me resigné a comprar de esas envasadas pero descubrí que vendían más baratas las mini plantitas. La etiqueta decía que podría aguantar un par de semanas en la cocina, y ya lleva dos meses cumplidos. Yo encantada claro, a nadie le sorprenderá conociendo el nombre de este mi blog :P.

Tomato goat cheese tart

Albahaca y tomate hacen una pareja de excepción y pueden dar vidilla a cualquier receta, sobre todo si sumamos algún queso a la ecuación. Por eso no me compliqué mucho cuando el elfo y yo teníamos antojazo de pizza una noche de viernes para cenar pero ya era demasiado tarde para ponerse a hacer una masa decente. Pero tenía hojaldre en la nevera, tomate frito estilo casero en la despensa, queso de cabra abierto, la albahaca ya pedía una poda... Me acordé del delicioso pastel salado que solía hacer mi madre con hojaldre en mi tierna infancia y en 20 minutos ya teníamos una deliciosa cena apañada.

Tomato goat cheese tart

Tener una buena despensa provista de productos de calidad listos para usar en cualquier momento me da mucha tranquilidad mental, y el tomate frito estilo casero Orlando es de mis favoritos desde que visité sus plantaciones y la fábrica donde lo elaboran. Además son muy majetes y me han dado 11 kilos de su tomate para regalar a uno de mis lectores, más que suficiente para llenar un año de muchas recetas con tomate! ¿Tenéis hueco en la despensa? Si os apetece participar en el sorteo, solo téneis que dejar un comentario en esta entrada contándome vuestra receta favorita con tomate frito, mucho mejor si lleva asociado algún recuerdo familiar, que sabéis que me encantan. Tenéis una semana de plazo, ¡mucha suerte!


Receta de tarta salada de tomate, queso de cabra, aceitunas y albahaca
Inspiración: el recuerdo del pastel de hojaldre de mi madre y las ganas instantáneas de pizza
Ingredientes para 1 tarta medianamente grande

- 1 masa de hojaldre refrigerada
- 1 bote de tomate frito estilo casero Orlando
- tomillo, romero y orégano
- 1 rulo de queso de cabra
- 1 puñado de aceitunas sin hueso
- pimienta negra recién molida
- albahaca fresca
- aceite de oliva virgen extra

Sacar la masa de hojaldre de la nevera para que se atempere un poco. En verano quizá no haga falta esperar mucho. Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja cubriéndola conpapel sulfurizado.

Estirar el hojaldre hasta dejarlo bien finito y homogéneo. Cubrir con el tomate frito distribuyéndolo bien, dejando un pequeño hueco en los bordes. Doblar la masa sobre sí misma para sellar y marcar el perímetro con el borde más grueso.

Añadir tomillo, romero y orégano por encima al gusto antes de distribuir el queso de cabra cortado en medallones. Laminar las aceitunas y repartirlas por la masa. Agregar un golpe de pimienta negra y regar con un hilo de aceite de oliva.

Hornear bajando la temperatura a 180ºC pasados 5 minutos, hasta que la masa esté bien dorada y el queso medio fundido, unos 20 minutos. Agregar la albahaca fresca cortada o picada por encima al salir del horno, y un poco más de aceite de oliva si se desea.


Tomato goat cheese tart

Animáos a participar en el sorteo, que además me encantaría saber cuáles son vuestras recetas favoritas para emplear el sofrito de tomate. ¿Le dáis algún toque especial? ¿Sois muy de tomate en casa? Yo tengo la suerte de tener aquí la despensa a tope de tomates pera recién cogidos, y muchos tarros de conserva listos para usar todo el año :).

¡Resultado del sorteo de tomate! El comentario afortunado es de...

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Tal y como anuncié en la última entrada con la receta de tarta salada de tomate, queso de cabra y aceitunas, los fans del tomate teníais una semana para participar en el sorteo de 11 kilos de Tomate Orlando simplemente contándome cómo os gusta más utilizar el tomate frito en casa. Muchas gracias a todos por compartir esos recuerdos, me han encantado todas las aportaciones y tengo que decir que los tomateros somos de gustos muy parecidos :).

Así que ayer se cerró el plazo y hoy hemos procedido a efectuar el sorteo con gran solemnidad a través del sistema Sortea2. Y sin más dilación, el comentario afortunado es el de...

Y su apetitoso recuerdo alrededor del tomate frito nos deja una idea estupenda para imitar, las reuniones lasañiles :D. Por cierto, no os perdáis su blog personal, merece mucho la pena.



¡Enhorabuena! Ahora mismo me pongo en contacto contigo para que puedas disfrutar lo antes posible de tu premio. Espero que tengas hueco en la despensa ;).

Yo volveré mañana con alguna recetilla nueva veraniega, que si me descuido se acaba el mes de agosto. ¡Disfrutad del puente o de las vacaciones!

Helados facilísimos de plátano y chocolate [con crema de cacahuete, coco y avellana opcional]

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Banana ice cream

Casi es el ecuador de agosto y no sé si tengo la sensación de que está pasando muy deprisa o si se ha ralentizado el tiempo. Los días pasan tranquilos, con cierta rutina, entre gatos y familia, aderezados con unos Juegos Olímpicos algo decepcionantes -resultados aparte, la diferencia horaria y la organización no me está gustando nada- y pequeñas salidas en bicicleta. En realidad me paso la mitad del día delante del ordenador adelantando trabajo, porque pasaré el cambio de mes de viaje y me temo que las fechas me van a venir fatal para organizarme... Pero, ¡voy a Suiza! Esta vez en avión, vía Munich, y poquitos días, pero estoy emocionadísima y me muero de ganas. La paliza que me estoy dando estos días a teclear merecerá la pena.

Banana ice cream

También cocino para despejarme un poco y dar algunos caprichos a mis padres. El Zopf del 1 de agosto, Fiesta Nacional Suiza, no faltó a su cita, y tampoco la tarta de cumpleaños de mi padre, aunque fuera algo improvisada. Aunque la heladera la tengo todavía hibernando en el congelador, a ver si me animo a darle uso porque tengo ganas de helado casero. Bueno, vale, he hecho un semifrío y otros postres refrescantes estos días, así que tampoco es que la hayamos extrañado demasiado. Además lo que no paro de comer es fruta a todas horas, y encima mi padre ya nos ha traído los primeros racimos de uva -sin pepitas- que está para darse un atracón.

Banana ice cream

Peeero yo venía con una receta-no-receta que con unas foticos de mi último vicio en Madrid durante el caluroso julio. Ya he comentado alguna vez que al elfo le vuelven loco los plátanos, y yo me he aficionado mucho más a ellos últimamente porque me sientan genial después de correr. El problema es que se maduran rapídisimo cuando llega el calor, así que hay que darles salida. Los bizcochos y muffins son muy ricos pero no tenía muchas ganas de hornear, así que me decanté por los helados. Y es que el plátano congelado es de-li-cio-so.

Banana ice cream

A estas alturas todos sabréis ya que congelando ciertas frutas y triturándolas al momento se pueden conseguir helados saludables instantáneos que además están buenísimos. Pues yo este año he descubierto que un poco de crema o mantequilla de cacahuete le da un toque genial, aportando sabor, textura y nutrientes. Aquí tenéis la receta detallada.

Claro que el plátano combina muy bien con otros ingredientes, y si nos queremos dar un capricho más dulzón no hay nada como el chocolate. Buen chocolate negro, con poco azúcar, y plátano maduro combinan de maravilla, y se pueden emparejar de muchas maneras distintas. Una tarde en la que no tenía ganas de nada y descubrí con horror que teníamos unos plátanos que pedían auxilio, los corté en rodajas y los congelé en brochetas. Iba a comerlos como picoteo tal cual, pero tenía chocolate fundido sobrante de otra receta y... pues los pinté a lo bruto con un pincel de silicona. Resultado: ¡chocolatinas heladas de plátano y chocolate!

Banana ice cream

Recién hechas el chocolate se congela al instante, pero ablanda el plátano interior dejando una textura cremosa decadente. Si se devuelven al congelador unas horas tendremos un bocado mucho más firme y crujiente, y si son rodajas pequeñas se pueden dejar fundir lentamente en la boca... delicioso. La otra opción es hacer polos o chupachups de plátano, un poco más sofisticados. Y vuelvo a añadir crema de cacahuete a la ecuación, que he descubierto una marca ecológica que es una delicia, 100% cacahuete, cremosa y suave, y con un diseño que me encanta.

Peanut butter


Helados facilísimos de plátano y chocolate
Inspiración: plátano+chocolate=paraíso
Ingredientes a ojo según lo que tengamos

- plátanos maduritos que peligran
- crema/mantequilla de cacahuete cremosa sin sal, sin azúcar, sin grasas añadidas
- chocolate negro de calidad
- coco rallado
- crocanti de avellana/almendra

Pelar los plátanos, cortar en porciones de unos 4-6 centímetros de largo y untar la mitad con crema de cacahuete. Formar "sándwiches" uniendo dos mitades, pinchar con un palo de polo o con brochetas y congelar unas horas.

Fundir chocolate al baño maría y dejar que se enfríe lo suficiente como para que podamos tocarlo sin apenas notar calor. Preparar cuencos o vasos con coco rallado, crocanti de frutos secos u otros productos al gusto.

Banana ice cream

Sumergir cada porción de plátano en el chocolate, sacudir para que escurra el exceso y rebozar en los ingredientes deseados. Hay que trabajar rápido porque se solidifica a gran velocidad. Cuando esté seco el chocolate, envolver en plástico film y devolver al congelador, o comer y disfrutar directamente.

En realidad, como comentaba, es una no-receta de las que me gustan, tuneables al 100% y para jugar en casa con lo que tengamos o lo que nos apetezca. Lo importante es recordar que el plátano congelado es delicioso, que combina de miedo con chocolate, y que no hay que complicarse la vida en verano para darse caprichos helados.

Banana ice cream

¡Seguid disfrutando del mes de agosto!

Helado de frutos del bosque

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La última semana ha sido especialmente intensa, y lo curioso es que no he olido ni la piscina ni el mar, a pesar de estar constantemente cerca de ambos sitios. De pequeña no había quien me sacara del agua, y ahora no me llama nada la atención! La verdad es que me da pereza torrarme al sol, tengo el pelo algo delicado últimamente y no me gusta que se me moje con el cloro y la arena no me gusta desde que dejó de interesarme para hacer castillos. Pero todas las mañanas, antes de que caliente mucho el sol, salgo un rato con la bici -las bicicletas son para el verano-, o a correr entre invernaderos y tractores -y moscas-, porque de lo contrario corro el riesgo de sufrir un ataque de locura. Menos mal que siempre hay pequeñas cosas en la vida que nos alegran el día a día, como una camada de gatitos recién nacidos -¿alguien quiere?-, risas en familia, una visita de cierto elfo o el placer de un helado casero.

Mixed berry ice cream

Mañana salimos de viaje en dirección a Suiza, y estoy emocionadísima. Hace demasiado tiempo de la última vez y me muero de ganas de ver a la familia y a los amigos que tenemos allí, aunque esta vez será una estancia más corta y vamos a ir en avión. Lo comprendo por mi padre, es más cómodo y práctico -aunque no toque ir hasta el aeropuerto de Alicante/Elche y además aterrizamos en Munich-, pero no puedo evitar sentir algo de nostalgia por esos viajes en coche que nos pegábamos los cuatro, cuando mi hermano y yo aún eramos unos críos que nos pasábamos el trayecto jugando a mil cosas. Las rutinas de carretera, las paradas por el camino, aprovechar a hacer escala en pueblitos franceses un par de noches, el paso de la frontera... esas pequeñas tonterías pero de las que guardo buenos recuerdos.

Mixed berry ice cream

Pero bueno, ahora es el momento de atesorar nuevos momentos en la memoria, y aprovecharemos para conocer Munich y alrededores antes de regresar a España a principios de septiembre. A mí me esperará después un aburrido trayecto en tren hasta que regrese a Madrid, qué le vamos a hacer. Solo estoy sufriendo porque el viajar en avión limita mi capacidad de llenar la maleta de compras en Suiza -el maletero del coche al regresar de una estancia en Suiza era digno de verse-, tendré que controlarme un poco. El chocolate y los pasteles que no pueda llevarme me los comeré in situ, no hay problema :P.

Mixed berry ice cream

Como día, elaborar helado casero siempre es un pequeño placer, entre otras cosas porque te permite darte un buen festín mientras estás en el proceso. ¡Hay que catar la mezcla! Y es inevitable que queden restos en la máquina heladera cuando lo trasladas al recipiente para guardarlo, y claro, no vas a desperdiciar esa delicia. Ay lo que me gusta meter la cuchara en el helado recién hecho, cuando está taaaan cremosito... lo dicho, pequeños placeres. En este caso improvisé un poco para aprovechar unos frutos del bosque congelados maravillosos que encontramos en una tienda cercana, sin añadir demasiadas grasas pero sí un componente lácteo suficiente para suavizar la mezcla.

Receta de helado de frutos del bosque
Inspiración: el verano, los frutos del bosque, Suiza y los recuerdos de mi infancia
Ingredientes para 1 litro (y unas cuantas cucharadas de regalo)

- 500 g de mezcla de frutos del bosque (congelados o frescos)
- 100 g de azúcar
- 1 cucharadita de miel
- 1 pizca de sal
- 200 ml de nata para montar (sin lactosa)
- 250 g de queso fresco batido o yogur natural
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1/4 cucharadita de esencia de vainilla

Disponer los frutos del bosque (arándanos, moras, fresas, grosellas, frambuesas) en un recipiente, añadir el azúcar y mezclar. Dejar que se descongelen por sí mismos y se maceren con el azúcar. Cuando estén más blanditos, triturar. También se podrían cocer un poco, aunque prefiero dejarlos crudos. Otra opción es colar la mezcla para coger solo los jugos líquidos, pero yo adoro los trocitos de fruta y también las semillitas.

Montar la nata hasta que esté bastante espesa y batir con el queso fresco o el yogur. Añadir a la mezcla de frutos del bosque, agregar la sal, la miel el zumo de limón y la vainilla, y mezclar todo hasta tener una textura homogénea. Tapar y dejar enfriar en la nevera por lo menos un par de horas.

Cuando la mezcla esté bien fría, proceder a formar el helado siguiendo las instrucciones de la máquina que se tenga. O congelar directamente, o formar polos, o beber como si fuera un batido. Está buenísimo de cualquier manera, aunque es verdad que los paladares más acostumbrados al puro dulce igual echarán en falta más azúcar. Probar y ajustar.

Mixed berry ice cream

Supongo que ya nos volveremos a leer en septiembre y cuando haya regresado, aunque me espera un montón de lío al volver así que no sé cuándo tendré tiempo de publicar nuevas cositas. Sea como sea, ¡sed felices! Y daos caprichos de helados caseros, que a pesar de que son para todo el año, al final es en verano cuando más los aprovechamos ;).

Polos tropicales "modernos"; congelando smoothies de fruta con col kale para despedir el verano

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¡Increíble, he conseguido que no pasara más de un mes desde mi última publicación! No os riáis porque yo ya lo daba por hecho, teniendo en cuenta el caos desorganizativo en el que he vivido estas últimas semanas. Las vacaciones en Suiza fueron genial, cortitas y con más calor del esperado, pero fantásticas. Me habréis visto dar la lata por las redes sociales, sobre todo con muchas fotos de comida y bebida -obvio-; pero tranquilos que ya daré buena cuenta del viaje un poco más adelante. Lo malo fue la vuelta, en avión desde Múnich, con retraso, calorazo en España, tren a Madrid al día siguiente, MÁS CALOR, y los sucesivos días de agobio/morriña con la vuelta a la rutina. Pero por fin ya vemos el fin del verano en el horizonte, así que toca despedirse.

Smoothie popsicles

Tengo un ratico corto hasta que el elfo llegue a casa hambriento y luego me espera la lavadora y varios compromisos esta tarde; no va a ser un viernes muy ocioso pero habrá que aprovechar el buen tiempo del fin de semana. Menos mal que refrescó e incluso hubo tormenta el otro día. Solecito y temperaturas agradables sí, calor infernal bochornoso en pleno septiembre, no. Debería llover mucho más, eso sí, que este año queremos buenas setas! Mi suegro no deja de mirar el cielo con resignación, el pobre. Sueña con ir a por buenos níscalos.

Como decía, que me lío yo sola, tengo poco tiempo así que dejo una receta sencillísima para ir despidiendo al verano. No ha estado mal del todo, un poco en la línea seca agobiante de las últimas ediciones, pero ya está bien. El otoño busca su turno y hay que dárselo. Así que, para ir cerrando este capítulo, en casa estamos terminando los últimos polos caseros de la temporada. Nos hemos aficionado a los smoothies y zumos mezclando fruta y verdura, pero me temo que yo me bajo del carro en cuanto llegue el frío. Eso sí, cuando aprieta el calor sientan de maravilla, es una forma genial de hidratarse y nutrirse de forma ligera y fresca, cuando no te entra nada más, y también de aprovechar vegetales que corren el riesgo de ponerse malos.

Smoothie popsicles

Al hacer mucho calor prefería convertir los smoothies en polos, y al final los he disfrutado más. Se conservan mejor durante más tiempo, y están más fresquitos todavía. Hablo de smoothies porque para mí un batido tiene que llevar un lácteo sí o sí -o equivalente vegetal- y lo asocio más a algo dulce y menos "sano". No me acuséis de postureo por ponerle kale, es que ahora venden esta col rizada hasta en Alcampo, y claro, tenía que probarla. Así el elfo me come hojas verdes en crudo, que no está nada mal :P. Podéis añadir también espinacas, o acelgas, o un poco de brócoli incluso. Se trata de sumar vitaminas, fibra y atioxidantes sin tener que recurrir siempre a lo más dulce.

Polos tropicales de smoothie con col kale
Inspiración: el bombardeo de smoothies que nos invade, el calor y mi adicción a la fruta
Ingredientes para unos 6-8 polos

- 1 mango mediano bien maduro y dulce
- 1-2 hojas de col rizada kale o de otra verdura de hoja verde
- 1 kiwi
- 1 rodaja gorda de piña tierna
- 2 plátanos pequeños maduritos, pero sin pasarnos
- 1 vaso de agua de coco sin azúcar añadido
- 1 lima
- hierbabuena al gusto
- 1 pizquita de sal

Tan sencillo como pelar toda la fruta pelable, trocearla en piezas de tamaños similares y triturar en una batidora o licuadora. Añadir la lima a lo bruto, escurriendo todo el jugo posible, e incluso añadiendo parte de la pulpa. La sal es para potenciar los sabores un poco, pero se puede omitir. Lavar y masajear bien la col kale para que esté un poco más tierna.

Probar el smoothie cuando esté listo y bien homogéneo, y si nos gusta, repartir en moldes para polo. Congelar unas horas antes de desmoldar y comer. Se pueden tomar a cualquier hora del día y añadir o quitar ingredientes al gusto.

Smoothie popsicles

¡Buen fin de semana!

Flammkuchen o tarta fina salada de higos con queso Gruyère [masa sin gluten rica en proteínas]

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Desde que vivo en Madrid me he dado cuenta de que hecho de menos el "ambiente" del septiembre murciano. Me resulta difícil describirlo con palabras, es una combinación de recuerdos, sensaciones, sonidos, sabores... Hay una cosa que tengo clara: septiembre sabe a jínjoles, a uvas y a higos. Los primeros por desgracia son desconocidos por aquí y me acabo de comer el último de los que me traje de Murcia, por suerte higos y uvas encuentro de gran calidad en el mercadillo semanal. No es lo mismo que ir con mi madre a la higuera a recolectarlos con nuestras manos, pero no se puede tener todo. Me he propuesto no devorar a pelo todos los higos de este año, así que hoy os dejo con esta receta de Flammkuchen o tarta salada de higos con Gruyère. Que además da la casualidad de ser sin gluten y apta para intolerantes a la lactosa #winwin.

Fig gruyère tart

En Murcia el calor se hace el remolón y tarda en marcharse, pero septiembre ya trae días cortos, noches frescas y temperaturas con las que se puede disfrutar de verdad durante el día. Lo que más recuerdo de este mes es esa sensación de empezar algo nuevo, de volver a la ciudad y renovar un poco la casa, el armario y mi cuarto por completo. Cuando era estudiante era la época de ordenar, de hacer limpieza de libros y apuntes y de renovar el material de papelería, de estrenar agenda y de hacer muchos planes. Cómo me gustaba estrenar cuadernos, libretas, estuche, bolígrafos, calendarios, carpetas y demás. Las buenas intenciones no solían durar mucho después de octubre, pero qué bonito y qué nuevo era todo en septiembre.

Fig gruyère tart

Me falta esa sensación aquí en Madrid. Sí que estamos como viviendo una etapa nueva, un año más en convivencia y haciendo algunos planes para el futuro, pero en el día a día es como si hubiera apretado simplemente el botón de "pausa" en julio y lo hubiera retomado todo igual al volver. Y me he dado cuenta de que me estoy organizando fatal, voy a salto de mata y necesito cierto orden mental en mi vida ahora mismo. Creo que voy a aprovechar que tengo que ir al centro esta tarde para hacerme con alguna agenda o cuaderno y voy a retomar las buenas costumbres, quizá me pase a la moda de las bullet journals a ver qué tal. Y así podré organizarme mejor para probar recetas más complicadas, aunque las improvisadas y facilotas como esta de hoy tampoco están nada mal.

Una Flammkuchen es un tipo de tarta salada planita típica de algunas zonas de Alemania y que también se ven en Francia -donde se llama tarte flambée- y Suiza. Hay muchas variantes según la región, pero la más típica es de masa delgada, con crème fraîche o queso fresco de base, cebolla y tocino, pudiendo llevar también setas, otros quesos, patata... y también hay versiones dulces. Hay masas que son parecidas a la pizza, con base de panadería, pero las más fáciles no necesitan levadura. A mí me gustan en su versión simple, sin levado, muy finitas y crujientes, y con forma irregular.

Fig gruyère tart

El otro día me apetecía comer algo con higos y queso, variando la típica combinación de queso de cabra sobre pan -aún no había despertado a mi masa madre- que ya os enseñé el año pasado. Entonces pensé que me tocaba tomar algo de legumbres, y tenía restos de harina de avena en la despensa... oh, y un fabuloso queso Gruyère AOP suizo. Al final salió esta Flammkuchen, sin trigo, con una base crujiente rica en proteínas, Gruyère fundido y queso fresco con tomillo. Ñam.

Flammkuchen o tarta fina salada de higos con queso Gruyère
Inspiración: Recuerdos de barbacoas en Suiza y de las higueras de mi campo
Ingredientes para 2 personas como primer plato o 1 buena ración única

- 60 g de harina de avena*
- 40 g de harina de garbanzos
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1 buena pizca de sal
- agua necesaria
- 5-6 higos maduritos pero sin pasarse
- queso Gruyère suizo auténtico*
- queso fresco batido desnatado, requesón o ricotta
- tomillo fresco
- pimienta negra
- miel

Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja. Colocar las harinas con el aceite y la sal en un cuenco, mezclar y añadir agua poco a poco hasta tener una masa homogénea, suave, maleable pero no pegajosa.

Formar una bola y poner en la bandeja de horno. Aplanar con un rodillo hasta dejarla muy finita, engrasando el rodillo si fuera necesario con un poco de aceite.

Lavar bien los higos, con suavidad, y secar. Cortar los rabitos si fueran muy grandes y las posibles partes dañadas de la piel. Cortar los higos en rodajas no muy gruesas y distribuir por encima de la masa. Rallar queso al gusto, añadir tomillo fresco y un golpe de pimienta.

Hornear unos 10-15 minutos hasta que la masa esté crujiente y el queso bien fundido. Servir con queso fresco repartido por encima y un poco de miel según nos guste más.

* Notas:

- El auténtico Gruyére es apto para intolerantes a la lactosa, porque estos quesos curados la pierden prácticamente toda en su producción, de forma natural. De todas formas, mejor probar y aprender lo que le sienta mejor a cada uno.
- El queso fresco batido es casi como yogur, ligero y con fermentos lácteos que son los que "digieren" la lactosa por nosotros. El labneh iría muy bien también aquí.
- La harina de avena la hago casera triturando copos finos. Hay que tener cuidado con el gluten porque en España pocas marcas venden avena que sea libre de gluten con confianza.
- La harina de garbanzos se vende ya en cualquier sitio, tanto herbolarios como tiendas ecológicas y en hipermercados. Suele ser ecológica.


Fig gruyère tart

Tengo grandes expectativas para este otoño, espero que no me defraude :).

¡10 años de Albahaca y Canela! Tarta de frambuesas para el cumpleblog

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Diez años. Una década. Tal día como hoy, un 25 de septiembre de 2006, decidí que era el momento de inaugurar este pequeño rincón en la red. Muchísimas cosas han pasado desde entonces, aunque mi vida no ha sido la más emocionante del mundo, pero jamás hubiera esperado entonces que iba a llegar hoy hasta aquí. No sé realmente si me visualizaba escribiendo y publicando recetas en este bog durante tantos y tantos meses, pero lo que sí sé es que sigo teniendo tanta ilusión en actualizar como el primer día. Ya no tengo tanto tiempo y la frecuencia de actualizaciones ha disminuido, pero no es por falta de motivación, os lo aseguro. Así que, como esto sin vosotros no tendría sentido, os invito a un trocito de tarta de cumpleblog :).

Raspberry birthday cake

La blogosfera ha evolucionado muchísimo en todos estos años, tanto a nivel general como en el mundo gastronómico en particular. A veces cambia todo tan deprisa que me marea un poco, es imposible seguir el ritmo y hay cosas que no me terminan de gustar. Pero en realidad no me importa, yo sigo haciendo lo que me gusta y mantengo mi blog como me apetece, sin agobios y sin obsesionar me con nada. Sigue siendo mi pequeño blog, donde dejo parte de mí misma en cada publicación y de lo que me pasa por la cabeza en cada momento.

Raspberry birthday cake

Al echar la vista atrás y repasar algunas entradas viejas me doy cuenta de que, poco a poco, este recopilatorio de experiencias culinarias se convirtió también en un diario mucho más personal de lo que tenía pensado. De forma natural me salen las parrafadas que a veces suelo, y que sé que probablemente no interesan a nadie, pero no sabéis lo bien que sienta. Bueno, sí lo sabéis! La verdad es que los blogs a los que termino siendo fiel son los que reconozco a sus autores detrás, que no solo me conquistan por sus recetas o fotos, sino que me ofrecen algo más. Los que compartís experiencias, reflexiones, conocimientos, fantasías, cuentos, recuerdos, ideas... como complemento de la cocina, que sepáis que sois mis favoritos ;).

Raspberry birthday cake

Me gusta que un blog tenga personalidad detrás, rasgos que distinguen a cada autor que hay detrás de esas imágenes y esas recetas. No sé si yo he conseguido lo mismo, pero al menos sí que me reconozco a mí misma, en mis cambios desde mi tierna edad universitaria, releyendo mis ocurrencias a lo largo de estos 10 años. Albahaca y Canela sigue siendo mi forma de conocer un poco más este mundo, a través de la cocina y la gastronomía. Porque cuanto más la conozco más me queda por aprender y más me apasiona.

Raspberry birthday cake

El blog me ha dado muchísimas cosas buenas, ha cambiado mi vida en muchos sentidos y todo gracias a la gente fantástica que he podido conocer. Así que os doy las gracias a todos los que estáis ahí leyendo esto, viejos conocidos, otros más recientes, anónimos que jamás conoceré y amigos a los que ya he dado abrazos en persona; gracias por acompañarme estos 10 años, y ojalá sean muchos muchos más. ¡Coged un trozo de tarta y brindad con lo que más os apetezca! A mi salud ;P.

Raspberry birthday cake

La tarta que me sirve como excusa para la celebración es la que preparé para mi padre hace unas semanas, para su cumpleaños en el mes de agosto. No tiene ningún misterio, es mi base de bizcocho genovés favorito, cortado por la mitad, empapado en almíbar cítrico y relleno con mermelada de frambuesas, frambuesas naturales y nata montada sin lactosa. Simple, algo campestre, fresca y ligera: una tarta deliciosa con la que celebrar cualquier ocasión que lo lo merezca.

Raspberry birthday cake

Y para terminar, otro pequeño festejo, ¡formo parte del equipo de colaboradores de Recetags! Seguro que ya conocéis esta fantástica red de blogs de cocina, que recopila recetas de lo mejorcito de la blogosfera con autores increíbles. Estoy muy contenta porque sé cómo nació el proyecto cuando solo era una idea, conozco a los responsables que lo han hecho posible y a casi todos los blogueros que ya forman del equipo. Me encanta sentirme novata otra vez.

No me lío más que tengo al elfo durmiendo una siesta tardía y le espera un viaje de trabajo mañana a Oporto, a ver si consigo que me traiga alguna cosilla :D.

¡Gracias a todos otra vez! Nos seguimos leyendo :).

Quesada de lima. Receta rápida para despedir septiembre

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¡Muchísimas gracias a todos por los comentarios de la anterior entrada! Me ha hecho muchísima ilusión leer tantas muestras de cariño, tanto de aquellos que nos leemos ya desde hace tiempo como de los que habéis caído por aquí más recientemente. Y aprecio mucho también a todos los que normalmente navegáis en el anonimato, o sin tiempo para comentar, y os habéis tomado la molestia de dejar unas bonitas palabras para la ocasión :). Todavía me parece un poco una nimiedad, pero es verdad que jo, diez años son muchos años. A ver si tengo tiempo de responder a todos con calma, que estamos a final de mes y eso siempre es una locura en mi vida. Así que la receta de hoy es rápida y fácil, una quesada de lima para despedir septiembre.

Quesada de lima

Porque vale que el otoño ya llegó pero todavía se le espera por aquí. Ni siquiera refresca lo suficiente por la noche -a pesar de que el elfo sea un friolero y haya exigido que saque una manta para su lado de la cama-, aunque al menos sí se puede correr a una hora decente sin volver achicharrada. Ayer hablaba con mi madre por teléfono y justo en Murcia estaba lloviendo... y aquí solazo y un cielo azul espléndido. Empiezo a sentirme estafada.

Tengo el cuerpo y la cabeza en modo otoño total, y encima los blog alemanes y suizos no dejan de darme envidia porque por esos lares ya sí que han bajado las temperaturas y han despedido al verano. Pero bueno, aunque sigo sin entregarme a los platos de cuchara sí que estoy horneando más, sobre todo panes y cosas con fruta y frutos secos. La receta de hoy es apropiada para este entretiempo estafador, porque requiere horno pero es un postre fresco y ligero, con el delicioso sabor refrescante de la lima. Me vuelven loca los sabores ácidos del limón y la lima, quizá se me fue la mano un poco echando zumo por encima, aunque en casa nadie se quejó. Quizá fue porque estábamos a 40ºC, claro :P.

Quesada de lima


La receta es una adaptación de varias quesadas/tartas de queso/pasteles de yogur que llevo viendo en los últimos meses, y a los que me aficioné bastante desde la primavera pasada. A veces pongo una base de galleta o de masa quebrada, pero así, sola, queda genial también. Es más rápida y más ligera, aunque cada uno puede añadir lo que le apetezca. Es una masa muy versátil y también admite distintos moldes, para que quede más finita o más gordita. Como siempre digo con la mayoría de recetas dulces que comparto, ¡al gusto! De hecho, si la quesada hubiera sido solo para mí, habría puesto menos azúcar todavía.

Quesada de lima

Quesada de lima
Inspiración: el refrescante poder de los cítricos y múltiples recetas de la red
Ingredientes para un molde de unos 20 cm

- 85 g de azúcar
- 2 limas de buen tamaño
- 250 g de queso crema sin lactosa
- 380 g de queso fresco batido desnatado
- 3 huevos L
- 1/4 cucharadita de sal
- 1-2 cucharadas de azúcar
- 1 lima extra
- un poco de agua

Precalentar el horno a 180ºC y forrar o engrasar un molde redondo, mejor si es de fondo desmontable. Añadir una base de galletas, o masa quebrada horneada en blanco, o no añadir nada.

Disponer el azúcar en un recipiente mediano y rallar encima las limas, sin llegar a la parte blanca. Estrujar el azúcar hasta que se libere el aroma de la fruta. Incorporar los dos tipos de queso, escurridos, y los huevos. Agregar una pizca de sal y batir con batidora de varillas o a mano hasta tener una mezcla esponjosa y homogénea.

Añadir el zumo de las limas, cantidad al gusto. Recomiendo no escatimar e incluso aprovechar la pulpa que pueda caer -no los huesos-. Batir un poco más hasta incorporar bien el zumo. Verter en el molde, dando unos golpecitos para sacar las burbujas e igualar la superficie, y hornear durante unos 30 minutos.

Dejar enfriar un poco antes de desmoldar y esperar a que se enfríe totalmente sobre una rejilla. mientras tanto preparar un almíbar ligero cocinando un par de cucharadas de azúcar con zumo de otra lima, más ralladura y un poco de agua. Verter el almíbar frío sobre la tarta. Enfriar en la nevera antes de servir.

Quesada de lima

Eso es todo, que me está dando hambre y tengo una broa de milho traída desde Oporto por el elfo que espera ser catada. ¡Buen fin de semana! A ver cómo nos recibe octubre.

Crumble de ciruelas con frutos secos y tomillo [sin harina]

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Son pasadas las 7.30 de la mañana de un domingo de otoño, aunque de otoñal me temo que aún tiene poco. No, no me acabo de levantar, de hecho ya he desayunado y me ha dado tiempo a ver un capítulo de Las Chicas Gilmore tranquilamente, y es que llevo una temporada que ya no leo las noticias para arrancar el día. Vivo mucho mejor. Bueno, viviría mejor si el taponamiento de nariz que tengo esta semana me dejara dormir más, pero qué le vamos a hacer, me he acostumbrado a los madrugones. Eso sí, es raro que a estas horas todavía parezca noche cerrada, cuando hace apenas poco más de un mes amanecía en Suiza a las 6 ya con la luz del sol abriéndose paso.

Healthy plum crumble

Como cada domingo, en un rato -a horas de persona más normal- vendrá a buscarme mi suegra para ir al mercadillo, donde nuestro puesto de confianza nos espera con fruta y verdura de primerísima calidad. Me encanta esta época porque siguen las últimas frutas de verano tardío -¡qué melocotones!- y se mezclan con las primeras de otoño. Ahora mismo estoy aprovechando al máximo las ciruelas y los higos que quedan, porque pronto desaparecerán hasta dentro de muchos meses. Y aunque me encantan devorarlos al natural, especialmente para arrancar el día, ya sabéis que intento cocinar y hornear con mi fruta de temporda favorita. El otro día fueron higos, hoy toca ración de ciruelas, un crumble sin harina, con muchos frutos secos y su toque aromático especial que hace que huela a gloria al hornearse. Una versión un poco más sanota del crumble típico para los que busquen el protagonismo de la fruta con un toque crujiente y nutritivo.

Healthy plum crumble

Healthy plum crumble

Iba a comentar alguna cosa de la actualidad reciente, pero sinceramente, no tengo ánimos para hacerlo. Ayer se me revolvió el estómago con la noticia del día desde EEUU, el panorama político nacional es para llorar de la vergüenza, la corrupción sigue al día con su marcha habitual, la actualidad que llega desde otros países nos puede sumir en la desesperanza absoluta y, mientras tanto, aquí todo se paraliza porque Jamie Oliver le echa chorizo a la paella en su versión de la receta. Qué cansinismo de todo de verdad, cómo si fuera novedad que a los extranjeros les gusta poner chorizo a cualquier cosa.

Healthy plum crumble

Acabo de borrar un párrafo sobre el asunto. He decidido que paso del tema totalmente, me aburre y me cansa. Tampoco hay mucho más que comentar, la verdad. Solo tengo cierta curiosidad por saber qué nuevo tema chorra se convertirá en viral próximamente. Vivimos tiempos extraños. Prefiero seguir desayunando viendo series amenas donde puedo evadirme un rato antes de enfrentarme al mundo.

Healthy plum crumble

Receta de crumble de ciruelas variadas sin harina
Inspiración: fruta de temporada y mi pasión por los frutos secos crujientes
Ingredientes para 2 raciones

- 2 ciruelas moradas
- 2 ciruelas amarillas
- 1 ramita de tomillo
- 1 pizca de canela
- 1/2 limón
- 25 g de copos de avena finos
- 10 g de avellana molida
- 10 g de almendra cruda en bastones o laminada
- 5 g de semillas de lino
- 5 g de crema de cacahuete sin azúcar
- 2 cucharadas de panela (o más, al gusto)
- 1/2 cucharadita de mezcla de especias
- 1 pizca de sal
- 10-20 g de "mantequilla" (vegetal, sin lactosa, de coco, normal... al gusto)

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un par de cazuelitas. Lavar la fruta y cortar en gajos, retirando los huesos. Distribuir en ambos recipientes, dar un toque de zumo de limón, canela y tomillo, y hornear unos minutos hasta que la fruta empiece a soltar jugos.

Colocar el resto de ingredientes en un cuenco, añadiendo la mantequilla (o variante) en trocitos. Estrujar hasta tener una mezcla muy ligeramente húmeda. Se puede echar más mantequilla al gusto; obviamente saldrá más rico si agregamos más.

Cubrir las cirulas con la mezcla del crumble y hornear hasta que esté bien tostadito y burbujeen jugos de la fruta, unos 20 minutos. Servir calentito tal cual, con salsa de vainilla, yogur, helado, nata, queso crema o lo que nos apetezca.

Healthy plum crumble

Rayos, ya amanece y volvemos a tener cielo despejadísimo. Me empieza a aburrir, quiero algo de tiempo otoñal, jo. Lluvia, ¿dónde estás? ¿Cómo vamos a tener buenas setas si seguimos así? ¡Quiero perder de vista la ropa de verano de una vez! En fin, disfrutemos de este domingo soleado, que además hay fiestas en el barrio. ¡Pasadlo bien!
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