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Curry de calabaza y mango con castañas [Ansiada lluvia]

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En ocasiones me da un poco de rabia que, en ciertas cosas, el elfo y yo tengamos gustos muy diferentes en la cocina. Pero cuando preparo una olla como la de este de curry de calabaza y mango con castañas se me pasa, ¡toda para mí! Obviamente no me la comí en una sentada -casi-, así que me ha venido genial para disfrutar la receta al máximo estos días de, por fin, otoño real. ¡Con lluvia y todo! Ni si quiera me importa tanto el catarrazo y el dolor de garganta con el que me he levantado hoy.

Pumpkin mango curry with chestnuts

La temporada oficial de calabaza ya ha empezado y no es lo único que he estado cocinando con mi maravillosa hortaliza. De hecho, al limpiar el congelador saqué las últimas reservas de puré de calabaza del año pasado y aproveché para hornear; pronto compartiré la receta por aquí. El caso es que una de mis combinaciones favoritísimas, cuando se trata de platos de cuchara calabaciles, es con especias de curry y mucho jengibre, comfort food del bueno. Además es mi base predilecta para añadir lo que más me apetezca en ese momento, por ejemplo tofu salteado, langostinos cocidos, queso, huevo duro picadito, pan tostado, etc.

Pumpkin mango curry with chestnuts

En esta ocasión el toque especial lo pone el delicioso mango que enriquece la salsa con un sabor un aroma maravillosos, dando un toque tropical a un plato tan otoñal y hogareño. Bueno, tropical sí, pero son mangos nacionales, además de una calidad buenísima. Fueron un regalo del fantástico equipo de Exotic Fruit, que trabajan en Málaga produciendo un buen surtido de frutas tropicales que son un manjar. Sus aguacates son otra maravilla, en serio. ¡Gracias por el regalazo!

Y claro, la bajada de temperaturas y la lluvia ha traído el antojo de castañas. En realidad se me despertó unos días antes, aún con calorcillo, cuando me vino el aroma de la primera castañera que me he cruzado este año mientras hacía unas gestiones por la calle. No era el momento de comprar castañas pero ese aroma... ay, ese aroma! Así que, cuando conseguí unas castañas recién cogidas, las preparé para añadirlas al plato. Mi amada calabaza es que va bien con todo :).

Pumpkin mango curry with chestnuts

Receta de curry de calabaza y mango con castañas
Inspiración: ¡el otoño!
Ingredientes aproximados para 2-4 personas

- 1 calabaza tipo butternut mediana
- 1 trocito de jengibre fresco (o trozaco, al gusto)
- 1 cebolla dulce o 2 cebolletas
- 1 tallo de apio
- 1 cucharadita de mezcla de especias de curry
- 1 cucharadita de cúrcuma
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de semillas de  mostaza
- 1 cucharadita de semillas de cilantro
- 1/2 cucharadita de ajo granulado
- 1/4 cucharadita de pimentón
- 1 pizca de pimentón picante o cayena
- 1 pizca de canela
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de cardamomo
- 1/2 taza de puré de mango o 150-170 g de mango pelado
- 200 g de tomates en conserva (si son caseros como los míos, ¡mejor!)
- 1 limón
- salsa worcestershire
- vino blanco
- caldo de verduras o agua
- 1 puñado de castañas peladas
- 3-4 manojos de brotes de espinacas
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal

Empezar preparando todas las verduras. Pelar la calabaza, retirar las semillas y cortar en cubos. Picar el apio y la cebolla. Trocear el mango en cubos sin la piel ni el hueso. Pelar y picar o rallar el jengibre. Machacar un poco las semillas de mostaza y las de cilantro.

Colocar todas las especias en una olla o cazuela con un poco de aceite de oliva y calentar hasta que suelten su aroma. Añadir el jengibre y la cebolla, y remover bien. Salar ligeramente y dejar que se poche un poco. Incorporar el apio, dar unas vueltas y agregar el tomate. Machacar para deshacerlo un poco.

Echar la calabaza, dar un golpe de pimienta y remover a fuego fuerte. Echar zumo de limón y salsa worcestershire al gusto. Regar con el vino y dejar que evapore el alcohol. Incorporar el mango, remover bien y cubrir con caldo o agua. Agregar las castañas, bajar el fuego y dejar cocer hasta que la calabaza esté muy, muy tierna.

Vigilar el nivel de líquido y corregir de sal. Si el mango no era muy dulce, quizá hará falta un toque de azúcaro miel. Echar las espinacas al final, con el fuego apagado, tapar y dejar que se cocinen con el calor. Remover bien y servir al gusto.

* Notas:

- Yo tenía dos mangos muy maduros -a propósito- que trituré para conseguir un puré meloso, dulzón y muy aromático. Si no tenéis la suerte de disponer de lo mismo, usad un mango en su punto que tenga buen aroma, troceado en cubos pequeños. Buscad mangos nacionales siempre que sea posible.
- Las especias van un poco al gusto de cada uno. Yo normalmente las echo a ojo, la verdad.
- Se pueden usar castañas ya cocidas o inluso congeladas, ajustando los tiempos en la olla.

 Pumpkin mango curry with chestnuts

Ay, que ha salido el sol. Bueno, me viene bien para ir a la compra ahora, pero que no vuelvan a subir más las temperaturas, por favor. Ya he guardado, definitivamente, toda la ropa de verano. Me encantan los jerséis finitos y las chaquetas de entretiempo :).
¡Buen fin de semana! Recordad que el domingo tenemos una cita gastronómica especial :D.


Bürli, panecillos suizos. Receta para el Día Mundial del Pan

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¡Feliz Día Mundial del Pan!

Un año más vuelvo puntual a mi cita con todos los amantes de la panadería para celebrar nuestra pasión por el buen pan. Yo no podría vivir sin pan, lo siento pero me niego a renunciar a él. Al pan bueno, de calidad, elaborado con buenos ingredientes y siguiendo la tradición de los maestros panaderos de verdad. Un oficio que me parece tremendamente sacrificado y que admiro muchísimo, hoy es un día para homenajearles a ellos también. Este año además vuelvo a mi querida suiza con uno de mis panes favoritos del pequeño país, Bürli, unos panecillos muy populares.

Bürli - Swiss bread

Si me seguís desde hace tiempo sabréis que empecé a indagar en esto del mundo del pan casero en los inicios de este blog, justo el primer año que Zorra lanzó su iniciativa de celebrar el World Bread Day. Poco a poco me fui dejando atrapar por todo lo que rodea al proceso de elaborar pan en casa, y cuando me mudé a Madrid preparé mi primera masa madre de forma seria. Y la muy campeona sigue conmigo, casi seis años después, aguantando en la nevera largos periodos de inactividad para volver a regalarme panes maravillosos cuando la despierto.

Bürli - Swiss bread

Me queda mucho por aprender y me encantaría poder dedicar tiempo en serio a todos los secretos del pan artesano, de la masa madre, de porcentajes, técnicas de amasado y fermentaciones, pero por el momento estoy muy contenta con los resultados de andar por casa que consigo. Tengo mis recetas fetiche infalibles que nunca me fallan, y de vez en cuando me animo con recetas nuevas. No siempre es obligatorio usar masa madre, me gusta probar recetas solo con levadura para animar a más gente a probarlas, y esta es una de ellas.

Bürli - Swiss bread

Es probable que mi amor por el pan venga del lado suizo de la familia. Cuando yo era pequeña esto del pan de calidad no era todavía una tendencia en España, y por desgracia el pan de verdad apenas era apreciado por la gente. Todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a desterrarlos panes de fábrica que parecen de plástico o de cartón, pero afortunadamente cada vez surgen más emprendedores que apuestan por pan-pan, y más público que sabe disfrutarlo. A mí me fascinaba ir a Suiza y encontrarme panes tan maravillosos incluso en el supermercado del pueblo, con formas y sabores tan diferentes a lo que yo estaba acostumbrada.

Bürli - Swiss bread

Años más tarde empecé a investigar sobre los tipos de pan que hay en Alemania, Austria y Suiza, y descubrí que mi otra patria tiene un patrimonio cultural del pan impresionante, para ser un país tan pequeño. Por supuesto que se encunetran panes muy similares en centroeuropa, con algunas características comunes, pero hay muchas regiones que guardan su variedad especial. El Zopf, la trenza ligeramente dulce típica de los desayunos de los domingos, sigue siendo de mis favoritos, pero hay otro pan que me gusta mucho desde cría y que va más a la rama rústica de los panes.

Bürli - Swiss bread

No sabía que era una variedad específica pero sí me di cuenta de que era un pan muy típico para acompañar las salchichas de los festivales y barbacoas de verano. Los Bürli son unos panes en tamaño de panecillos grandes que se hornean por parejas, junticos para que se unan en el horneado, y luego se separan una vez fríos. Deben tener una corteza oscura, crujiente y craquelada, con una miga tierna y fresca, rústica pero sin ser densa. La textura de estos panes y su sabor los tenía grabados en mi memoria, y volvieron a renacer este verano cuando me lancé a comprarlos en una panadería. Me comí uno entero, solo, en el momento.

Bürli - Swiss bread

Así que he aprovechado este Día Mundial del Pan para probar una versión casera. Recopilando diferentes recetas que he visto por la red al final he conseguido lo que tanto ansiaba, mi receta de Bürli caseros sin complicaciones, muy similares a los panes de mi memoria. El miércoles pasado, mientras llovía y el elfo estaba fuera jugando a Magic, se hizo el milagro en casa y volví a disfrutar muchísimo horneando pan. Y devorándolo después, por supuesto.

Bürli - Swiss bread

Receta de Bürli, panecillos suizos
Inspiración: mi amor por el pan y Suiza, receta ideada por mí a partir de otras de la red
Ingredientes para 6 unidades (3 parejas)

* Prefermento:
- 120 g de agua
- 2 g de levadura fresca de panadería
- 160 g de Ruchmehl (harina "rústica", sustituir por harina tipo candeal)

* Masa final:
- 220 g de agua
- 9 g de sal
- 6 g de levadura fresca de panadería
- 200 g de harina de fuerza
- 150 g de Ruchmehl (o harina candeal)
- todo el prefermento

El día antes mezclar todos los ingredientes del prefermento hasta obtener una masa homogénea pegajosa. Dejar a temperatura ambiente, tapado, durante 2 horas. Llevar a la nevera y dejar reposar como mínimo 10 horas, mejor 12.

Sacar de la nevera y dejar que se atempere un poco. Mezclar con 100 g de agua para aligerar el prefermento y combinar el resto de ingredientes en un recipiente mediano. Añadir el prefermento y mezclar. Tapar y esperar 30 minutos.

Amasar hasta tener una masa homogénea, lisa y elástica, húmeda. Se puede hacer también con amasdos cortos estilo Dan Lepard, o todo de corrido. Dejar en un recipiente ligeramente engrasado, tapar y esperar a que doble su tamaño. Pasada la primera media hora, hacer unos pliegues estilo amasado francés.

Dividir la masa en 6 porciones del mismo tamaño (recomiendo pesarla entera y calcular el peso de cada unidad). Formar pequeñas bolas y colocarlas por parejas juntitas en una bandeja cubierta con papel de hornear. Sí, mi papel está ya en las últimas, es que lo reaprovecho todo lo posible :P. No sobrevivió a ese horneado, tranquilos.

Espolvorear un poco de harina, tapar con un paño limpio y dejar que doblen su tamaño. Cuidado que suelen tardar poco. Mientras precalentar el horno a 230ºC, con una bandeja de metal en la parte inferior.

Hornear echando agua fría en la bandeja para crear vapor. Bajar la temperatura a 200ºC cuando pasen 20 minutos. Continuar el horneado hasta cumplir unos 50-60 minutos. Los panes tienen que estár oscuritos por fuera y sonar huecos en la base. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Bürli - Swiss bread
Es típico comerse los Bürli a pellizcos, un poco a lo bruto, como decía antes acompañando una barbacoa o algo así. Pero abiertos con cuchillo para preparar bocadillos también son deliciosos. Están más ricos el mismo día, porque la corteza ofrecerá todo su crujir, pero aguantan bien hasta el día siguiente. Además se pueden congelar envueltos en plástico film cuando se hayan enfriado.

¿Vosotros habéis horneado algo especial hoy? ¿Habéis cogido ideas para darle caña a las harinas este otoño? Animáos con el pan casero o apostad por panes de calidad, seguro que en vuestra ciudad o pueblo hay panaderías y hornos que merecen la pena :).

¡Aquí tenéis todos los panes publicados en el blog!

Roscos de canela y limón [fritos o al horno]

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La lavadora termina su último centrifugado -o se prepara para despegar, no lo tengo claro-, el elfo remolonea en el sofá -ya con la manta por encima- y del horno sale un aroma a bizcocho que ya hace soñar con la merienda. Llueve. Nos hemos puesto al día con las series pendientes. El hámster sale a curiosear y descubre un trocito de nuez que le hemos dejado en el tejado de su casita. Me gustan las tardes de domingo de otoño en casa. Son ideales para hornear o tomar un té calentito con algo dulce lleno de especias, como estos roscos de canela y limón.

Roscos de canela

Están siendo unas semanas algo... extrañas. Un poco agobiantes, la verdad. Y es que necesitamos cambiarnos de vivienda ya definitivamente. Nuestro pequeño apartamento de alquiler está más que bien, pero es muy chiquitín y ya va siendo hora de dar un paso adelante. A lo tonto son ya unos cuantos años conviviendo aquí en Madrid, ya he cumplido 30 años y siento un extraño desasosiego interior desde hace tiempo. Necesito un cambio hacia delante, es extraño de explicar.

Roscos de canela

El caso es que llevamos desde final del verano mirando anuncios y visitando pisos sin parar, y es muy frustrante. Si nos sobrara el dinero no habría problema -JA-, pero claro, hay que dejar de soñar con la casa maravillosa que uno se imagina. Hay que tener los pies en el suelo y saber qué es lo que interesa de verdad, pensar en el futuro y verse viviendo allí de verdad. Y poner las cosas en la balanza: precio, situación, comunicaciones, extras... ¡pero no es nada fácil! Y menos tal y como está el mercado en Madrid, porque menudos precios, incluso en segunda mano a reformar... estamos locos. Mis conocimientos en economía son casi nulos, pero miedo me da lo que pueda pasar en los próximos años. ¡En fin, en esas estamos!

Así que apenas tengo tiempo libre porque también he vuelto a clases de alemán, y estoy durmiendo fatal porque tengo un catarro que no se me termina de quitar. Pero el otoño me pone de buen humor, aunque sea en modo nostálgico, siempre en positivo. Salgo a correr con más ganas -mi alivio mental- y enciendo el horno con alegría. Estos roscos son una adaptación de una receta de Betty Bossi, sencillos y ricos, y quedan muy bien tanto fritos como horneados. Ese rebozado de azúcar y canela final es opcional pero... creo que totalmente recomendable, al menos por una vez.

Roscos de canela


Roscos de canela y limón
Inspiración: Betty Bossi
Ingredientes para unas 15- 20 unidades

- 55 g de mantequilla sin sal o variante vegana/sin lactosa, a temperatura ambiente
- 50 g de azúcar
- 1 pizca de sal
- 2 huevos L
- 5 ml de zumo de limón
- ralladura de limón
- 1/4 cucharadita de canela
- 200 g de harina de repostería
- 50 g de harina blanca de espelta (o usar más harina común)
- la punta de un cuchillo de bicarbonato sódico
- aceite de oliva o girasol para freír (opcional)
- 4 cucharadas de azúcar moreno o panela
- 1 y 1/2 cucharaditas de canela
- mantequilla o leche

Cortar la mantequilla en cubitos y batir con batidora de varillas para dejarla cremosa. Añadir el azúcar y la sal, y batir hasta incorporar. Añadir los huevos, batiendo bien, y el limón. Procurar no agregar parte blanca de la ralladura de la piel.

Incorporar la canela, la harina y el bicarbonato, y mezclar hasta tener una masa homogénea. Envolver en plástico film y dejar enfriar en la nevera 30 minutos como mínimo. Precalentar el horno a 180ºC o ir preparando un cazo amplio con abundante aceite. Mezclar también en un cuenco el azúcar y la canela del rebozado.

Sacar la masa, estirar sobre papel sulfurizado o una superficie ligeramente enharinada y dejar un grosor de unos 4 mm. Sacar los roscos con un cortador tipo dónut, o con un par de vasos o aros de emplatar. Continuar hasta terminar con la masa (yo además saco los agujeros y los horneo también).

Freír por tandas a unos 170-175ºC, hasta que se doren por ambos lados, dejando reposar sobre papel de cocina. O, como es el caso de los roscos de las fotos, hornear en una bandeja durante 12-15 minutos. Si los hemos horneado, pintar todavía calientes con mantequilla fundida o leche. En ambos casos, rebozar con el azúcar y la canela.

Roscos de canela

Ya os iré contando avances -espero que los haya- en el asunto búsqueda de vivienda. Al menos estamos entretenidos, sobre todo cuando toca ver los pisos con los actuales inquilinos todavía viviendo dentro -no me gusta nada, qué incómodo!-.

¡Feliz final de domingo e inicio de semana!

Tarta de calabaza al oporto con base multicereales

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¿Sabéis otra cosa buena que tiene el otoño? Me reconcilia con el sol. Tantos meses huyendo de él, evitando salir a la calle en las horas en las que más caña da, maldiciendo que tarda tantísimo en irse a dormir, buscando sombras por la calle como desesperados... Pero ahora vuelvo a buscarlo. El gustico que da calentarse al sol una mañana fría de otoño o de invierno, sobre todo después de días de lluvia, es maravilloso. Me gustan las tormentas y disfruto los días de ventiscas y cielos grises, pero también son una maravilla los días soleaños de los meses fríos. Y una tarta de calabaza se disfruta igual escuchando la lluvia o admirando el brillo de luz del atardecer en las hojas de colores que caen sin cesar.

Pumpkin Pie

Aunque tengo que decir que no estoy del todo contenta con las excesivas temperaturas máximas de estos días, demasiado para mi gusto. Ayer tuve que sacar la tarta a la ventana a ver si entraba algo de fresco, porque entre la sesión de horno que me pegué y el calorcico que hacía, el mini apartamento había creado su microclima. Si hasta tuve que meter el pan en la nevera para la última fermentación porque se me iban a descontrolar los tiempos, con el planning de turnos que me había hecho tan estupendo para que entrara y saliera todo a punto! Menos mal que ya me conozco mis masas favoritas y sé cómo se comportan.



Estos días de entretiempo raro con cambios bruscos son curiosos a la hora de observar a la gente. Lo mismo sigues viendo shorts y sandalias que otros ya van con abrigos y guantes. Pero a veces hay cada inconsciente... sobre todo haciendo deporte. Salí a correr en manga corta y casi que eché de menos incluso algo más fresco, mientras me cruzaba hombretones con ¡chaqueta y pantalón largo! Algunos hasta gorro, qué angustia me daba verlos. O igual son de esa gente que piensa que por sudar mucho se adelgaza más -absurdez-, quién sabe. El caso es que creo que hemos sacado la ropa de invierno con demasiada alegría, y el tiempo nos trolea mucho en este país.

Pumpkin Pie

Pumpkin Pie

Bien, mañana es Halloween. Aunque he preparado varias recetas temáticas para Directo al Paladar y alguna otra cosilla, no tenía muchas ganas ni tiempo para volver por aquí con algo de brujas, fantasmas o monstruos. No vamos a hacer nada especial este año pero mi querida y adorada tarta de calabaza no podía faltar. La primera vez que hice una, allá por 2007, ya empecé a asociarla con la noche de brujas, y no me parece mala excusa para seguir esa "tradición". En realidad es un pastel ideal para preparar en cualquier momento del otoño, y por eso es tan típico en las mesas americanas cuando llega Acción de Gracias, dentro de un mes. No descarto repetir.

Pumpkin Pie

Ya tengo variasversiones de la Pumpkin Pie en el blog, y seguiré probando más. El año pasado salió muy rica fusionándola con una tarta de queso, pero esta vez he querido dejar todo el protagonismo a la estrella de la función, la calabaza. Que en realidad, más que pumpkin, es squash, y según los expertos sale más rica si se hace con la carne asada de esta variedad de curcubitácea. Yo estoy de acuerdo, pero es fundamental escurrirla MUY bien para concentrar al máximo el sabor. Es sencillo: se asa hasta que está muy blanda, se saca la pulpa, se tritura y se deja toda la noche sobre un paño de hilo fino encima de un colador.

Pumpkin Pie

En la base podéis usar la que más os guste, desde una masa quebrada hasta la típica flaky de las pies, que se elabora con mantequilla muuuuuy fría y trabajándola lo justo, así queda con un toque hojaldrado. Yo he querido darle ese toque rústico más sabroso mezclando harinas diferentes y ha salido tal y como yo quería. En cuanto al relleno: muuucha calabaza! Además poco azúcar, pero muchas especias para compensar. Y el toque de oporto, que ha dado un aroma delicioso y me temo que voy a usar mucho más a partir de ahora en todo tipo de postres. Me encanta.

Pumpkin Pie

Receta de tarta de calabaza al oporto con base multicereales
Inspiración: mis recetas y ganas de un sabor potene calabacil
Ingredientes para un molde de unos 22 cm

Para la masa:

- 50g de harina de repostería
- 50 g de harina blanca de espelta
- 50 g de harina de centeno
- 25 g de harina de garbanzos
- 25 g de harina de maíz
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de canela molida
- 5 g de azúcar moreno
- 70 g de mantequilla muy fría
- 100 ml de agua muy fría (aproximadamente)
- avellana o almendra molida

Para el relleno:

- 450 g de puré de calabaza (comprado o asada casera, y escurrida)
- 3 huevos L
- 100 g de azúcar moreno o panela (yo al final he pueso 85)
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de jengibre molido
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1/4 cucharadita de clavo
- 1/4 cucharadita de cardamomo
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cuchatadita de sal
- 1 yogur natural (125 g)
- 1-2 cucharadas de oporto

Preparar la masa con cierta antelación, para no ir con agobios. Colocar todas las harinas, menos la avellana, con la sal, al canela y el azúcar en un recipiente y mezclar bien. Añadir la mantequilla cortada en cubitos pequeños y trabajar con las manos, estrujando bien, hasta que quede una textura de migas. Añadir agua fría poco a poco para conseguir una masa más o menos homogénea, no muy pegajosa. Lo más sencillo es usar una picadora o procesador de alimentos, la masa sale sola y no hay riesgo de calentarla demasiado.  Envolver en plástico y film y dejar como mínimo 1 hora en la nevera.

Engrasar un molde rizado redondo o de tipo pie. Sacar la masa, estirar sobre una superficie ligeramente enharinada con el rodillo y cubrir el molde. Llevar a la nevera. mientras hacemos el relleno y precalentar el horno a 180ºC.

Disponer en un recipiente los huevos con el azúcar o panela y batir bien. Añadir la calabaza, batir un poco y agregar las especias, la sal y el yogur. Batir bien con la batidora de varillas a velocidad baja, hasta tener una masa homogénea. Incorporar el oporto y mezclar con las varillas.

Sacar la masa y espolvorear por encima avellana o almendra molida. Llevar con la masa de calabaza, igualando bien la superficie. Llevar al horno, sobre una rejilla en la parte baja, y hornear durante unos 45-50 minutos. Vigilar bien que no se queme; bajar la temperatura a 170ºC si se dora demasiado rápido. Pinchar con un palillo, pero no en el centro, para comprobar que sale limpio. Dejar enfriar completamente antes de servir. Mejora de un día para otro.

Pumpkin Pie

Mil gracias a todos los que me habéis dejado vuestras experiencias con el mercado inmobiliario. La cosa sigue poco a poco, con días peores y mejores porque hay cosas muy frustrantes y terminas desanimándote, pero sobre todo queremos tenerlo clarísimo. Que necesitamos movernos lo sabemos, dónde y cómo ya es otra historia. Afortunadamente contamos con apoyo familiar y nos están ayudando mucho, solo con tener otras opiniones constructivas ya es mucho. Y vuestros ánimos también ayudan! Gracias otra vez :).

¿Os gusta la tarta de calabaza? ¿Habéis caído en las garras de Halloween, o mejor os reserváis para huesos de santo, buñuelos y panellets? Sea como sea, ¡pasadlo bien! Espero que el cambio de hora no os haya afectado demasiado ;).

Bundt Cake marmolado de chocolate y cacahuete [Día Internacional del Bundt Cake]

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Me gustó tanto la tarta de calabaza con la que despedí octubre que me daba penica actualizar con una receta nueva. Vale, es mentira, mi única excusa es que el tiempo me come viva y no sé cómo hemos llegado ya a la mitad de noviembre. Pero hoy no quería faltar a la cita del Día Internacional del Bundt Cake o National Bundt Cake Day, que ya sabéis que cualquier excusa es buena para hornear. Estaba tentada de abrir ya el cajón navideño, como el año pasado, pero por ahora me contengo. Es que tenía esta receta de Bundt Cake marmolado de chocolate y cacahuete haciéndome ojitos, y claro, había que probarlo.

Marbled chocolate bundt cake

Pues sí, el tiempo vuela y se me acumulan las recetas. Porque yo sigo torturándome leyendo revistas, mirando libros, perdiéndome por la red y repasando mis favoritos, pines, y demás. Encima el estrés navideño empieza a presionarme el cerebelo y estoy en un modo de aturullamiento mental que me agobia un poco, la verdad. Tengo poco tiempo para cocinar y sacar fotos, pero es una necesidad vital incontrolable. Así que recetas tengo pendientes de sacar, pero solo me falta encontrar tiempo y ganas de actualizar el blog más a menudo. Ya sabéis el mal de trabajar con el ordenador; cuando terminas solo quieres tirarlo por la ventana. Lo último que apetece es seguir una o dos horas más tecleando delante de una pantalla.

Marbled chocolate bundt cake

Marbled chocolate bundt cake

La última semana ha sido rarísima, con el festivo de la Almudena el miércoles, el elfo de viaje todo el fin de semana, el genial encuentro entre amigos de Recetags que se organizó el sábado -espero dejar alguna reseña por aquí, fue genial!-, un montón de imprevistos buenos y malos... Y encima todo aderezado con un panorama de actualidad nacional e internacional del que mejor huir. Pero bueno! Siempre nos quedará la cocina como refugio. Mucho mejor si es en buena compañía, por supuesto :).

Marbled chocolate bundt cake

Este Bundt es un simple marmolado con el toque de la mantequilla de cacahuete en la masa clarita, al que he querido añadir un poco de harina de maíz amarilla para darle otra textura a la miga. Nada de glaseados ni coberturas, solo un poco de azúcar y cacao para que no esté totalmente desnudo. Pero un chocolate fundido con cacahuetes tostados por encima le iría de miedo, yo lo dejo caer.

Receta de Bundt Cake marmolado con chocolate y cacahuete
Inspiración: adaptada de Zucker, Zimt und Liebe
Ingredientes para un molde grande

- 175 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 150 g de azúcar
- 4 huevos L
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 45 ml de leche
- 220 g de harina de repostería
- 80 g de harina de maíz (no maizena, se puede usar trigo sarraceno o trigo normal)
- 2 pizcas gordas de sal fina
- 1/2 cucharadita de canela
- 2 cucharaditas de levadura química
- 2 cuharaditas de cacao puro en polvo
- 1 cucharada de leche
- 2 cucharadas de mantequilla de cacahuete natural
- 1 cucharada de leche

Precalentar el horno a 175ºC y preparar el molde de tipo Bundt. Engrasar bien con mantequilla y añadir harina tamizada, golpear para quitar el exceso y reservar.

Tamizar en un recipiente la harina de repostería con la harina de maíz, la sal, la canela y la levadura. En otro cuenco más grande, batir la mantequilla troceada un poco con una batidora de varillas. Añadir el azúcar y batir durante, al menos, 3 minutos, a velocidad media. Debe quedar esponjoso, con un color pálido y haber aumentado de volumen.

Echar los huevos unos a uno, batiendo un poco después de cada adición. Incorporar la leche y la mezcla de harina alternando en dos o tres tandas, batiendo ligeramente. Terminar de mezclar la masa con una espátula y dividir en dos partes.

Mezclar una de las masas con la cucharada de leche extra y el cacao en polvo tamizado; mezclar la otra con la restante cucharada de leche y la mantequilla de cacahuete. Llenar el molde alternando las masas al gusto, dibujando el marmolado como se prefiera.

Hay que procurar que todo el molde quede bien cubierto por las masas. Agitar un poco para repartirlas bien y hornear sobre una rejilla durante unos 55 minutos. Esperar 10 minutos fuera del horno antes de desmoldar sobre una rejilla. Dejar enfriar completamente antes de decorar con azúcar glasé y cacao.

Marbled chocolate bundt cake

Recetas de Bundt Cakes pasados:

- Gingerbread Bundt Cake
- Bundt Cake de avellana y naranja
- Bundt Cake de chocolate y naranja bajo en grasa
- Bundt Cake de limón ligero
- Bundt Cake de chocolate con calabaza
- Bundt Cake marmolado tres colores
- Bundt Cake de espelta y cacao

¡Feliz semana!

Berenjena salteada al pimentón con huevo y granada [¿Navidad?]

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Ahora mismo tengo un conflicto conmigo misma. Resulta que la casa el mini apartamento necesita una limpieza urgente, y me pone muy nerviosa. A ver, no está TAN mal, pero sí que necesita una manita, sobre todo la cocina-comedor-salón. El problema es que mi madre viene mañana en su habitual visita de esta época, y prefiero dejarlo todo impoluto antes de que llegue. Pero estoy haciendo esfuerzos enormes para no levantarme y matarme a limpiar, así que he preferido distraerme un poco. Y mi querido y viejito blog llega al rescate, así que os dejo esta sencillísima receta de berenjena salteada al pimentón con huevo y granada.

Eggplant with poached egg and pomegranate seeds

Sí, mi madre ha cogido costumbre de venir unos días a finales de noviembre, cuando Madrid está en su esplendoroso otoño y todavía tenemos algo de margen para Navidad. Pero no tanto margen, madre mía, que ya me devora todo lo que rodea a las fiestas, menudo estrés. Ayer acompañé a mi suegra ¡a por regalos! Vale que eran juguetes y venían con el encargo concreto de sus madres, pero me sentí mal. Porque no tengo ni idea de qué voy a regalar a nadie todavía, y me agobio. Pero vamos poco a poco, que soy muy de estresarme yo sola y luego me entra ansiedad, nervios y cólicos. Menos mal que tengo un montón de chocolate en casa.

Eggplant with poached egg and pomegranate seeds

No se lo digáis a nadie, pero aprovechando que tenía que hacer un encargo de trufas, he preparado una dosis extra para compartir con mi madre. Acabo de darles forma y, claro, ¿cómo no voy a dejar el plato limpísimo, recogiendo hasta el último surco de chocolate con la cuchara -o la lengua-? Qué ricas son y qué fáciles, ya os enseñé mi receta favorita el año pasado, justo pensando en las fiestas navideñas. Lo dejo caer como sugerencia temprana... aunque este fin de semana ya salieron mis primeros dulces de Navidad del horno. Y tengo cositas decorando algunos rincones. Pero todavía tenemos tiempo.

En cualquier caso, vamos a la receta de hoy que es bien facilita. En realidad la improvisé una mañana que comía sola en casa y tenía un par de berenjenas pequeñas pidiendo mi atención en la cocina. Había una granada abierta en la nevera, quería meter algo de proteína al plato, no quería pasarme mucho rato cocinando... Voilá, plato sencillo, rápido y resultón. Para comer con pan, eso sí.

Eggplant with poached egg and pomegranate seeds

Receta de berenjena salteada al pimentón con huevo y granada
Inspiración: el otoño, el hambre y mis antojos
Ingredientes aproximados para 1 ración grande

- 1/2 cucharadita de comino en grano
- 1/4 cucharadita de mostaza en grano
- 1 puerro mediano
- 2 berenjenas ralladas pequeñas o 1 grande
- 1 cucharadita o más de pimentón ahumado
- pimentón picante al gusto
- ajo granulado
- tomillo
- 1 chorrito de vino blanco
- agua o caldo necesario
- 1 poco de miso (opcional)
- 1 huevo
- granada al gusto
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal

Lavar y trocear en cubos pequeños las berenjenas. Limpiar bien el puerro, cortar longitudinalmente y picar como se prefiera. Calentar una buena sartén antiadherente o skillet y dorar el comino y la mostaza, con cuidado de que no se quemen.

Añadir aceite de oliva, el puerro y una pizquita de sal. Dejar que se poche un poco y echar también la berenjena. Salpimentar y agregar las demás especias, un poco al gusto y a ojo. Saltear a fuego medio, añadiendo vino blanco a mitad de la cocción, y un poco de agua o caldo si quedara muy seco.

Seguir cocinando hasta tener la berenjena en su punto, tiernecita, y echar entonces el miso, disuelto en un poco de agua. Apartar del fuego y romper encima el huevo, tapando la sartén y dejando que cuaje solo lo justo. Lo ideal es que la yema quede muy cremosita, casi cruda.

Agregar la granada justo antes de servir, con otro golpe de pimienta negra y algunas hierbas frescas que tengamos a mano. Cebollino, albahaca, hojitas de hinojo o un poco de tomillo irán bien. Lo mejor es romper la yema y dejar que se funda con la berenjena, dejando todo meloso y deliciosísimo.

Eggplant with poached egg and pomegranate  seeds
Que vaya bien la semana, yo intentaré no desfallecer, que ya será mucho ;).

Avena reconfortante de calabaza con semillas y granada

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Llueve y llueve sin parar, apenas hay luz y el cielo está gris y tristón, se me congelan los pies y tengo la punta de la nariz helada. Pero este tiempo solo consigue ponerme un poco más nostálgica, que no triste, y me reconforta pensar en la de cosas calentitas que voy a disfrutar este fin de semana en casa. Por ejemplo, un buen cuenco de avena de calabaza con semillas y granada, cuya receta os traigo hoy y que es perfecta para estos días. Menos mal que tengo puré de calabaza asada congelado en porciones para emergencias como esta.

Pumpkin oatmeal

Ha sido una semana intensa y tengo un fin de semana con poco tiempo libre, pero ha merecido la pena. Siempre disfruto mucho de las visitas de mi madre, aunque acabe las jornadas medio muerta, porque con ella salgo de mi barrio y redescubro Madrid y todo lo que tiene que ofrecer. Hemos tenido bastante suerte a pesar del frío, apenas nos han caído cuatro gotas y el viento nos ha respetado. Después del calorazo que pasamos juntas el pasado mes de junio, el frío otoñal-casi-invernal se agradece, y mucho. Me decía con risas que tuvo que ponerse a sacar del armario ropa para este viaje, porque en Murcia no había necesitado calzado de invierno ni abrigos gordos hasta ahora.

Pumpkin oatmeal

Nos ha cundido bastante sin haber planeado nada; hemos visitado las exposiciones de Doisneau, el Fauvismo y Sorolla en París, hemos ido al cine y paseado mucho, hemos descubierto tiendas con encanto, hecho alguna compra y comido de maravilla, incluyendo una deliciosa merienda con tartas estupendas. El viernes fue cuando empezó a llover de verdad en Madrid y, como decía, eso ha acentuado mi habitual nostalgia, pero sé que en menos de un mes estaré en Murcia con toda la familia y eso me reconforta. También me estresa un poco, pero por el momento lo llevo bien. Todo a su tiempo.

Hace ya unos meses que compartí con vosotros la receta de avena que aprendí de mi padre, con manzana y canela. Os conté que cuando era pequeña la avena era casi desconocida en España, al menos en Murcia, y solo se podía comprar en un sitio, cuando había suerte y tenían en existencias. Hoy todo el mundo está familiarizado con este cereal, sus formatos y sus beneficios, es imprescindible en dietas fit y para deportistas, sustituye al trigo en recetas lowcarb y es un básico de la despensa saludable. Porridge, gachas, oatmeal, batidos, tortitas... Pero en mi casa siempre ha sido, simplemente, avena. Copos cocidos en leche con algo de fruta y especias, sencillo, humilde, fácil, reconfortante y delicioso. En mi nueva versión otoñal lo he preparado con puré de calabaza asada, muchas especias, semillas también de calabaza y granada fresca. Combinación de ingredientes y sabores totalmente ganadora.

Pumpkin oatmeal

Receta de avena con manzana, canela y leche de almendras
Inspiración: mis recuerdos familiares y el otoño
Ingredientes para 1 ración mediana

- 35-40 g de copos de avena finos
- 220 ml de leche de soja (o de otro tipo)
- 80 ml de agua
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de jengibre molido
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de cardamomo
- 1 piquita de sal
- 2-3 cucharadas de puré de calabaza asada
- miel, azúcar moreno o endulzante al gusto (opcional)
- semillas de calabaza
- granada fresca

Calentar en un cazo la leche de soja con el agua. Añadir los copos de avena antes de que empiece a hervir, bajar el fuego y empezar a remover, añadiendo las especias y la sal. Cuando espese, agregar la calabaza y mezclar bien. Seguir cociendo un poco más a fuego suave, añadiendo un poco más de leche si espesara demasiado. Hay que tener en cuenta que al enfriarse espesará más.

Agregar endulzante al gusto si se desea. Llevar a un cuenco o plato hondo y servir con unas semillas de calabaza y granada fresca al gusto. Se puede tomar también con pipas de girasol, semillas de amapola, chía o sésamo, unas nueces o almendras, manzana, pera o boniato asado, castañas cocidas, etc. ¡Imprescindible tomarlo calentito!

Pumpkin oatmeal

Sigue lloviendo y tengo la impresión de que, según avanza la mañana, hace más frío. Pero yo tengo que salir hoy a correr un rato o me estallará la cabeza; ¿se calmará la cosa esta tarde o mejor aprovecho ya antes de comer? En cualquier caso, será mejor que saque el chubasquero y el gorro. ¡Disfrutad de este fin de semana casi-invernal!

Gingerbread de calabaza y arándanos rojos - sin huevo, sin lactosa

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Diciembre no ha empezado muy bien. Para empezar, no sé qué ha pasado con el mes de noviembre, pero esa es la historia de siempre, así que vamos a ignorarlo. El tema es que tengo dentro de mí dos criaturas peleando todo el día; un grinch que solo ve la cecanía de las fiestas como estrés, agobio y gastos, y otro que es como una galleta de jengibre con gorro de Papá Noel y lleno de lucecitas que solo quiere comprar regalos, hornear dulces y bailar villancicos mientras decora el árbol. Vamos, que sí tengo ganas de Navidad, pero no estaría mal que diciembre tuviera un par de semanas más de regalo. Así que empiezo poco a poco por aquí, con un gingerbread de calabaza o pan de jengibre que va poniendo el tono festivo, pero sigue siendo otoñal.

Pumpkin gingerbread

Ayer acabé agotadísima después de darme una buena paliza en la cocina, con incidentes varios en medio. Ya que encendía el horno, pues aprovechaba para adelantar recetas... y claro, a lo tonto se pasan las horas. En la mini cocina necesito organizarme bien para poder trabajar, intentando usar los menos cacharros posibles. En cuanto entra una masa al horno, a fregar todo para la siguiente. Y solo tengo una rejilla de enfriar, ja, qué práctico.

Encima tengo que ir haciendo fotos sobre la marcha, y con prisas porque nos quedamos sin luz, así que no paro de ir y venir cargando con cosas. Por supuesto, hay que cambiar de platito, servilleta y mantelito entre fotos, que no salgan dos recetas clónicas. Entre el caos ocurrió lo peor: se me cayó un cuenco con masa de galletas al suelo, y encima tenía el cacao en polvo sin incorporar, así que imagináos el desastre. Cacao por todas partes. En cada hueco de cada mueble. Con trocitos de mantequilla en los rincones más insospechados.

Pumpkin gingerbread

En fin, a rehacer todo y luego a limpiar, que encima venía mi suegra a tomar café y no era plan de tener todo echo un caos. Hay confianza, sí pero... no. No me lo permito. Después nos tocaba ver un par de pisos -la búsqueda del Santo Grial continúa, poco satisfactoriamente- y descubrí que lo que yo temía que era un granito incipiente ha resultado un herpes. Diagnóstico instantáneo de mi suegra, eso sí, es práctico tener un médico en la familia.

Efectivamente, pica y duele demasiado para ser una espinilla, y no lo puedo ignorar porque digamos que el labio no es muy disimulable ¬¬;. Pero la guinda del día y de este mal inicio de mes sucedió al volver a casa: nuestra hámster Arya ha muerto de repente :(. Un animalito tan pequeñín y que ha estado con nosotros algo menos de dos años, pero qué penica nos ha dado, jo. Y eso que estaba bien por la mañana, juguetona como siempre. Con estos animalitos pasan estas cosas, pero me ha dado mucha pena.

Pumpkin gingerbread

Pero bueno, confío en que el mes mejore y la Navidad ponga un buen final a este 2016 que ha sido un poco para olvidar. Hay que ser positivos, y no hay nada mejor ni más fácil para reconfortarse que hornear un pan de jengibre. Esa mezcla de melaza -miel de caña-, jengibre, canela, nuez moscada, clavo, cardamomo, anís... y el toque de la calabaza, es mágica. La miga tiene que quedar jugosita, algo húmeda, y con ese maravilloso aroma que hace que te imagines una chimenea y nieve por la ventana. Estas masas dulces no las recomiendo con chocolate, y ya es raro en mí decir eso; mejor apostar por un buen café o una infusión afrutada. O tomarlo como más os apetezca, incluso cambiando la calabaza por plátano maduro, o puré de manzana, o zanahoria... Si os gustan los panes/bizcochos muy aromáticos, jugositos y rústicos, el gingerbread os llama.

Receta de gingerbread o pan de jengibre de calabaza y arándanos rojos
Inspiración: recuerdos de esta receta y mi ánimo en general
Ingredientes para un molde rectangular de unos 20-22 cm

- 240 g de puré de calabaza asada y escurrida
- 40 g de panela o azúcar moreno
- 70 g de melaza (miel de caña) o Golden Syrup
- 60 ml de aceite
- 140 g de harina de trigo integral
- 50 g de harina integral de trigo sarraceno
- 50 g de harina blanca de espelta
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 y 1/2 cucharaditas de jengibre molido
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1 pizca de clavo molido
- 1 pizca de cardamomo
- arándanos rojos o pasas al gusto
- azúcar moreno mezclado con canela para la cobertura

Precalentar el horno a 180ºC y preparar el molde con papel sulfurizado. Batir en un recipiente con unas varillas la calabaza con la panela y la melaza. Aparte mezclar las harinas con el bicarbonato, la levadura, la sal y las especias.

Incoroporar todos los ingredientes y mezclar con suavidad un poco. Añadir los arándanos rojos y continuar trabajando la masa con movimientos suaves, lo justo hasta que no queden grumos secos. Llenar el molde y cubrir con la mezcla de azúcar moreno y canela al gusto.

Hornear a media altura durante unos 40-45 minutos, o hasta que al pinchar el centro con un palillo salga casi limpio. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.

Está rico templadito, y es difícil resistirse a no catarlo, pero con el paso de las primeras horas mejora, al desarrollarse más los aromas y el sabor de la melaza. Por la humedad que tiene es mejor guardarlo bien envuelto en la nevera pasadas las primeras 24 horas, o en una despensa que sea fría.



Si tenéis mega-puente, ¡disfrutadlo! Yo me quedo pringando en casa preparando un trabajo expositivo para clase de alemán, que veremos a ver cómo me sale. El elfo fue listo y se pilló los días de vacaciones hace tiempo, así que tiene una semana relajadita por delante. ¡A hornear!

Grittibänz II con harina de espelta integral y sin huevo [versión monstruitos]

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De verdad que odio los días de fiesta desde que soy autónoma, lo único que hacen es estorbar en mis rutinas! Vaaale, no quiero ser hater porque sé lo mucho que se agradecen, pero tenéis que entender mi situación. Tengo ya la cuenta atrás en marcha para dejar todo atado por aquí antes de irme a Murcia, y de repente se me planta el elfo una semanaza en casa. Sí, le quiero mucho y sería maravilloso pasar unos días prenavideños en pareja sin hacer nada, pero yo sigo currando, con clases de alemán y cocinando sin parar. Que él se levante cinco horas más tarde que yo y se dedique a vaguear en pijama con la tele puesta no me ayuda demasiado :P.

Hoy además comemos fuera con la familia, tradición de mis parientes políticos en los días festivos -mi suegra no está por la labor de cocinar cuando puede descansar, que también curra lo suyo-, así que me altera el ritmo también. Pero estoy aprovechando para terminar una receta ahora antes de irnos, aprovechando además que volvemos a ver el sol.

Grittibenzen

No quería dejar pasar este Día de la Constitución sin publicar receta nueva porque... ¡es San Nicolás! Ya he contado por aquí la importancia que tiene en muchos países europeos, especialmente con sus tradiciones en Suiza, así que no volveré a repetirme mucho. Pero me acuerdo mucho de la familia suiza en este día y pienso siempre en mi padre, cuando era niño y el San Nicolás visitaba su pueblo llevando dulces, nueces y mandarinas a los chiquillos. Allí no faltan los Grittibenzen, panecillos con una masa tierna semidulce, típicos de Suiza. En otros países germanoparlantes también es tradicional hacer panecillos con formas navideñas, y esta receta del año pasado es perfecta.

Pero este año, a pesar de ir a salto de mata y sin tiempo, me he empeñado en buscar una masa alternativa. Problema: las prisas y el caos en la cocina no ayudan a dominar una masa enriquecida de panadería que requiere arte y maña para formarla. Resultado: monstruitos de pan. ¡Pero están muy ricos! La masa tiene un toque rústico muy rico y se trabaja bien, así que os la recomiendo, aunque sea simplemente con forma de bollitos. La ventaja de estos hombrecillos mutantes es que los devoras sin tantos remordimientos, eso sí :P.
Grittibenzen

Grittibänz, panecillos de San Nicolás
Inspiración: receta adaptada de Eigebrötliss
Ingredientes para unas 5 unidades

Masa de arranque

- 100 ml de leche sin lactosa
- 100 g de harina integral de espelta
- 10 g de levadura fresca de panadería (o menos, si tenéis más tiempo)

Masa final

- 300 g de harina de fuerza
- 100 g de harina integral de espelta
- 10 g de sal
- 8 g de azúcar vainillado
- 1-2 cucharadas de azúcar
- 1 pizca de canela molida
- 50 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (alternativa sin lactosa, en mi caso)
- 200 g de leche sin lactosa
- masa de arranque
- leche o huevo para pincelar

 Mezclar la leche con la harina integral de espelta y añadir la levadura fresca desmenuzada. Tapar con un paño y dejar que fermente a temperatura ambiente, o guardar en la nevera unas horas si tenéis tiempo de hacer un levado más lento.

Combinar en un recipiente grande la harina de fuerza, la harina integral de espelta, la sa, el azúcar vainillado, el azúcar blanco y la canela. Añadir la mantequilla ablandada con la leche ligeramente tibia, mezclar un poco y echar la masa de arranque. Trabajar bien y amasar a mano o a máquina hasta tener una masa lisa y elástica. Tapar y dejar levar un par de horas hasta que doble su tamaño.

Deshinchar, reamasar un poco y dividir en 5 porciones del mismo peso, aproximadamente. Amasar cada porción, dejando las demás tapadas con un paño, y formar un cilindro alargado. Marcar la cabeza y hacer unos cortes para sacar los brazos y las piernas.

Poner cada figura en una bandeja de horno, algo separadas, y pinchar con leche o huevo batido. Decorar si tenéis inspiración con pasas, frutos secos, azúcar perlado... y dejar reposar 20 minutos. Precalentar mientras el horno a 200ºC. Hornear durante unos 20 minutos, o hasta que se hayan dorado bien. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Grittibenzen
¡Disfrutad del festivo/puente/acueducto! Que horneéis mucho estos días ;).

Bethmännchen, dulces de mazapán para Navidad

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No consigo recordar estas semanas previas a la Navidad cuando era niña. Sí que me acuerdo de las tradiciones navideñas, el adviento, las chocolatinas del calendario, los catálogos de juguetes, etc, etc; pero no de cómo vivía estos días. Y me da rabia, porque debió ser la única época prenavideña libre de estrés y agobios. Más tarde diciembre se llenó de exámenes, y ahora pues... la vida, en general. Sé que todos andamos más o menos igual, y como hornear delicias navideñas ayuda a llevarlo todo mejor, hoy os dejo la receta de Bethmännchen, una delicia de mazapán.

Bethmännchen

¿Sabéis lo peor de ir con el calendario apretado y soñando con días de 72 horas? Que surjan imprevistos, claro, una pesadilla si tienes la agenda calculada al milímetro. Siempre hay que dejar margen para las emergencias o cualquier cosa que pueda surgir, aunque no es fácil. Al final la salsa de la existencia es no saber qué te vas a encontrar al día siguiente, por mucho que nos empeñemos en planear y manejar a nuestro antojo todo. Lo malo es que esos imprevistos suelen ser negativos -o nos acordamos más de las cosas negativas- y tendemos a agobiarnos más cuando no los podemos controlar. Al menos yo. Aunque estoy trabajando en ello para cambiar un poco, que no es sano.


El ejemplo más fácil lo vivimos ayer cuando ibamos al cine contrarreloj. El elfo cumple años cuando yo ya estaré en Murcia por Navidad, así que lo celebramos antes. Estrenaban Rogue One, así que había que aprovechar, pero íbamos con el tiempo justico según llegaba él del trabajo. Todo estaba calculado, sabíamos donde habría más tráfico pero... ¡oh, atasco inesperado! Yo me relajé porque no se podía hacer nada, pero el elfo se estresaba por momentos. El volante también contribuye a crear agobios, me temo. Al final llegamos con el tiempo perfecto, nos hicimos una foto con un soldado de asalto de los que patrullaban por el cine, y pasamos una buena noche con rica cena.

Hoy ya ha sido otro cantar, pero ahora me permito un paréntesis para actualizar mi pobre blog, que aprece mentira que sea casi Navidad. Estos dulces de nombre tan bonito son alemanes, típicos de Frankfurt aunque hoy populares en muchas zonas. Son muuuuy fáciles de hacer y están riquísimos, además se pueden modificar según nuestros aromas favoritos. Se hacen normalmente con agua de rosas, pero yo no lo soporto y prefiero azahar, naranja o vainilla. Si el mazapán os resulta muy pesado probad estos dulces, son más suaves y menos empalagosos.
Bethmännchen

Receta de Betchmännchen, dulces de mazapán de Navidad
Inspiración: adaptada del libro Weinachtsbäkerei
Ingredientes para unas 25-30 unidades

- 250 g de masa de mazapán (en su defecto, pasta de almendra)
- 25 g de azúcar glasé
- 1/2 limón
- 1/4 naranja
- gotitas de agua de azahar
- 25 g de miel
- 1 pizquita de sal
- 1 clara de huevo L
- almendras crudas

Colocar la masa de mazapán troceada o rallada en un cuenco con el azúcar, la miel, la ralladura de limón, de naranja, el azahar, la sal y la miel, y amasar con las manos. Formar una pasta homogénea, amasando con suavidad. No debe quedar muy pegajoso.

Cubrir una bandeja de horno con papel sulfurizado. Tomar porciones con una cucharilla, de más o menos el mismo tamaño, y formar bolitas alargadas o ligeramente cónicas y distribuirlas en la bandeja. Decorar cada una con 3 medias almendras, presionando con suavidad, pero procurando que queden bien adheridas.

Batir la clara de huevo muy ligeramente y pintar con ella cada unidad. Dejar reposar a temperatura ambiente para que se sequen, al menos una hora, o toda la noche.

Precalentar el horno a 175ºC y volver a pintar con la clara sobrante. Hornear durante unos 10 minutos, hasta que se hayan dorado. Esperar un poco fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Se puede bañar la base en chocolae negro fundido, aunque creo que no necesitan nada más. Guardar en un recipiente hermético y tomar con el café, té o con un licor dulce. Con Glühwein también están buenísimos.

Bethmännchen

¡Aprovechad el fin de semana para hornear mucho!

Spekulatius a la suiza, más galletas para la lista de Navidad

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Estoy escribiendo esto porque no, a mí tampoco me ha tocado la lotería. Yo no me he gastado ni un céntimo, pero era la encargada de vigilar todos los números de la familia murciano-madrileña, al final unos cuantos entre pitos y flautas. Pero nada, lo único que se ha acercado ha sido un quinto premio que nos ha fallado por una mísera cifra. En fin, sigamos con nuestras vidas de pobres. Y llenémoslas de galletas de Navidad, por favor, que esa sí que es una tradición que no nos falla. Hoy sumamos a la lista la receta de Spekulatius, al menos una de sus múltiples versiones, esta vez a la suiza.
Spekulatius - Spéculoos
Ya estoy en Murcia, como los lectores más veteranos habrán podido adivinar. O si me curioseáis por las redes sociales, que eso da muchas pistas :P. No me ha gustado mucho cómo han caido las fiestas este año, la Nochebuena en sábado me da un poco de bajona, no sé por qué. El lunes llegué a una Murcia irreconocible, lluviosa, gris, fría, inundada, pero ya el martes amaneció un glorioso cielo azul. La zona de mi campo y la playa, donde he pasado todos los veranos y mucho más de mi vida, se ha llevado la peor parte, y les costará mucho recuperarse. Ojalá no haya mucha incompetencia por una vez y lleguen las ayudas pronto. Me pregunto cómo lo habrán vivido los alemanes/británicos/holandeses que viven en las chorrocientas urbanizaciones a medio terminar que salpican los campos.
Spekulatius - Spéculoos
Yo he venido un poco bastante agobiada, tras un fin de semana de pintar galletas sin parar y con mucho trabajo pendiente. Son fechas algo complicadillas por las prisas por terminar cosas pendientes antes de final del año, los regalos, los preparativos navideños, los compromisos familiares, la planificación de los menús... ¡Y los dulces! A pesar de que cada año quiero probar recetas nuevas, hay algunas que hay que repetir sí o sí. Entre los dulces navideños murcianos y los suizos no me da la vida, menos aún cuando me enamoro de recetas nuevas y también quiero repetirlas.
Spekulatius - Spéculoos
Las gingerbread decoradas ya están terminadas y ayer horneé mis queridas tortas de Pascua; hoy intentaré hacer Mailänderli y mañana Chräberli. Obviamente, no nos vamos a comer todo solos ni de golpe; nos durarán hasta el Roscón -o más- y vamos a compartirlo todo con la familia y los amigos. Eso sí, estas Spekulatius ya pasaron a mejor vida.

Receta de Spekulatius, galletas de Navidad a la suiza
Inspiración: adaptada de Betty Bossi, mi biblia para las galletas navideñas
Ingredientes para unas 45-55 galletas

- 120 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 110 g de azúcar moreno claro (o panela)
- 1 huevo L a temperatura ambiente
- 1 pizca de sal
- 60 g de almendra molida
- ralladura de 1 limón
- 250 g de harina de repostería
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de cardamomo molido
- 1/4 cucharadita de jengibre molido
- 1 pizca de clavo molido

Trocear o rallar la mantequilla y batir con una batidora de varillas hasta dejarla cremosa. Agregar el azúcar moreno o panela y batir hasta que quede esponjoso. Incorporar el huevo y la sal y batir un poco más.

Echar la almendra molida, la ralladura del limón lavado, la harina, la levadura y las especias, y mezclar muy bien hasta tener una masa homogénea. Dividir en dos discos, envolver en plástico film y guardar en la nevera como mínimo 30 minutos.

Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado o similar. Sacar una de las porciones de masa y estirar con un rodillo hasta dejar un grosor de unos 6 mm. Yo lo hago entre láminas de papel sulfurizado para que no se pegue. Recortar galletas con los moldes que se quiera y distribuir en las bandejas.

Hornear una bandeja cada vez, unos 10 minutos. Vigilar bien que se doren al punto, dependiendo del tamaño pueden tardar más o menos. Esperar un poco fuera del horno y dejar enfriar por completo sobre una rejilla.
Spekulatius - Spéculoos
Guardadas en un recipiente hermético pueden aguantar sin problemas un par de semanas. Si es que duran tanto, claro. Recordad que no se deben guardar galletas de texturas distintas juntas, pues podrían estropearse mutuamente.

Bueno, ahora intentaré no dormirme sobre el teclado mientras adelanto algo de trabajo antes de ponerme a batir mantequilla y después acompañaré a mi padre a buscar regalos. Socorro.
Pero estoy feliz :).

Pan de frutas y nueces con té, miel y naranja para despedir el año

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¿Estáis teniendo una Feliz Navidad? Espero que sí, al menos todo lo buena que pueda ser según las circunstancias de cada uno. A decir verdad, tengo unas ganas de que se termine el 2016 como nunca lo había sentido, y eso que para mí el cambio de año no supone mucha diferencia. Pero se han acumulado muchas cosas, personales y no personales, que me han hecho ver este año con ojos negativos, a pesar de que también ha tenido muchas cosas buenas. Así que voy a intentar centrarme en los recuerdos que merece la pena atesorar y pienso recibir el nuevo 2017 con energía positiva y ánimos renovados. Así que tenía que traer una de las últimas recetas que más alegría al estómago me han dado, este delicioso pan de frutas y nueces con té, miel y naranja, o Früchtebrot.

Fruit Teabread

Mis Navidades están pasando, dentro de lo que cabe, bien, dentro de lo normal en nuestra familia. Lo malo es que me he traído trabajo conmigo y el tiempo me ha comido un poco, dejándome poco margen para hacer todas las cosas que me hubieran gustado. También han sido las primeras fiestas sin mi abuelo, y hemos tenido a varios familiares pachuchos -con visita al hospital incluida-, así que están teniendo también su lado tristón. Pero al final es ley de vida y nunca podremos tener siempre una Navidad de ensueño; para eso nos debemos quedar con nuestros recuerdos de la infancia, cuando de verdad era una época mágica en la que solo había que disfrutar y pasarlo en grande. Qué malo es hacerse mayor :P.

Fruit Teabread

Las comilonas navideñas las llevo bien, básicamente porque no hemos tenido esas reuniones con mucha familia y en casa nos contenemos un poco. Sí hay sobresaturación de dulces porque... ¡son demasiadas cosas ricas a las que es imposible resistirse! Es el problema de la multiculturalidad, cada país y región tiene sus dulces navideños típicos... y nos gustan casi todos. Entre los españoles, suizos, alemanes, italianos y británicos, nos falta hueco, temporal y digestivo. No me preocupan las calorías, pero tengo un estómago delicadete y en cuanto me paso un poco sufro las consecuencias, como ahora mismo. Menuda noche de ardores he pasado, y no sé muy bien por qué, la verdad, ayer me porté bien -de verdad-. Es probable que mi suegra tenga razón y sea, otra vez, cosa de nervios. Mi gran propósito de Año Nuevo será aprender a relajarme y controlar los agobios que tan mal me sientan.

Fruit Teabread

Este pan de frutas es del tipo "tea bread", que además de estar muy rico para tomar con el té lleva té en la masa. Muuuuuuchas frutas secas y frutos secos, especias y aromas que juntos crean una mezcla espectacular. Se puede tunear de muchas formas, cambiando la proporción y las variedades de frutas, usando tés distintos, más o menos licor, cambiando el zumo de naranja por otro de manzana o mandarina, agregando otras especias, etc. Esta delicia la horneé a finales de noviembre, para los desayunos con mi madre, y fue un éxito. Está más rico con el paso de los días, así que no tengáis miedo en dejarlo horneado con mucha antelación. Si os encontráis con excesos de frutas secas o nueces estos días, es un buen recurso para darles salida. Sabe y huele a Navidad, pero es perfecto para cualquier día de invierno.

Fruit Teabread

Receta de pan de frutas y nueces con té, miel y naranja

Inspiración: adaptada de Das Trüffelschwein

Ingredientes para 1 pan grande

- 400 g de mezcla de frutas secas al gusto (dátiles, ciruelas pasas, pasas de corinto, pasas sultanas, arándanos rojos, orejones de albaricoque, cerezas, higos...)
- 1 litro de té fuerte o infusión al gusto (mejor si es té negro con especias como canela y jengibre)
- 1 naranja de zumo
- 2-3 cucharadas de Oporto o de ron
- 50 g de avellanas
- 50 g de nueces
- 4 huevos
- 40 g de miel
- 20 g de panela o azúcar moreno
- 200 g de harina integral de espelta
- 200 g de harina de trigo o de espelta blanca
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de jengibre molido
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de clavo
- 1 pizca de cardamomo
- 1/4 cucharadita de semillas de anís

Picar groseramente las frutas más grandes y quitar los huesos, las que lo tengan. Colocar en un recipiente grande y cubrir con el té filtrado y el zumo de la naranja. Añadir el Oporto o ron y mezclar todo muy bien, procurando que queden bien empapadas. Tapar y dejar reposar toda la noche,o al menos un par de horas.

Precalentar el horno a 200ºC y preparar un molde rectangular grande de tipo plumcake, engrasándolo o forrándolo con papel sulfurizado. En un recipiente grande, batir con unas varillas los huevos con el azúcar y la miel. Añadir las nueces y avellanas picadas al gusto y echar encima las harinas con las especias, la sal y la levadura. Mezclar ligeramente y echar la mezcla de frutas, escurriéndolas. Si quedara muy seco, echar un poco del líquido de la maceración.

Llenar el molde con cuidado, igualando bien la superficie, y hornear durante unos 40-45 minutos, bajando la temperatura a 180ºC pasados los primeros 15 minutos. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Está buenísimo casi con lo que sea: solo, con té, con café, con leche, con vino dulce, con fruta fresca, mantequilla salada, queso curado o queso crema, dulce de membrillo... Aguanta muy bien hasta dos semanas si se envuelve y se guarda en un sitio fresco, pero no durará tanto. Pero recordad que mejora con los días.

Fruit Teabread


¡Feliz fin de año!

Vuelta a la realidad recordando mi Navidad

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Voy a fingir que el calendario del ordenador no marca un vergonzante 17 y no quiero pensar en que estaréis todos más que hartos de la Navidad. En realidad solo hace una semana justita que volví a Madrid, así que entra dentro de mis límites personales para sacar este post hoy. Es que no podía volver a la vida bloguera personal sin repasar un poquito mi Navidad de este año. Porque nunca se sabe cómo serán las siguientes, y me gusta guardar un pequeño recuerdo.

Navidad - Christmas

En mi defensa diré que las fechas de las fiestas este año han caído bastante mal. Con la Nochebuena y Nochevieja en sábdo, y Reyes en viernes, se ha alargado mucho la cosa, porque yo me niego a viajar en fin de semana. Y ya que me iba a perder el lunes de clase, pues me reservé al martes para pasar la tarde tranquilamente en casa con mi elfo. Lo mejor es que en un ataque de orden y organización deshice toda la maleta -maletón- y recogimos todas las cosas navideñas de casa.

Navidad - Christmas

Teníamos regalos de Reyes que intercambiar -nos hemos portado requetebien- y luego nos vimos una peli divertida compartiendo el roscón que me traje desde Murcia con un buen chocolate espesito. Así la vuelta fue menos dura ^_^. Lo malo es que el domingo, cuando yo pensaba publicar esto, pillé un virus de esos fulminantes y me quedé hecha un rastrojo hasta que he podido dormir hoy del tirón. Menuda nochecita, tendría que haber acampado en el baño directamente.

Navidad - Christmas

Navidad - Christmas

Bueno bueno, resumiendo la Navidad... Nada especialmente destacable, y eso es bueno! Me gustan las rutinas familiares, ya lo sabéis, aunque cada año tengan algo más de nostálgico y algún matiz triste. Las primeras fiestas sin mi abuelo y un susto que nos dio mi tía abuela empañaron todo con algo de melancolía, pero me quedo con lo positivo. Si repasáis mis tostonescrónicasnavideñas de otros años, comprobaréis que soy animal de costumbres, aunque este año tenía mucho trabajo y ha sido todo un poco más estresante que de costumbre. Casi no llego a comprar todos los regalos y pude cocinar poco, pero las Tortas de Pascua, las Mailänderli y las Zimtsterne no faltaron.

Navidad - Christmas

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Como siempre, en Nochebuena cenamos a base de mucho picoteo, apostando por productos muy nuestros -quesos murcianos y suizos, por supuesto-, un par de platos de marisco sin pasarnos de presupuesto -ni falta que hace-, y postre a base de dulces navideños. Cocina, la mínima, complicaciones, las justas. Y nada de empachos innecesarios.

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En Nochevieja corrí la San Silvestre -qué divertida es si te la tomas como lo que es, me encanta que se apunte tanta gente y haya tan buen rollo-, y luego a cenar con algún entrante y una sabrosísima sopa-guiso de pescado y marisco que mi madre siempre borda. Madre mía el caldo, estaba para hacerle un monumento. En Año Nuevo mi padre y yo salimos a dar un buen paseo por el monte cuando todavía era bastante temprano, daba gusto recorrer esos parajes a esas horas después de toda la lluvia que azotó la Región una semana antes. El agua había dejado imágenes curiosas en el terreno, pero sobre todo la naturaleza estaba gloriosa, agradecida por tanta lluvia. ¡Había setas por todas partes!

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La ciudad estaba bastante bonita, la verdad. Muchísima gente a todas horas, eso sí, como siempre. El centro se nos queda pequeño y las cafeterías, bares, plazas y demás se aturullan de gente en las fiestas. Pero había que tomarse las salidas con filosofía y no estresarse si era imposible encontrar hueco en el café de moda, hay muchos sitios donde poder compartir un Belmonte con mi padre en la ciudad. Y cayeron unos cuantos :P.

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Mi gato sigue tan pillín como siempre, diría que un poco más pesado y mimado que cuando era joven. Nos preocupó un poco porque sigue delgadito y pasó unos días de vomitar demasiadas veces, pero la veterinaria comprobó que su salud no había empeorado, y de hecho ha ganado un kilo desde verano -hasta los gatos engordan en Navidad-. Me dejó dormir poco, pero al final no podía enfadarme mucho con él, aunque nos robara mojama y se repente haya desarrollado afición por los filetes de pollo empanados y las anchoas de las caras.

Navidad - Christmas

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Los roscones salieron estupendos este año, quedé muy contenta. Eso sí, tuve que darle mucha caña a la masa la víspera y me tocó madrugón el día de Reyes para tenerlos horneados a tiempo para que mi hermano se llevara un trozo al campo ese día. Lo mejor fue congelar el pequeño, sacarlo antes de coger el tren -esta vez no se me olvidó-, y tenerlo como recién hecho al llegar a Madrid. Me mantengo fiel a mi receta un año más :).

Navidad - Christmas

Y sin más, vuelta a la rutina, poquito a poco. El virus este me ha trastocado ese retorno a la realidad pero podría ser peor, así que tened cuidado con la gripe y otros males que nos rondan estos días. Ah sí, y cuidado que parece que hace frío ;P. ¿Veré nieve en Madrid de una maldita vez? Caerá en Murcia y aquí no, ya veréis...

Navidad - Christmas

¡A ver si vengo con receta nueva pronto!

Muffins de plátano y pasas con espelta integral y avena [sin azúcar añadido - sin lactosa]

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Años atrás no daba mucha importancia al mes de febrero. Era algo aburrido, la Navidad ya quedaba atrás y todavía faltaba tiempo para Semana Santa. En la Universidad los exámenes cogieron toda la atención de las primeras semanas, claro, así que el mes volaba sin darme cuenta. Lo único que marcaba la diferencia eran las fiestas del barrio, por La Candelaria y San Blas, pero eran algo anecdótico. Según me fuir metiendo más en el mundillo blogogastronómico ahora tocan recetas de San Valentín y de Carnaval. ¡Es inevitable! Y eh, yo no voy llevar la contraria al mundo, por supuesto que aprovecho cualquier ocasión para darnos más caprichos en casa, pero hoy vuelvo con algo más sanote: muffins de plátano y pasas con espelta integral y avena. Sin azúcar añadido, solo aprovechando el dulce de la fruta, así que muy de postre no son, pero están buenísimos en el desayuno.

Lowsugar Banana muffins

Podría volver a quejarme de muchas cosas pero hoy no me apetece soltar culebras por aquí. Bastante abandonadito tengo al pobre blog como para encima hundirlo más en la miseria. Solo diré que este año ya promete muchas cosas que espero sean buenas, que el cine es maravilloso y que hay la gente fantástica que te puedes encontrar en el día a día compensa con creces a los palurdos que se empeñan en amargar la existencia de los demás con la suya propia. Aunque ahora mismo tengo la sensación de que unos alicates me aprietan ciertos órganos femeninos, me siento optimista. Quizá sea el trozado de pastel de chocolate que me acabo de tomar -receta próximamente en sus pantallas-, o quizá sea el bonito día de lluvia que tenemos. Da lo mismo, hay que aprovecharlo.

Lowsugar Banana muffins

Estos muffins no son magdalenas, y por eso los llamo muffins. Si me dices que has hecho magdalenas y me das algo como esto, no volveré a fiarme de ti. En este caso además son muffins extra "saludables", nada que ver tampoco con los de Starbucks y similares. Y entrecomillo lo de saludables porque siguen siendo repostería, algo obvio que aún así no debemos olvidar. Son, eso sí, muy reconfortantes, porque todo lo rústico es comfort food, saciantes y aromáticos. La clave está en usar plátanos muuuuuuuy maduros, de esos que dan asquete y todo al pelarlos, porque entonces serán más jugosos, más dulzones y más aromáticos. Las pasas de corinto son opcionales pero recomendables, más chiquitinas que las sultanas, como perlitas muy sabrosas que añaden también textura al encontrártelas en la boca. Unas nueces o almendras tampoco habrían ido mal, pero entonces el elfo se me quejaría demasiado. Y con sus plátanos no se juega.

Lowsugar Banana muffins

Receta de muffins de plátano y pasas con espelta integral y avena
Inspiración: plátanos ya demasiado maduros y ganas de un desayuno fibroso
Ingredientes para unas 12 unidades no muy grandes
- 160 g de harina de espelta integral
- 65 g de copos de avena finos
- 1 cucharada de levadura química
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de jengibre molido
- pasas de corinto al gusto
- 50 g de "mantequilla" vegetal a temperatura ambiente [sin grasas hidrogenada, o equivalente]
- 1 huevo L
- 2 plátanos medianos MUY maduros
- 200 ml de leche vegetal
- canela extra para espolvorear

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja con moldes de tipo magdalena o cápsulas de papel firmes que aguanten la masa. Lo más fácil es colocar cápsulas dentro de la bandeja metálica, y mi opción favorita. Pero para este tipo de masas recomiendo engrasar un pelín los papeles también.

Mezclar la harina de espelta integral con los copos de avena, la levadura, la sal, la canela y el jengibre en un recipiente amplio. Formar un hueco en el centro. Aparte batir con unas varillas la "mantequilla" con el huevo y los plátanos troceados. Yo los tenía tan maduros que ni cortar se podían, eran casi puré. Agregar la leche vegetal y batir un poco más.

Echar los líquidos en el hueco de la harina, empezar a mezclar con suavidad y agregar las pasas de corinto. Trabajar todo con delicadeza hasta que no queden rastros secos. Repartir en los moldes, espolvorear con canela y hornear durante unos 18-20 minutos, hasta que al pinchar un palillo salga limpio. Dejar enfriar sobre una rejilla.

En invierno aguantan más y mejor, pero yo prefiero guardar los que sobran al día siguiente en un recipiente hermético dentro de la nevera. También congelan sin problemas, envueltos individualmente y luego dentro de una bolsa o táper.

Lowsugar Banana muffins

Espero que los virus os estén respetando -sé que no a todos, cachis-, aquí seguimos tocando madera. El catarro típico ahora mismo lo tenemos controlado, no sé si será la sobredosis de naranjas y mandarinas a la que me estoy sometiendo estos días. ¡Es que me encantan los cítricos, qué le voy a hacer!
La próxima receta viene cargada de chocolate ;).

Pastel corazón de chocolate húmedo (sin gluten). Ya que toca San Valentín...

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Ya avisé que la siguiente receta iba a ser dulce pero más pecaminosa, y es que no puede llegar San Valentín y yo quedarme sin hornear algo con chocolate. Me encanta el chocolate y no me avergüenzo de ello, ni me torturo ni me doy atracones -más o menos-. La vida no tiene tantos placeres y lo que yo disfruto degustando un buen chocolate no me lo puede quitar nadie, al menos mientras no agotemos los recursos. Y será un topicazo o un cliché, pero a mí me sigue pareciendo la mejor opción cuando se trata de preparar algo romántico/caprichoso/pasional. Hay muchas maneras de seducir con chocolate y compartir un pedazo de pastel hecho con amor es mucho más bonito que cualquier chorrada de regalo con mensaje prefabricado. Así que aprovechemos para sacar los moldes con forma de corazón, y ¡a fundir chocolate!

Chocolate fudge cake gluten free

Eso sí, chocolate intenso, por favor, de calidad, con poco azúcar y, si es posible, de origen y comercio justo. Lo mismo que me encanta el buen chocolate, odio el chocolate de mala calidad que solo empalaga y no deja rastros de cacao por ningún sitio. Y a la hora de hornear con chocolate, lo mejor es apostar por una miga húmeda, como un brownie, así que este tipo de pasteles son perfectos para los que necesiten prescindir del gluten. Recordad también que mejor quedarse cortos de horno que pasarnos, porque además el interior sigue cociéndose un poco cuando lo sacamos, y merece la pena conseguir un interior húmedo -que no crudo-. Combinado con unas frambuesas o fresas ya de temporada, el contraste intenso del cacao con la acidez refrescante de la fruta es toda una delicia.

Chocolate fudge cake gluten free


Creo que no he contado por aquí que hace un par de semanas tuvimos una curiosa visita de un vecino algo especial. Vivimos en un edificio de una empresa inmobiliaria que dedicado únicamente a alquiler, y creo que nosotros debemos ser de los que más tiempo aguantamos sin mudarnos. Son apartamentos chiquitines, muy básicos pero que sirven para aguantar una temporada. Pero hay mucho movimiento constantemente y todo el mundo va muy a lo suyo, no hay nada de vida vecinal, falta ese sentimiento de comunidad que no pensé que echaría de menos. Siempre me ha dado terror pensar en tener vecinos de esos que te hacen la vida imposible, pero ahora me doy cuenta de lo valioso que es también tener amistad y confianza con aquellos que viven al otr lado de tus paredes.

Chocolate fudge cake gluten free

El caso es que una noche, yo a punto de entrar en la cama, el elfo escuchó maullidos. Vivimos en un 8º piso. Me asomo a la mirilla y no veo nada, pero abro un poco la puerta y ¡zas! Se cuela un precioso gato blanco con manchas grises. Y el señor empieza a darse un paseo por todas partes como si fuera su casa de toda la vida, dejándose acariciar y curioseando por todas partes, sin muchas intenciones de marcharse. Nunca había visto un gato con tanto morro y tanta confianza desde que el mío era joven :D. Al final llamamos a la puerta de al lado y el chico que vive ahora ahí se quedó muy sorprendido porque no se había dado cuenta de que su amigo peludo se le había escapado, al parecer cuando fue a bajar la basura.

Es una forma como otra cualquiera de entablar amistad con tus vecinos, aunque te dejen la alfombra llena de pelos blancos :P. El minimo amistoso se llama Benito, por cierto. Y no sé por qué, pero le pega muchísimo. ¿Haría buenas migas con mi gato? La verdad es que lo dudo, además el nuestro ahora es un cagueta que sale pitando en cuanto alguien extraño asoma por la puerta.

Chocolate fudge cake gluten free

Receta de pastel corazón de chocolate húmedo sin gluten
Inspiración: adaptada de Donna D
Ingredientes para un molde de unos 20 cm de diámetro

- 100 g de mantequilla o alternativa sin lactosa (o usar 80 g de aceite)
- 200 g de chocolate negro de buena calidad
- 1 cucharadita de café descafeinado soluble
- 1/2 cucharadita de vainilla
- 4 huevos L
- 100 g de azúcar
- 1 cucharada de ralladura de naranja
- 1/4 cucharadita de sal
- 3 cucharadas de almidón de maíz
- azúcar glasé y frambuesas para decorar

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un molde con mantequilla o equilvalente y harina tamizada. Conviene sacudir el exceso dando golpecitos boca abajo. Separar las claras de las yemas de los huevos y reservar las primeras aparte.

Derretir al baño maría el chocolate negro troceado con la mantequilla. Si se usa aceite, añadirlo cuando el chocolate esté fundido y algo templado. Añadir a las yemas el azúcar y la ralladura de naranja, y batir un poco hasta que quede una crema homogénea. Agregar el chocolate con la mantequilla o aceite, el café descafeinado y la vainilla.Incorporar el almidón de maíz tamizado y la sal, mezclando con suavidad.

Batir las claras a punto de nieve e incorporarlas a la masa, con movimientos envolventes, hasta que no queden pegotes blancos. Echar en el molde con cuidado, golpear para sacar las burbujas más gordas y hornear durante unos 25-30 minutos, vigilando muy bien el tiempo, ya que depende del molde. Esperar a que se enfríe sobre una rejilla antes de decorar con azúcar glasé.

Chocolate fudge cake gluten free
Si buscáis otra receta chocolatosa brutal de verdad, tenéis que probar esta receta suiza, el mejor pastel de chocolate que ha salido de mi cocina.
Y vosotros, ¿aprovecháis San Valentín para poner un poco más de amor -y calorías- en la cocina?

Cuando me doy el capricho de dulces fritos - mi versión de Cenci de Carnaval

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Cuando era niña pasamos una época en el campo en la que nos dio por las cometas. Nos solía dar por rachas en cuanto a los pasatiempos y juguetes, y le había tocado el turno a los artefactos voladores. Probablemente alguno de mis primos se había hecho con una, o simplemente mi padre decidió comprar una para pasar el rato con nosotros. El caso es que cuando más ganas teníamos de volarla, más calma chicha reinaba esos días. Recuerdo que deseaba con todas mis fuerzas que soplara viento para poder disfrutar del vuelo de las cometas al máximo... y hoy maldigo esta fuerza de la naturaleza. Viento helado, no me gustas. Pero al menos haces que me apetezca más quedarme en casa preparando dulces fritos de Carnaval.

Carnival Cenci

El frío no me importa -lo disfruto mucho y no me canso, que sé lo que viene después-, pero el viento es otro tema. Es incomodísimo y hace que se te congele el alma, los pies, las manos y la nariz. Golpea las ventanas, me despierta de madrugada, llena todo de suciedad y me provoca más migrañas. Correr con viento podría ser un incentivo más y hace que tengas que esforzarte al máximo, pero es muy, muy incómodo. Lo odio, porque no puedo escuchar bien los podcasts que me pongo cuando salgo a quemar zapatillas, me desnivela, me paraliza las manos y está el peligro de que se me meta polvo y partículas de cosas en los ojos, por muchas gafas que lleve.

Esta mañana temprano he abierto la ventana mientras me preparaba el café y estaba contenta porque prometía un bonito domingo de invierno soleado. Un par de horas más tarde empezó a soplar una brisilla que se transformó en viento molesto, y al salir a la calle con mi suegra para el mercadillo ya estaba claro. Viento otra vez, helado y desagradable. Me da especial rabia porque tenía el pelo estupendísimo después de ducharme y secarme con el secador, y ahora los rizos vuelven a ser melena de león o de bruja malvada. Vale, es una queja tonta pero me saca de quicio que se me revuelva el pelo a lo loco, bastante mal lo tengo ya sin ayudas externas. Pero como no quiero ponerme solo negativa, me alegro de que, al menos, el viento evite que se nos vuelva a acumular una cúpula de contaminación. Y me consuela imaginar a niños felices volando cometas.

Carnival Cenci

Este año la Semana Santa cae algo tarde y por eso también se han retrasado los carnavales. De hecho, el Martes de Carnaval lo tenemos ya el último día de febrero, pero eso es positivo porque así no se nos ha juntado tanto con San Valentín. Ya sabéis que yo odio freír y lo evito a toda costa todo el año, pero cuando llegan estas fechas me salto mi norma para disfrutar con los dulces fritos típicos de estas fiestas. ¡Hay muchísimos! Antes de la abstinencia hay que darse el capricho de algunas delicias calóricas, y no me canso de probar todas las que puedo. Este año he tuneado bastante a mi manera una masa frita típica italiana, los cenci, que he visto que pueden adquirir diferentes formas. Tiras alargadas, nidos, especie de buñuelos rectángulos finitos... Yo he jugado creando de todo un poco y no sé cuál me gusta más. Todos salen ricos :).

Carnival Cenci

Receta de Cenci de Carnaval
Inspiración: adaptación libre de aquí y aquí
Ingredientes para compartir entre dos y quedarse a gusto

- 1 huevo L
- 10 g de mantequilla sin sal atemperada
- 10 g de azúcar caster
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 pizca de sal
- ralladura de naranja
- 1 cucharada de ron
- 120 g de harina de repostería
- aceite de oliva virgen extra para freír
- azúcar glasé

Disponer el huevo con la mantequilla y el azúcar en un cuenco. Batir con unas varillas hasta formar una crema homogénea. Añadir el bicarbonato, la sal, la ralladura, el ron y la harina, y mezclar todo bien. Amasar con una espátula y luego a mano hasta tener una masa homogénea. Envolver en plástico film y dejar reposar 30 minutos.

Estirar la masa sobre una superficie antiadherente, ligeramente enharinada si hiciera falta, hasta dejarla muy, muy fina. Cortar tiras, rectángulos, rombos, cuadrados... y poner a calentar un cazo con abundante aceite de oliva. Cuando se alcancen los 175º-180ºC, freír en tandas unos segundos hasta que se doren. Retirar a una fuente con papel de cocina. Servir con azúcar glasé tamizado.

Carnival Cenci
Esta semana tengo mucho lío porque el sábado nos vamos a Sevilla a una boda, y no tengo NADA que ponerme. Qué pereza más tonta me da solo de pensar en tener que ir a mirar ropa, ains. Pero, ¿no quedamos en que la gente ya no se casa? En fin, a ver si me da tiempo a preparar alguna cosilla carnavalera más. ¡Pasadlo bien!

Omeletten o crêpes con compota de frambuesas y chía. Receta de mi padre aprovechando Carnaval

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Todavía no sé cómo no estoy arrastrándome por el suelo. Bueno, tiempo al tiempo. La semana pasada no solo la tuve hasta arriba de quehaceres -me encanta esa palabra-, encima pasamos el finde en Sevilla porque teníamos una boda. Perezón absoluto y sobre todo agotamiento mortal, entre madrugones, traslados, ceremonia, banquete, postbanquete, vuelta a casa... A pesar de todo, lo pasamos bien, y ya tengo ganas de volver con más tiempo. Y el domingo fueron los Oscar, claro, no me lo pensaba perder por nada del mundo. Dormí un par de horas me hice una súper taza de chocolate espeso y listo, a experimentar en vivo el momentazo que tuvimos al final de la gala. Aún sigo alucinando, pero ese es otro tema. Hoy es Martes de Carnaval y ya que no he tenido tiempo para recetas más elaboradas, vengo a homenajear a mi padre con su receta de Omeletten, también llamados crêpes, Palatshincken, Pfannkuchen, filloas, frixuelos o lo que más os guste. Es el #MardiGras, #PancakeDay o #FatTuesday, y toca comer estas delicias.

Omeletten - Crêpes - Palatschinken

He adquirido el hábito de sumarme al Martes Graso desde hace unos años y ya es tradición, aunque no celebre Carnaval ni tenga recuerdos de ninguna fiesta. Bueno, alguna imagen lejana de los disfraces del cole sí conservo, pero nada culinario relacionado con ello. También he hablado de los Omeletten por aquí, que es la forma suiza de llamar a los crêpes. Mi padre cocina poco en casa pero cuando lo hace tiene sus recetas infalibles, esos platos de oigen suizo, austriaco o colombiano que le traen recuerdos a él y a nosotros, porque se han convertido en tradición familiar. Cuando tocaba "omblets" en casa mi hermano y yo disfrutábamos como enanos -nunca mejor dicho-, siempre para la cena y generalmente solía ser en domingo.

Omeletten - Crêpes - Palatschinken

La receta no es tal, claro. Mi padre solo me ha dicho que usa 3 huevos, lo más pequeños que haya en casa -pero suelen ser L o M- y luego ajusta los líquidos y la harina a ojo. Calcula unas 20 cucharadas de sopa de harina y va alternando con la leche y el agua, que es casi todo el líquido que usa ahora. Solo aromatiza la base con vainilla y a veces ralladura de limón, no son dulces porque así se pueden rellenar de lo que te plazca. Nunca ha tenido una batidora en condiciones ni una sartén buena y bien cuidada para crêpes, así que siempre le salían algo diferentes. Era parte del encanto, Omeletten más gorditos o más finos, más blanquitos o más tostados, más o menos tiernos... Solían sobrar dos o tres y a los peques nos gustaba dejar que se resecaran para comerlos así al día siguiente. Cosas de críos.

Yo los he servido con una compota rápida de frambuesas, sin añadir nada de azúcar ni edulcorante, solo un poco de semías de chía para meter grasas buenas y conseguir que espesara un poquito más. Me fascina ese color y ese aroma potente de estas frutas tan delicadas, pero si resultan ácidas se pueden combinar con fresones maduros o añadir cualquier ingrediente dulce al gusto. Ah, he puesto al final un poco de azúcar mezclado con canela porque es otra cosa que jamás perdonaba mi padre. El olor de los crêpes recién hechos con ese toque dulce de intenso aroma a canela me llena de recuerdos.

Omeletten - Crêpes - Palatschinken

Receta de Omeletten o crêpes para Carnaval
Inspiración: mi padre
Ingredientes para unas 6-8 unidades

- 2 huevos L
- 1 pizca de sal
- 1 golpe de vainilla molida, azúcar vainillado o esencia
- 100 ml de leche sin lactosa o vegetal
- 100 ml de agua (o un poco más)
- 80 g de harina de repostería

Echar los huevos en un recipiente estrecho y alto, el vaso de una batidora o en una jarra de plástico. Añadir la sal  y la vainilla y batir con unas varillas. Agregar la leche y el agua y batir un poco más. Incorporar la harina a cucharadas, no hace falta tamizarla pero se puede hacer. Batir bien.

En realidad mi padre va echando líquido y harina a ojo, batiendo después de cada adición, y calcula unas 20 cucharadas soperas usando 3 huevos. Yo he preferido medir un poco y además he reducido los ingredientes más o menos para dos personas.

Cuando se tenga una masa de consistencia líquida pero solo ligeramente expesa, sin grumos, tapar con un paño limpio y dejar reposar a temperatura ambiente por lo menos 30 minutos.

Engrasar ligeramente una buena sartén antiadherente y calentar a fuego fuerte. Cuando esté caliente, reducir la potencia a la mitad y echar en el centro una porción de masa, girando rápidamente con la mano la sartén para extenderla bien. Aquí hay que tener maña y práctica, y además los crêpes pueden quedarmás o menos gruesos según el gusto personal.

Dejar que se cuaje un par de minutos, hasta que se despeguen los bordes sin problemas, y dar la vuelta para dorar la otra cara. Retirar a un plato, tapar con un paño limpio y continuar hasta terminar con la masa.

Para la compota, lavar unas frambuesas aromáticas, escurrir y calentar en un cazo o en el microondas, tapado, a temperatura suave, hasta que se empiecen a deshacer. Añadir azúcar si se desea. Echar una cucharadita de semillas de chía, machacar todo bien y dejar reposar hasta que se enfríe. Espesará un poco.

Servir los Omeletten calientes con la compota o lo que se prefiera. En casa solíamos tener un buen arsenal de mermeladas variadas, azúcar con canela, jamón de York, quesos, otros embutidos, etc. Mis favoritos siempre fueron los de mermelada y los de buen queso.

Omeletten - Crêpes - Palatschinken

Seáis o no de Carnaval, aprovechad cualquier día para daros el capricho de unos buenos crêpes en casa, en el desayuno, almuerzo, merienda o cena. Son tan rápidos, fáciles y versátiles que merece la pena compartirlos de vez en cuando. La primera vez pueden salir regular, pero en seguida se les pilla el punto y ya salen solos. Y toca aprovechar hoy que ya sabéis que empieza la Cuaresma ;P.

Mi receta de dahl de lentejas rojas con espinacas

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Los días siguen pasando volando y se me acumulan las cosas que quiero compartir por aquí. Me da penica no poder publicar todo lo que me gustaría y también tener un enorme retraso en visitar muchos de vuestros blogs, que es uno de mis placeres cotidianos que más echo de menos. A ver si este fin de semana largo que tenemos por aquí puedo ponerle un poco de remedio, aunque, para variar, también me va a tocar trabajar en casa. Me parece que volveré a repetir mi receta de dhal de lentejas rojas con espinacas, porque me sienta de maravilla y así voy despidiendo el invierno.

Red lentil dhal

Aunque en realidad yo preparo esta receta y algunas variantes también en verano, porque no es tan plato de cuchara como otros más tradicionales nuestros de legumbres. Con tantas especias y la textura cremosita de las lentejas rojas -o lentejas coral- creo que sabe muy rico si se sirve templado, y a veces lo he dejado tan espeso que se puede usar para untar y rellenar otras cosas. Que nadie se asuste por la lista de ingredientes, la mayoría son especias y ninguna es imprescindible. Con usar las que más os gusten o un preparado ya listo de curry y algo más, es suficiente. Dudo que el dhal verdadero de la India se parezca mucho al mío, pero eso no es lo importante. Es mi versión y me encanta, me reconforta y me da energía sin digestiones pesadas.

Red lentil dhal

Tengo muchas cosas rondando en mi cabeza estos días pero no me quiero extender demasiado hoy, porque soy capaz de divagar y divagar sin rumbo fijo. Llevo una época en la que vivo a base de contrastes; lo mismo me levanto un día súper positiva y llena de energía y motivada por todo, que a la jornada siguiente estoy decaída, veo todo negro y me agobia cualquier cosa. Lo peor es cuando te das cuenta de que tú misma te regodeas en tu propia miseria porque te ha dado por ver el vaso medio vacío -las hormonas a veces influyen, no vamos a negarlo-, y encima lo paga la gente de tu alrededor.

Red lentil dhal

Mis recursos para salir de esas situaciones son básicos: cocinar -hornear, mucho mejor-, chocolate negro, música de la de subidón y correr. Ah claro, y seriear, que la ficción visionada ayuda mucho a despejarse y desconectar un poco de la realidad. La lectura también, por supuesto, y no hay día en el que no lea un poquito; lo malo es que mi hora es la cama y me temo que ya no aguanto demasiado rato sin que se me cierren los ojos. Pero que nadie me quite mi ratico de lectura antes de apagar la luz, sana costumbre que tengo desde que aprendí a leer :). Luego sueño cosas raras, pero ese es otro tema.

Red lentil dhal

Dhal de lentejas rojas con espinacas a mi manera
Inspiración: libros, revistas, redes y experiencia propia
Ingredientes para 2 raciones aproximadas

- 150 g de lentejas rojas (lentejas coral)
- aceite de oliva virgen extra
- 1/2 cucharadita de semillas de mostaza negra
- 1/2 cucharadita de semillas de mostaza amarilla
- 1/2 cucharadita de comino en grano
- 1/2 cucharadita de semillas de hinojo
- 1 trocito de jengibre fresco
- 1-2 hojas de curry secas
- 1 cebolla dulce o cebolleta
- 1 diente de ajo sin el germen
- 1 cucharadita de cúrcuma molida
- 1/2 cucharadita de comino molido
- 1/2 cucharadita de cilantro molido
- 1 pizca de cayena
- 1-2 tomates en conserva (casera) o naturales
- caldo de verduras o agua
- zumo de limón
- leche de coco ligera
- hojas de espinaca fresca
- pimienta negra y sal 
- para servir: sésamo negro, perejil y/o cilantro fresco, yogur o queso fresco

Empezar enjuagando las lentejas con agua fría y dejar que escurran bien. Picar la cebolla, el diente de ajo y el jengibre pelado. Picar los tomates en caso de usarlos naturales (se pueden quitar las semillas y pelar, eso al gusto).

Calentar un poco de aceite de oliva en una cazuela y añadir las mostazas, el comino y el hinojo en grano con las hojas de curry machacadas. Dorar hasta que salten y echar la cebolla y el ajo. Saltear hasta que se empiece a transparentar, a fuego suave, salpimentar y añadirlas especias molidas, removiendo bien.

Echar los tomates si son naturales y dejar que se cocinen un poco. Añadir las lentejas, remover y cubrir con caldo o agua al gusto. Bajar el fuego cuando llegue a ebullición y cocinar lentamente unos 25 minutos. Se puede ajustar el tiempo para que se deshagan más. Controlar el nivel de líquido.

Añadir el zumo de limón y leche de coco al gusto, según la consistencia que nos guste. Corregir de sal si fuera necesario. Añadir hojas de espinaca y dejar que se medio cocinen con el calor de la olla. Servir en cuencos con más espinacas frescas, yogur o queso batido, perejil y cilantro fresco y un poco de sésamo negro.

Se puede acompañar de algún pan plano o unos picatostes crujientes (me encantan las regañás, por ejemplo). También se puede hacer más o menos espeso, en plan puré, y acompañarlo con arroz o cuscús. Si hace más fresquete, recomiendo dejarlo en formato más de sopa líquida.

Red lentil dhal

Como véis, es una receta muy tuneable que se adapta a mil variaciones. También se puede triturar parte de la olla para darle otra textura, o añadir alguna verdura a la base de lentejas. En ocasiones echo zumo de naranja, le pongo más picante o cambio las especias según me dé. Lo mejor es lo rápido que se prepara y lo delicioso que está.

¿Tenéis planes para este fin de semana ya primaveral? ¿Quién disfrutará del lunes festivo? ¡Si no es por el elfo yo ni me entero de que aquí es fiesta! La vida del autónomo, ese paraíso.

Probando productos: KissFruit, fruta congelada murciana

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Casi me da algo al ver que ¡estamos en abril! Me aburro a mí misma de repetir cada vez lo mismo, así que solo pido disculpas a todo el mundo -a mi pobre blog particularmente- por prodigarme poco por aquí. Estamos en una época de muchos cambios y con poco tiempo de llegar a todo pero al mismo tiempo con mucha ilusión por el futuro próximo. Tenemos aún dos o tres meses difíciles pero en verano espero recuperar la normalidad, aunque sea la época que menos me gusta. Hoy retomo una sección antigua en la que me gustaba compartir con vosotros mis experiencias probando productos, y además con algo que me hace especial ilusión. Se trata de KissFruit, productos de fruta congelada natural elaborados en mi querida Murcia.

Kissfruit_Fruta_Congelada

Cuando contactaron conmigo allá por Navidad -¿he dicho ya que el tiempo vuela que da miedo?- me interesó muchísimo su proyecto y por supuesto que quise probar sus productos de primera mano. Las iniciativas de emprendedores con ilusión que trabajan con buena materia prima para ofrecer algo novedoso, útil y de calidad, aprovechando la tecnología, siempre me parecen dignas de admirar. Si hay fruta de por medio y encima tiene el sello murciano, ganan puntos extra. 

Kissfruit_Fruta_Congelada

Detrás del sello KissFruit está una empresa joven murciana que lleva un tiempo trabajando en crear productos específicos para aprovechar el potencial de las frutas naturales en la gastronomía, pensando mucho en la hostelería profesional. Gracias a la tecnología que han desarrollado ofrecen una gama de fruta natural congelada en diferentes formatos, centrándose principalmente en los cítricos -¡cómo no!-. No añaden ningún aditivo ni otras sustancias, son produtos de fruta 100% natural con todas sus propiedades. Las ventajas son claras, poder decorar o culminar platos y bebidas con fruta con todo su sabor y textura, en un formato listo para usar, sin necesidad de descongelar.

Kissfruit_Fruta_Congelada

Yo he probado una selección de sus últimas novedades y tengo que decir que casi me como todos los tarros a cucharadas; ya sabéis que me apasiona la fruta, y los cítricos mucho más. En concreto, lo que se ve en las imágenes son:
  • Caviar de cítricos: es el tricoma o celdilla de la fruta, los "gajitos" que componen cada gajo. Tienen un sabor brutal, en especial me he enamorado de los de pomelo.
  • Perlas: bolitas de cítrico o tomate que también se podrían sacar de frutas exóticas o de elaborados como café, pequeas joyitas de sabor que quedan monísimas en presentaciones.
  • Cremogenado: cremas de fruta especiales para pastelería, coberturas naturales para decorar postres o para rellenar dulces. Los de naranja y limón son fresquísimos.

Kissfruit_Fruta_Congelada

El caviar, como digo, me ha chiflado, porque los cítricos son de gran calidad y conservan todo su aroma y sabor, muy intenso, que al deshacerse en la boca liberan todo el jugo interior. Las perlas de tomate ¡saben mucho a tomate! Parece una tontería redundante, pero al probar una cucharadita de perlas era como si hubiera mordido un tomate fresco de los aromáticos de verdad, con su recuerdo a tomatera y a campo.

Fruta congelada natural KissFruit

Lo mejor de estos productos es sin duda el sabor tan natural que tienen y el puro frescor que liberan en la boca. Mi cerebro no esperaba de primeras encontrar tanto aroma en boca por la apariencia, que podría recordar a gominolas o a algún producto procesado. Sin embargo, dan lo que prometen: un intenso sabor a fruta natural, muy refrescante y con ese punto ácido tan agradable que me enamora de los cítricos. Los he ido probando con pescado y también con yogur y queso, y me parecen ideales para dar un toque bonito y sabroso a canapés y aperitivos.

Kissfruit_Fruta_Congelada

En este snack de langostinos cocidos combiné perlas de tomate y naranja y caviar de pomelo, limón y lima, una fiesta de sabores en boca y puro frescor de la huerta. En la próxima entrada os enseñaré la receta de la base, un crujiente de garbanzos que se ha convertido en mi picoteo favorito.

Muchas gracias al equipo de KissFruit por darme a conocer su producto y por darme la oportunidad de hacer una cata en casa, incluso estando yo en Madrid. Les deseo muchos éxitos porque creo que su trabajo se lo merece, y me encanta que estén poniendo en valor los productos murcianos ofreciendo soluciones específicas a diferentes sectores de la hostelería. Tengo ganas de conocer las novedades que irán desarrollando en el futuro :).

Más información y formas de contacto:
http://www.kissfruit.es/

¡Pronto -de verdad- nueva receta!
Feliz semana a todos.

Conejitos de Pascua de panecillo. Receta para Semana Santa

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¡En Murcia!

Creía que no iba a poder ser este año, pero puesto que casi el país entero se paraliza con la Semana Santa, pues al final me he escapado. Menos días de lo que viene siendo habitual y algo in extremis, pero necesitaba desconectar. Demasiadas cosas acumuladas en la cabeza y ya volvían a pasarme factura físicamente, además adoro a mi Murcia en primavera. Encima, a lo tonto, llevaba cuatro meses sin pisar mi tierra ni ver a la familia, así que aquí estoy :). Intentaré hornear cosicas ricas estos pocos días pero antes de dejar Madrid salieron estos conejitos de Pascua de mi horno, unos panecillos estupendos para Semana Santa. ¡Que no falte el dulce en época de abstinencia ! ;P

Easter bunny sweet bread

Si me leéis desde hace tiempo sabréis que mi Semana Santa siempre ha sido muy diferente a la típica española. En Murcia también se viven mucho y tenemos grandes procesiones, con muchas tradiciones y algunos pasos que son, objetivamente hablando, auténticas obras de arte dignas de ver. Pero mis padres odian las multitudes y el follón, y el fervor religioso en la familia es negativo, así que cuando éramos críos nos llevaban al campo y listo. Mis abuelos venían de Suiza ya a disfrutar del buen tiempo, traían muchos chocolates, huevos y pollitos, y hacíamos una Pascua a lo helvética.

Easter bunny sweet bread

Ahora me fascina redescubrir la Semana Santa murciana y española, conocer toda la rica gastronomía que guarda cada rincón y también sigo acercándome a la del resto del mundo. Porque la Pascua, aunque parece menos mediática que la Navidad, se vive, y mucho. Si no se sigue muy religiosamente creo que es más una tradición familiar de bienvenida de la primavera y para disfrute de los más pequeños; siempre me ha parecido muy divertido eso de salir al jardín a buscar los huevos que ha dejado el conejo de Pascua, montar un día al aire libre con comida primaveral en familia, hornear alguna cosilla... Lo de hornear es lo que más me gusta, claro.

Easter bunny sweet bread

Además de típicas galletas vestidas para la ocasión, o pasteles y muffins disfrazados, me atrae particularmente la panadería dulce de Pascua. Hot Cross Buns, bollos checos, trenza griega, colomba pasquale, pan paska o monas murcianas... ¡todas delicias muy recomendables!

Hoy vuelvo a mi Suiza con unos panecillos de masa tierna semidulce, similar a la del Zopf, pero con forma de conejitos. En Centroeuropa parece muy tradicional eso de coger este tipo de masas de panadería y darles formas distintas según la festividad del año, incluso lo he visto en alguna página francesa también. Hay verdaderas obras de arte por ahí, con conejitos más detallados, ovejas y corderos, pero este diseño me ha gustado por lo sencillo y resultón que queda.

Easter bunny sweet bread

Receta de conejitos de Pascua de panecillo
Inspirada en Swiss Milk y Amouses Bouche
Ingredientes para 8 unidades

- 1 sobre de levadura seca de panadería
- 50 ml de agua tibia
- 1 huevo L + 1 yema a temperatura ambiente
- 50 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 225 ml de leche de soja tibia
- 40 g de azúcar
- 1/2 cucharadita de cardamomo molido
- 1 cucharadita de agua de azahar
- 1/4 cucharadita de sal
- 420 g de harina de fuerza + un poco más para amasar
- azúcar perlado para decorar (opcional)

Mezclar la levadura de panadería con el agua tibia y dejar reposar un poco. No es un paso imprescindible, pero cuando uso levadura seca me gusta hacerlo. Batir ligeramente el huevo y reservar la yema aparte.

Disponer la harina en un recipiente grande, mezclar con la sal, el azúcar y el cardamomo, y formar un hueco. Echar dentro la levadura, el huevo, la mantequilla troceada, el azahar y la leche. Empezar a mezclar todo, tapar y dejar reposar 30 minutos.

Amasar, añadiendo más harina solo si fuera estrictamente necesario, hasta tener una masa lisa, elástica, suave y húmeda, pero no pegajosa. Algo parecida a la del roscón de reyes. Yo tenía la mañana liada y lo dejé en la amasadora, dándole algún meneo manualmente de vez en cuando.

Formar una bola, poner en un recipiente limpio engrasado y tapar. Dejar crecer hasta que doble el volumen. Con este buen tiempo no tardará mucho. Preparar mientras tanto dos bandejas de horno y batir la yema con un chorrito de leche.

Easter bunny sweet bread

Deshinchar ligeramente la masa, pesar y dividir en 8 porciones iguales (aproximadamente). Amasar cada una y formar un cilindro no muy delgado. Separar un trocito de cada masa y formar una bolita. Doblar los extremos hacia arriba formando una U y enrollarlos sobre sí mismos para dar forma a las orejas. Colocar en el hueco central la bolita, que será la cola.

Distribuir cada unidad formada en las bandejas, pintar con la yema batida y decorar con azúcar perlado en la cola, o con algún fruto seco picado o coco. Precalentar el horno a 200ºC y dejar mientras que crezcan un poco.

Hornear durante unos 18-20 minutos o hasta que se hayan dorado bien y la base suene hueca al golpearla. Dejar enfriar sobre una rejilla y guardar en un recipiente hermético.

Están muy ricos recién hechos, incluso un poco tibios, solos o mojados en leche o chocolate (mejor opción). Aguantan bien un par de días, aunque se van resecando un poco. Si se calientan un poquito en el microondas o en el horno con calor residual, recobran vida. También se pueden congelar cuando se hayan enfriado, bien envueltos individualmente. Y es una masa estupenda para reutilizar en pudding o pan de Calatrava.

Easter bunny sweet bread

¡Qué calor me ha dado al bajar del tren! Con dolor de cabeza instantáneo, claro. En Madrid no es que hiciera frío, pero he notado el cambio. Quería salir a buscar alguna mona de buena panadería, o quizá paparajotes si los hubiera, pero casi que voy a ir directamente a por un helado. Que además tengo antojazo desde hace semanas. Me apetece ver la procesión de los Coloraos hoy y redescubrir un poco mi ciudad, que en estas fechas suele estar reluciente. Y huele a azahar :).

¡Disfrutad lo que podáis de estos días!


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